Poetas de la crisis

Lastura publica “Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso”, antología pergeñada por A. García-Teresa y D. Trashumante.

Texto: Enrique VILLAGRASA

 

También los treintañeros jóvenes poetas son hijos de la crisis, a tenor de lo que escriben en sus poemas, o al menos los nacidos desde 1992 hasta el 2003, pues de estos años son la treintena y pocos autores seleccionados para ocupar las 276 páginas de la antología Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso (Lastura), de esta selección y edición se han ocupado el también poeta y crítico Alberto García-Teresa (Madrid, 1980) y el poeta y agitador cultural David Trashumante, heterónimo de David Moreno Hernández (Logroño, 1978). Ambos poetas se han ocupado de la presentación y del epílogo en tiempos de colapso, que se abre con una inteligente cita del también poeta Enrique Falcón.

Los poetas siempre han sido ciudadanos del mundo, a pesar de los pesares o a pesar de unos y otros. Poetas nacidos en el Estado español y en países hispanoamericanos, sin ir más lejos, los y las aquí incluidas. “El detonante de esta antología han sido los nutritivos debates que se fueron generando a partir del encuentro Voces del Extremo Madrid 2023, alrededor de reflexiones, intuiciones y autocrítica que se enhebraban a raíz de las conversaciones que nos confrontaba, particularmente, Raúl Castañeda”. Poeta del que pueden leer sus versos, pues está incluido en la antología.

Estos 34 poetas levantan la voz, sus versos, contra el desastre ecológico, la infelicidad, la precariedad laboral, el racismo, la exclusión social y el sistema universitario, entre otros temas como el dolor y la enfermedad, también el amor, de constante actualidad informativa: poética y periodística, sobre todo en las redes sociales. Los poetas participantes son: Celia Bsoul, Alba G., Miki Garofalo, Yeison F. García López, Ángela Martínez Fernández, Joan Deusa, Mayte Gómez Molina, Julio León, Alejandro Pérez-Paredes, Víctor Benavides Escrivà, Jesús Godifredo AKA Sisu, Brenda Mondelo, Francisco Javier Navarro Prieto, Ismael Ramos, David Silvestre, Daniel Martínez Bauzá, David Ferrez Gutiérrez, Carlos Catena Cózar, Sofía Crespo Madrid, Eduard Olesti, Youssef Taki, Paloma Chen, Diego Gutiérrez, Rocío Acebal Doval, Raúl Castañeda, Marta Dylan, Natalia Velasco, Elsa Moreno, María Sánchez-Saorín, Ivette Dalianna, Ane Campaña Blanco, Ángela Navarro, William González Guevara y Ander Villacián. Son poetas con uno, dos o tres poemarios publicados, la mayoría y alguno inédito, como el bilbaíno Ander Villacián.

García-Teresa y Trashumante han seleccionado poetas con una orientación crítica en buena parte de su producción poética, no solo escritoras/es de poemas críticos circunstanciales, y textos con capacidad de resonancia y que recorren ámbitos y perspectivas apenas frecuentadas en la poesía crítica contemporánea, tanto en español como en catalán, gallego y euskera, con la pertinente traducción. Hay que destacar que los seleccionadores denominan poesía crítica a conjuntos de poemas con una construcción ideológica y ética que exponen su disconformidad, que confrontan o que ponen en evidencia (no únicamente la documentan) las injusticias, las operaciones y las desigualdades generadas por el statu quo capitalista (patriarcal, ecocida y excluyente) y sus herramientas de sometimiento. De este modo, aspiran a que las páginas de esta antología de última poesía crítica constaten, afirmen e impulsen estos rumbos (incipientes algunos, ya bien trazados en otros casos) de la joven poesía desobediente, la que cree que nuestro hogar será los otros: verso del catalán Eduard Olesti con traducción de Víctor Benavides, del poemario Un cowboy crepuscular, (Edicions 62, 2023). Será así, no tengo la menor duda como lector de poesía. Son poetas de raza, su calidad da fe. Creo que es una muy buena propuesta ética y estética esta antología, para todas aquellas personas lectoras, ávidas de conocer un criterio diferente o igual. Creo que a estos y estas poetas el anhelo de libertad, de dignidad y de rebeldía les acompañan y les acompañarán deseo.

Creo que es necesario un planteamiento poético de la realidad. Hay que despertar a la ciudadanía y a los poetas que cantan y cuentan desde su zona de confort, como bien dice la poeta Alba G.: “Se acabaron las compadecencias./ Los poetas que nos utilicen como recurso estético/ en su poesía mustia/ serán / poetas muertos”. Hay que recordar, como se explica en el epílogo, que estos poetas han madurado en un entorno continuo de crisis económica: a partir de la crisis de 2008, que reconfiguró y empeoró las relaciones laborales existentes. Y añaden: “Por ende, consumado como decimos el programa neoliberal, atisbamos en las/es/os antologadas/es/os una <<queja común>> fruto de una crisis moral, material, espiritual y ecológica. Es, sin duda, la suya la gran queja que ha de escuchar nuestro tiempo si no quiere desaparecer”. Y no siendo una posición mayoritaria en la poesía joven que se escribe en el Estado, ni en la de poetas de más edad, está cuajando, tiempo al tiempo.

Es justo y necesario conocer, leer, esta antología y a estos y estas poetas, incluidas la presentación y el inteligente y explicativo epílogo, donde también se hacen eco del también poeta y crítico Martín Rodríguez-Gaona, estudioso y conocedor como nadie del sistema social y literario del Estado español, en su ya reconocido ensayo Contra los influencers (Pre-Textos). La poesía no es conciliadora, ama la desobediencia, le gusta superar las tendencias y transgredir las normas: “Vivo en un barrio/ donde el pobre no lo es tanto/ como para incendiar la revolución,/ pero sí lo suficiente/ como para no ser feliz”. (De Poesía de barrio, Eirene, 2022, de R. Castañeda).

 

A MÍ

ya no me duele

ni la tripa

ni las infecciones

 

a mí

me duelen los desahucios

la policía

y las deportaciones

 

(De Estoy más buena que Dios, La Novia de Nadie, 2016, de Alba G.)