«Creación», donde los versos tienen memoria
Huerga y Fierro publica el poemario «Creación» de Olga Xirinacs.
Texto: Enrique VILLAGRASA Foto: Darío GONZÁLEZ PICOS
Olga Xirinacs (Tarragona, 1936), quien ha obtenido los premios más importantes de la literatura en lengua catalana y el conjunto de su obra ha sido distinguido con la Creu de Sant Jordi, concedida por la Generalitat de Catalunya en el año 1990, presenta en Creación (Huerga y Fierro) su última poesía en lengua castellana. Dividido en seis apartados: Creación, Primavera del 20, Raíces, Pinturas antiguas, Animales perdidos y Barrio viejo, es un espléndido libro en el que la poesía es concebida como manifestación del ser y la trágica naturaleza, desde que el mundo es mundo, de esa conciencia tan singular de la autora, y como (re)construcción de ese pasado de peculiar identidad con tintes bíblicos, en un quehacer demiurgo que se traslada al lenguaje: escritura que aquí se contempla como salvación frente a la incertidumbre de la vida y sus circunstancias: “El viento se desprendía/ de las llanuras lejanas/ con silbidos de amenaza” y o “La primavera del veinte da a luz la Muerte;/ abre sus flores con un soplo estéril”.
Creación de Olga Xirinacs es una obra llena de calidad, belleza y profundidad. Sus versos son precisos y elegantes, y hablan de temas como la recreación bíblica del mundo, la naturaleza y la vida cotidiana con y sin virus, con una sensibilidad única. Una de las principales características de esta su poesía es su capacidad para plasmar las emociones de una manera sencilla y directa: “Me senté a pensar lo dura que sería/ la vida que aun estaba por nacer”. Sus versos son como una ventana al alma, que despiertan en el lector pensamientos y sentimientos que desconocía que los tuviera. Además, Xirinacs tiene un gran dominio del lenguaje y una gran habilidad para manejar la rima y el ritmo en sus poemas. Su estilo es fluido y musical, lo que hace que sus versos sean fáciles de leer, entender y disfrutar: “Yo sí te recuerdo, amada,/ verde y blanca, luz besada”.
En cuanto a los temas de su poesía, su amor por la naturaleza es evidente en muchos de sus poemas. Sus descripciones detalladas y vívidas de los paisajes y animales son impresionantes: “Paloma torcaz de ojos cristalinos/ como cuentas brillantes en mediodía de verano”, y hablan de una gran admiración por la belleza del mundo natural. Otro tema recurrente en la poesía de Olga, en este libro, es el dolor: léase la real y cruda Primavera del 20, y el amor. Sus poemas de dolor y amor son sinceros y apasionados, y hablan de las diferentes formas en que el dolor y el amor puede manifestarse en la vida humana: “El pintor nos descubre su origen/ visceral y tibio, no ese que nos asusta,/ no el mundo que lleva a la muerte”.
Está claro pues, que la poesía anida en Creación. Y Olga Xirinacs ha escrito una obra potente, que habla de temas poéticos universales, con una sensibilidad y un dominio del lenguaje únicos. Es una poesía que podemos disfrutar todas las personas lectoras, pues se desborda e invade todos los rincones del ser y, no solo eso, a la vez convierte en poesía todo lo nombrado, en amalgama de tonos, de olores, de colores, de música, de referencias pictóricas que nacen para evocar ese aliento y no otro, el más existencial, de ese carácter mediterráneo tan suyo. Aquí, en este libro duro, pero apasionado y lleno de ternura, como es Creación, los versos tienen memoria, una memoria que respira de las calles, del sentimiento humano, de sus vivencias: “Un marino canta/ la noche en vela”.
Aves de Pascua
Son cigüeñas, urracas, gaviotas
y algunas que no supe distinguir;
saltaban, escarbaban, picos poderosos.
Es Domingo de Resurrección,
la Pascua cristiana, vida nueva,
campanas al vuelo y una luz dorada.
¿A dónde irán los carroñeros?
Les atrae el hedor del vertedero,
¿qué buscarán ahí, si no hay comida?
A cielo abierto dejaron los desechos
de hospitales y clínicas, el virus,
el último suspiro de los muertos
y el sudor esforzado de los vivos.
¿Qué buscarán ahí esas aves
cuando nace la Pascua floreciendo?