«Nostalgia», de Iván Blanco Chacón

Iván Blanco Chacón nació en 1978 en Madrid pero al otro lado del Manzanares. En Carabanchel (Bajo), en concreto y eso, para bien o para mal, marca su identidad literaria, científica y personal. Se doctoró en Matemáticas en la Universidad Complutense en 2012 aunque la etapa predoctoral la pasó en la Universidad de Barcelona gracias a una beca FPI. Realizó estancias post doctorales en Aalto University, Finlandia (2012-2015) y University College Dublin (2015-2018).  En 2019 obtuvo una plaza de profesor ayudante doctor en la Universidad de Alcalá y, desde el año pasado, es profesor permanente laboral en el área de álgebra.

Ha publicado unos 20 artículos de investigación (poema y teorema tienen tanto en común…), ha impartido un curso de extensión en la Universidad de Mayores sobre Filosofía y Matemáticas y ha escrito varios artículos de divulgación en prensa nacional.

Comenzó a entusiasmarse por la poesía a los doce años, con una edición en rústica  de «Las cien mejores poesías de la lengua castellana» de Luis Alberto de Cuenca. Irrevocablemente letraherido por el Siglo de Oro español y muy especialmente por Quevedo, desarrolló un interés singular por el soneto, primero a manera de imitación, después como homenaje al maestro y, finalmente como refugio seguro y soto voce de su álter ego matemático. Luego vinieron Lorca y Blas de Otero, Rimabud y Baudelaire, Keats, Hölderlin, Yeats, Emily Dickinson…

Además de su formación autodidacta en literatura española e inglesa, realizó el curso de Poesía de la web escritores.org (online) y el curso de Retórica de Coursera-Universidad Autónoma de Barcelona.

En 1999 ganó el concurso de Poesía de San Vicente de Paúl y recientemente he quedado finalista en el IV concurso de sonetos Hernán de Usero y ha obtenido el accésit del jurado en el I concurso de Poesía de Beteta. Además, ha dado varios recitales, en el Café Libertad 8 (Madrid,1998) y en el Café Aleatorio (Madrid, 2017).

 

NOSTALGIA

 

Me pides que defina la nostalgia

y la engaste en un marco hecho de versos,

apenas un susurro.  Al fin y al cabo

¿qué es la poesía sino el viejo oficio

de embalsamar el pulso agonizante

en el natrón de la palabra escrita?

 

Aquí la tienes: me ha salido al paso

esta mañana en unos ojos grises,

infantiles, ajenos al espanto.

Unos ojos que ignoran el soslayo

impreso con acíbar en el iris;

Casi llorosos, como si extrañasen

la recién acabada Navidad.

Dulcemente abismados

en el improvisado bocadillo

que le dejó su madre antes de irse

al trabajo, con prisa de gacela.

 

Y, entonces, ha crecido en mi la playa,

el silencio de sílice y salitre,

las alondras talares, las praderas

de posidonia secas en la orilla,

pasto de las gaviotas y el ensueño.

 

Aparté la mirada, y ha emergido

otra vez el murmullo

de la sangre en el vórtice. Y sus ojos

han quedado disueltos en el cieno.

 

Aquí te la presento.