La inmigración ilegal canaria sin adjetivos

Carmen J. Nieto Rodríguez publica «Sin aditivos» (Alrevés), una novela sobre la inmigración escrita sin un solo adjetivo.

Texto: LP

  

Carmen J. Nieto Rodríguez es asesora fiscal y gestora tributaria. Podría parecer una persona de números pero su pasión por la escritura la hace ser un híbrido; y es que en su tiempo libre le gusta exprimirse los sesos buscando la palabra idónea para decir exactamente lo que quiere decir, pero limitada por algunas restricciones autoimpuestas. En el caso de Sin aditivos, su última novela publicada con Alrevés, decidió escribirla sin usar un solo adjetivo. Siguiendo su ejemplo no diremos que la novela es original o interesante, pero sí que es un reto resuelto con éxito que se lee fácilmente.

 

¿Cómo empezó tu relación con la escritura con restricciones?

Los juegos del lenguaje siempre me han llamado la atención. Y por otra parte, Italo Calvino es uno de mis escritores favoritos. Por cierto, en la solapa de los libros que yo tengo no pone que pertenezca al OuLiPo. En el laboratorio de escritura empecé a trabajar una novela (inédita) en la que incluía palíndromos y otras simetrías. Como recurso empecé a leer a los escritores del OuLiPo y me sentí muy identificada con su manera de abordar el trabajo de la escritura.

 

¿Por qué decidiste escribir esta novela sin usar adjetivos?

Si elijo la idea de que todos somos seres humanos y eso está por encima de razas, procedencias, condición social, sexual o religiosa; y luego me pongo a escribir llenando el texto de adjetivos, al final yo misma estoy cayendo en etiquetas y estereotipos. Por decirlo de alguna forma, los adjetivos estorban en esta historia. La inspiración la obtuve de la novela Matar un ruiseñor, parece que este tema no lo tenemos superado por muchos años que pasen.

 

¿Qué características le agrega al texto el no tener ni un solo adjetivo?

Además de la relación con la historia que quería contar, resultó que al prescindir de adjetivos me iba quedando un estilo que conjuga muy bien con la novela negra. El texto se va secando y al leerlo también transmite la sensación de aspereza deseable en el género. En cierta forma, quedó eliminado todo lo que no era sustancia.

De todas formas, se trata de una restricción que yo denomino impura porque hay aspectos morfológicos y sintácticos que te obligan a decidir si optas por una interpretación u otra, me refiero a adjetivos nominalizados, participios, etc. No es como escribir una novela con frases de nueve palabras, eso es una restricción pura porque nueve palabras son nueve palabras.

 

¿De dónde surgió el argumento de tu novela? ¿Te inspiraste en algún hecho real?

El fenómeno migratorio es una constante en Canarias. Los canarios hemos emigrado y también hemos acogido a personas de todos los orígenes y procedencias a lo largo de nuestra historia. Sin embargo, a principios de 2021, más o menos, empezaron a llegar embarcaciones con personas que habían muerto (no era algo nuevo). En concreto, una niña pequeña apareció muerta en la playa. Por otra parte, también hubo episodios delictivos y se dijo que los responsables eran jóvenes migrantes. Se hablaba del tema en las cafeterías, con los amigos, en la prensa. Era un tema que quería tratar desde hacía tiempo. Otra cosa distinta era hilar una historia. El proceso de escritura en esta novela fue bastante lento. Quería tener muchas voces diferentes y al final están presentes recogidas por un único narrador.

 

En la primera página de la novela ya se muestra a un abogado sobornando a un testigo, ¿es tu visión de la profesión o un elemento necesario para mostrar qué tipo de personaje es en la novela?

Yo tengo claro que escribo ficción y esa es la parte más divertida. Tengo amigos abogados a los que aprecio mucho y son profesionales honestos, además me ayudan con la documentación y los detalles de verosimilitud. En la novela negra, por decirlo de alguna manera, se expone lo peor de cada casa. Si es un retrato de la sociedad, no es un retrato amable. Se muestran los aspectos más vergonzosos porque al final es una discusión sobre el comportamiento humano, de ahí que también demos vueltas en torno a la violencia. A mí me gustan los personajes con muchas capas y es verdad que saco más partido de los que no son trigo limpio. También me gusta encender alguna luz con personajes más claros, aunque sea una luz de mechero.

 

¿Cómo huele un ratón para que una chaqueta tenga su aroma?

Huele a bicho atrapado.

 

¿Cuáles son tus autores admirados más allá de Perec y Queneau?

Ponemos a Calvino y ya los tenemos a los tres. La lista de escritores a los que admiro sería interminable. De mis primeras lecturas, me impresionó Cristina Peri Rossi y los escritores rusos (por una profesora de Literatura que tuvimos en el Bachillerato). Ahora que lo pienso, más que autores, tengo algunas obras que están en mi santoral como Beltenebros o El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz Molina. Como referentes de novela negra están Andreu Martín, Alexis Ravelo, Jean-Patrick Manchette, Friedrich Dürrenmantt o Patricia Highsmith. El extranjero de Camus también es una lectura recurrente. Hace poco empecé a leer a Laura Lippman, ya he leído dos de sus novelas y tengo ganas de seguir leyéndola para aprender de su forma de narrar. A mí me gusta especialmente una obra de Mercedes Pinto que se titula Él, es una lectura que siempre recomiendo. Por suerte, hay muchos escritores y muchos libros para leer.

 

¿Seguirás escribiendo novelas con restricciones o la próxima fluirá libremente de tu imaginación sin ninguna cortapisa?

“Me pongo normas para ser libre”, eso decía Perec y yo lo suscribo. En mi caso, la restricción o traba en la forma no coarta la imaginación, sucede lo contrario, lo que hace es estimularla. Es un trampolín para saltar al universo creativo. De todas formas, es una herramienta más y tiene que estar al servicio de la narración. Ahora mismo estoy con una novela con una restricción, pero también estoy escribiendo otros textos sin una traba formal. Lo importante es buscar las estructuras y formas que nos ayuden a contar las historias de la mejor manera posible.