Tres cómics “made in Spain” que no te puedes perder

Tres obras sobresalientes del cómic nacional publicadas este 2023: “Ronson”, “La alegre vida del triste perro Cornelius” y “Cementerio estelar”.

 

Texto: Manu GONZÁLEZ  Ilustración: César SEBASTIÁN

 

La primera se trata de un debut, el del valenciano César Sebastián, un joven autor que nació en la localidad conquense de Landete, donde vivió hasta los 13 años. En Ronson, su primera novela gráfica, publicada por Autsider Cómics, recoge algunas de las experiencias de la niñez de su padre en la localidad valenciana de Sinarcas. Al contrario que algunos libros que pregonan que cualquier tiempo pasado fue mejor, y no miro a nadie, Sebastián hace un doble ejercicio de memoria en un cómic que crea una dicotomía muy interesante entre lo que cuenta y lo que no cuenta. Al tratar el transcurso entre la niñez y la adolescencia de su padre, desde la inconsciencia y la crueldad con la naturaleza que le rodea hasta el descubrimiento del sexo, Sebastián alterna los recuerdos vividos de la niñez con una calidez narrativa basada en el uso de la primera persona. Pero también introduce momentos no narrados (el abuso sexual, la pobreza de su mejor amigo, la muerte) como certeras bofetadas de realidad que te sacan de un supuesto relato cándido de infancia de posguerra. Dibujado en un bitono ocre que recuerda a las fotografías antiguas y con un minimalismo muy detallado históricamente, Ronson es como si el Seth de Ventiladores Clyde hubiera dirigido el Amarcord de Federico Fellini, una novela gráfica tan cercana y experimental a la vez que parece mentira que se trate de un debut comiquero.

La editorial de Barcelona Apa-Apa nos tenía muy bien acostumbrados, pero publicar seguidos Por culpa de una Flor, a medias con Blackie Books, y el reciente La alegre vida del triste perro Cornelius del barcelonés Marc Torices, es para matrícula cum laude. Al perrete Cornelius ya lo conocíamos desde que Torices comenzó a dibujar sus desventuras en fanzines propios y colaborativos. A medio camino entre la vergüenza ajena surrealista del Megg, Mogg & Búho de Simon Hanselmann y el noir más lynchiano, el recopilatorio, repleto de nuevas historias del perro, es uno de los cómics más esquizofrénicos que han caído nunca en mis manos. Torices nos quiere convencer de que Cornelius es un personaje clave de la historia del cómic internacional y se inventa toda una cronología editorial deliciosa. También aplica esta misma teoría gráficamente, desarrollando cien estilos diferentes que transitan entre la tira cómica, la novela gráfica experimental, la BD francesa o el comic-book norteamericano con una profundidad de diseño de logos a través de los tiempos que haría las delicias del mismísimo Chris Ware. La alegre vida del triste perro Cornelius, todo un oxímoron, es como leer cien tebeos a la vez con un sentido del humor negrísimo bastante cabrón. Una joya.

Entre tanta novedad de joven novel no podemos olvidarnos de la vieja escuela. Tras finiquitar su longeva serie Paracuellos, Carlos Giménez (Madrid, 1941) ha buscado un tono más ligero para realizar su nueva novela gráfica. Para ello ha rescatado Cementerio estelar, las historias que creó para el dibujante Alfonso Azpiri (1947-2017) en los primeros dosmiles convirtiendo tres relatos de Jack London (La gran medicina, IK-KOK y El Rojo) en historias intergalácticas de gran calado moral. Giménez ha redibujado el guion que le hizo a Azpiri en un afán de divertirse y ser muy espontáneo. La mayoría de relatos están narrados en páginas de pocas viñetas que Giménez aprovecha para llenar de estrambótica cultura alienígena, como si fuera un chaval de quince años. Publica Reservoir Books.