Poesía para festejar el Día del Libro

10 recomendaciones de poesía para el Día Internacional del Libro y la fiesta de Sant Jordi.

Texto: Enrique Villagrasa  Foto: Librújula

 

Siruela recoge en Todos los poemas esa poesía aderezada de imaginación y fantasía de Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, León, 1923-León, 2009), con un epílogo del propio poeta, El poeta hace memoria, donde explica (breve pero muy curiosa, dada su chispa irónica) su trayectoria lírica diríase: “La noche está rozando los cristales/ como un lobo de cuento para niños”.

Olga Xirinacs (Tarragona, 1936) ha escrito Creación (Huerga y Fierro), una obra potente, que habla de temas poéticos universales, con una sensibilidad y un dominio del lenguaje únicos. Es una poesía que podemos disfrutar todas las personas lectoras, pues se desborda e invade todos los rincones del ser: “Yo modelé, hacia el sur,/ una extensa llanura de arenas”.

En Humanum est (Epigrames de Claudi Valeri) (Quaderns Crema) Ponç Pons (Menorca, 1956), reconocido poeta, se inventa un heterónimo, Claudi Valeri, a partir de una estancia en Roma, ficticia o real, que le sirve de pretexto para escribir una serie de epigramas, o poemas cortos, en catalán. Poesía medida, de gran calidad y profunda: “on s’encarnin ardents la belleza i la vida”.

Leer Jarrón y tempestad (La uÑa RoTa), poemario póstumo de la antropóloga, poeta, ensayista, crítica literaria e ilustradora Guadalupe Grande (Madrid, 1965-2021), es como contemplar toda la intimidad creadora de la poeta, pues ese quehacer demiurgo está al descubierto: verdad y belleza, calidad a raudales: “poeta pope cumple bien con tu papel en ello reside/ todo el honor”.

La poeta y narradora hispano-uruguaya, Roxana Popelka (Gijón, 1966), autora del excelente 33 PPM (Bartleby, 2017) acaba de publicar Libro de familia (Trea), donde interpreta la realidad con poemas íntimos: no confesionales. Una poeta con todo un enorme compromiso ético: “¿qué fue ser madre con total naturalidad/ divorciarse al cumplir los 50/ dejar la casa?”

Libro mediterráneo de los muertos (Pre-Textos), de María Ángeles Pérez López (Valladolid, 1967). VI Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro. En este poemario, que escucha y nos escucha, brama la poesía en prosa con toda la calidad y belleza del vértigo del verso iluminador de esta singular y admirada poeta: “La tumba no es el mar sino el lenguaje”.

Anna [Capital Semilla] (Mankell), del jardinero y poeta Gsús Bonilla (Don Benito, Badajoz, 1971) es la reedición de aquel Anna (4 de Agosto, Logroño 2016). Poemario comprometido sobre todo con la palabra. Creo que asistimos a un continuo diálogo en cada poema sobre la vida, amor y dolor. Sus versos cantan y cuentan lo que nos cuesta explicar: “solo faltaba que fraguase”.

Solo para amantes de las tormentas (Baile del sol), de Joan Masip (Reus, 1972) e Isabel Bono (Málaga, 1964). Breves poemas veloces e intuitivos, intensos, escritos bajo la luz que ilumina, a cuatro manos. Conversan los poetas. Escriben. Reciben. Leen. Escuchan el rumor del verso. Escriben. Envían. Poemas amigos: cabe todo. “Es un poemario de vueltas, disfruten la hipnosis”, Jorge Laespada dixit.

Hijos del peligro (Candaya), de Hasier Larretxea (Arraioz, Baztan, Navarra, 1982). Es nada más y nada menos que el devenir telúrico del silencio. Son poemas de experiencias íntimas, contadas desde las entrañas, interpretadas a través de la poesía. Asombroso compromiso ético del poeta en esta reconstrucción. Iluminación vital que devela nuestra verdad: “cuando aflora”.

Ejercicio de aniquilación [o tratado sobre la degradación de los metales] (RIL), de Loredana Volpe (Caracas, 1990), es un poemario de compromiso ético reflejado en y más allá del lenguaje. Poesía de la memoria comprometida con lo real, no con la realidad. Poemas que la interpretan en su narración personal: “ y pensar que este fue para nosotros/ el comienzo del teatro”.