«I ouverture», de Rodrigo Zúñiga
Rodrigo Zúñiga (San José, Costa Rica, 1982). Psicólogo clínico y poeta. Estudió Licenciatura y Maestría en Psicología, así como Bachillerato en Enseñanza del Inglés, en la Universidad de Costa Rica. Participó del Círculo de Poetas Costarricenses (2003 a 2004) y fue miembro del Taller Literario Poiesis (2009 al 2014). En el 2013, su poemario Souvenirs y noticias de amor obtuvo el primer lugar en el Certamen Literario Brunca en su XXX Edición en el género de Poesía (UNA). Ha publicado los libros de poesía: Deshojar el reloj (EUNED, 2013), El otro Damián (EUNED, 2016) y Fueron todas las cosas (Valparaíso Ediciones, 2023).
BIRDMAN (SUITE)
Él no lo dijo, pero yo lo escuché
CHRIS CORNELL
I (OUVERTURE)
Esto de llevar la tragedia como una bandera sobre la
espalda,
esto de fingir ser el héroe, dirigir las huestes y matar al
enemigo,
de mostrar su cabeza, levantar la propia
y morder el oro como se muerde el polvo de una hogaza
de pan
No es más que la apología del fraude y el fracaso,
la metáfora de todo hombre
que atraviesa una puerta abierta por la mirada del otro
y no sea más
que el huésped desconocido de una ciudad condenada,
de una casa/
de un río que regresa pero no devuelve sus muertos
Esto de pasar la eternidad demostrando la hombría,
velar con la sed del barro la transparencia de las cosas,
ponerse el traje como una costra que se obtiene a diario
y tener solo un instante para perderlo todo,
es la libra de carne de aquel
que debe jugarse el cuerpo para ganarlo un día a la vez
He sido entrenado para ser lo que otros esperan de mí;
soy la promesa que le cumplí a mi padre:
ve dejando tu semilla en el camino
como el pan de acero al que va devorando tu sombra,
construye como piedra con piedra la piedra de la
admiración,
vence y soporta la espina del desierto,
cosecha las raíces como alas en el hocico del cielo,
aléjate del incienso de tu propio cadáver
y del sepelio que te persigue sin tregua,
aprende a morder el martillo frío de la soledad
Todo esto me fue dicho para enjuagar
el deseo con la niebla y escupirlo en mis ojos,
mientras todos claman mi nombre y mis huellas,
la viga de mi aliento, mi sudor y la punta de mi lanza
Pero nadie nunca dijo nada de esto,
de cuando se apesta a filo de espada sobre la sangre
escarnecida,
de cuando se afilan los cuchillos con el cuerpo roto,
de cuando los brazos desnudos son recibidos
como perdedores de un partido de fútbol,
de cuando se siente sin saber lo que se siente,
excepto el picoteo de estas llagas y estas hernias
por el peso vivo de todo lo callado
La historia no se escribe a solas,
sino con los ojos de la gente
cuando gritan como un gol
que todo hombre es Nadie
hasta que se demuestre lo contrario
FUERON TODAS LAS COSAS
Rodrigo Zúñiga
Valparaíso Ediciones
112 págs. 12’95€