Una antología con ecos de El Divino, Fernando de Herrera

Poemas universales sobre el amor desde La Puebla de los Infantes en «Mueve la voz Amor de mi gemido».

Texto: Enrique VILLAGRASA

 

Mueve la voz Amor de mi gemido (Proyecto Encuentro Letras Celestes, La Puebla de los Infantes, Sevilla) es una antología de singular y señera poesía recogida bajo la luz de ese endecasílabo de Fernando de Herrera (Sevilla,1534-1597), bajo palio del Amor, y en edición y prólogo del puebleño Diego Castillo Barco y del sevillano Pedro Luis Ibáñez Lérida. Esta antología es no venal y está editada en formato digital. Hoy más que nunca, de ello no me cabe duda, el acto de amar es un acto transformador y de rebeldía. Ya lo dijo san Agustín: ama y haz lo que quieras. Y hoy también tenemos necesidad de que el Amor arraigue en nosotros y nosotras y esta antología llega para recordárnoslo, queridas personas lectoras. El delantal de la antología que luce lleva citas de Antonio Machado y de Antoine de Saint-Exupéry. Creo que además también es la reivindicación de El Divino, sin ir más lejos.

Es un volumen de 175 páginas y en ellas figuran poemas de: Maritxé Abad i Bueno, Josefina Aguilar, Henry Alexander Gómez, Ana Isabel Alvea Sánchez, Juan Andivia, Emilio Ballesteros, Zhivka Baltadzhieva, Farid Othman Bentria Ramos, Isabel Bermejo, Leo Butnaru, Carmen Camacho, Marica Campo, Guillermo Carnero, Antonia María Carrascal, Antonio Carvajal, Diego Castillo Barco, José Cenizo Jiménez, Sonia Chocrón, Carmen Ciria, Juan Clemente Sánchez, María José Collado, Candela Córdoba, Flavia Cosma, Jesús Cotta, Jaime Covarsi, Efi Cubero, Gary Daher, Francisco Domene, Lucía Duero, Alejandro Duque Amusco, Lamiae El Amrani, Antonio Enrique, Rosario F. Cartes, Paloma Fernández Gomá, José Antonio Fernández Sánchez, Miguel Florián, Fátima Frutos, Francisco Gallardo, Juan Gallego Bonet, José Ángel García Caballero, Concha García, José María García Linares, Agustín María García López, María García Zambrano, José Antonio García, Alberto García-Teresa, Aleqs Garrigóz, Mauricio Gil Cano, Javier Gilabert, Ximena Gómez, Valentí Gómez i Oliver, Antonio A. Gómez Yebra, Ramón González Medina, José González Torices, Cristiane Grando, Manuel Guerrero Cabrera, Goya Gutiérrez, Inés María Guzmán, Juan Antonio Guzmán, Abdul Hadi Sadoun, Rafaela Hames Castillo, Rocío Hernández Triano, Consuelo Hernández, Pedro Luis Ibáñez Lérida, Fernando Jaén Aguila, Fatima Lahssini, Alfonso Larrea, Encarna León, Pastora Lérida Lérida, Pedro López Lara, Danilo López-Roman, Touria Majdouline, Pilar Martín Gila, Isabel Martín Salinas, Javier Mateo Hidalgo, Ahmed Mgara, Vicente Luis Mora, Antonio César Morón, José Muchnik, Francisco Muñoz Soler, Luis Muñoz, María José Mures, Ángelo Nestore, Fran Nuño, José Orihuela Guerrero, Ángel Olgoso, Concha Ortega, Andrés Ortiz Tafur, Tònia Passola, Cynthia Pech, Mariano Pérez Antolín, Ana Pérez Cañamares, José Luis Pérez Fuillerat, María Ángeles Pérez López, Charo Prados, Balbina Prior, Manuel Rámila, José A, Ramírez Lozano, Silvia Ramos, Miguel Ángel Real, Ana Recio Mir, Ramón Reig, Carmela Rey Garcés, Isabel Rezmo, Laura Rodríguez Díaz, José Luis Rodríguez Ojeda, Gerardo Rodríguez Salas, Rocío Rojas-Marcos, Anna Rossell, María del Valle Rubio, Luis Ángel Ruiz, Pilar Sanabria Cañete, Javier Sánchez Menéndez, Basilio Sánchez, Ana Patricia Santaella Pahlén, Abel Santos, María Sanz, Juan Sebastián, Jesús Solano, Yolanda Soler Onís, Lur Sotuela, Marina Tapia, Almudena Tarancón, Aziz Tazi, Rafael Adolfo Téllez, Arturo Tendero, Jesús Tortajada, Andrés Trapiello, Álvaro Valverde, Francisco Vélez Nieto, Miguel Veyrat y Fernando de Villena. Además del citado Fernando de Herrera, Luis Cernuda, César Vallejo, Pablo Neruda, María Teresa León, Rafael Montesinos, Rosa Chacel, Heinrich Heine, Francisco Basallote, Ibn Hazm, Teresa de Jesús, Manuel y Antonio Machado, Jorge Manrique, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, María Zambrano, Federico García Lorca, Mercedes de Velilla, Gustavo Adolfo Bécquer, Omar Khayyam, Miguel de Unamuno y Marguerite Yourcenar. Cierran la antología unos certeros versos endecasílabos de José Hierro.

Cabe destacar la tremenda labor de los antólogos y ese gusto exquisito en la invitación y elección de los y las poetas, de ámbito internacional, y en la elección de la ilustración de la portada y contraportada, dos cuadros incomparables como son la Alegoría de la caridad de Francisco Zurbarán y El Amor fabricando su arco del grabador Franciscus van der Steen y del pintor Nicolas de Hoey, inspirada en la obra de Girolamo Francesco Maria Mazzola, Il Parmigiano.

Como se dice en el prólogo, esta obra antológica forma parte del Proyecto Encuentro Letras Celestes, radicado en la localidad sevillana de La Puebla de los Infantes (Sevilla). Y es una iniciativa literaria, ciudadana y rural que tiene como único fin la defensa, fomento, promoción y recreación de la lectura como actividad diferenciadora en el ámbito rural de la construcción de un pensamiento crítico y reflexivo. La imprescindible colaboración del consistorio y de las entidades culturales y educativas de la localidad sustancia este ideario. Su protagonismo activo encarna el grado de inconformismo que caracteriza la labor mediadora y comprometida de estos valores en la sociedad del siglo XXI. La lectura se convierte en frondoso y hospitalario árbol, bajo cuya enramada protectora celebramos el festivo encuentro con la sensibilidad y el conocimiento.

Explican los antólogos, y no seré yo quien les quite la razón, que Mueve la voz Amor de mi gemido contiene más de cien autores de diversas nacionalidades y edades, componiendo un rico mosaico internacional e intergeneracional con miradas realmente esplendentes de belleza reflexiva, inteligencia sensible, evocación emocionada, frescura aliviadora y conciencia fortalecida. La mayoría de los autores han colaborado con aportaciones inéditas. De ahí que no se indique salvo si no es así. Adicionando a la obra la hondura y el valor de ese primer amanecer con su lectura. Creo que leer poesía y escribir poesía es siempre un nuevo amanecer. La poesía herreriana bien nos puede ayudar a contemplarlo: un poema es más que puro artificio. Es justo y necesario leer esta antología, no les defraudará.

 

Soneto

 

Sufro llorando, en vano error perdido,

el miedo y el dolor de mi cuidado,

sin esperanza; ajeno y entregado

al imperio tirano del sentido.

 

Mueve la voz Amor de mi gemido

y esfuerza el triste corazón cansado,

porque siendo en mis cartas celebrado

de él se aproveche nunca el ciego olvido.

 

Quien sabe y ve el rigor de su tormento,

si alcanza sus hazañas en mi llanto,

muestre alegre semblante a mi memoria.

 

Quien no, huya y no escuche mi lamento,

que para libres almas no es el canto

de quien sus daños cuenta por victoria.

 

Fernando de Herrera