Un poeta en Göteborg
Papeles mínimos publica «Costa Oeste. Poemas de Göteborg», de Fernando Sanmartín.
Texto: Enrique Villagrasa
<<En ningún lugar puedes estar seguro/ Has revisado tus posibilidades y ahora/ Estás en el vacío esperando un golpe de suerte>>. Estos versos de Roberto Bolaño me vienen a la memoria tras leer Costa Oeste. Poemas de Göteborg (Papeles mínimos) del poeta y narrador Fernando Sanmartín (Zaragoza, 1959). Pues sí, estaba esperando a Godot diríase y llegó este breve, pero justo y necesario, a la vez que intenso y certero poemario que trae ecos de mil lecturas y de autores que nos son gratos, como el mismo Bolaño, entre otros. Y es que estos versos de Sanmartín son lo mejor que yo he leído este año, hasta la fecha, claro: <<sus disparos en la noche/ una advertencia del error>>.
La incerteza, azar y necesidad, la inseguridad, temor y temblor, la aventura de la búsqueda es este admirable libro de apenas una cuarentena de páginas, dividido en dos partes y con 14 y 11 poemas respectivamente, más una nota explicativa muy certera. Además Gotemburgo me recuerda que tiene un puerto importante: es el mayor de los países nórdicos. Y cuánta verdad en este verso: <<llegar significa conocer lo inútil>>. Que me lleva a preguntarme con el poeta si <<¿un poema debe imitar nuestra vida?>> Y si alguna vez me he planteado la necesidad urgente de un planteamiento poético de la realidad, en este verso encuentro la respuesta: <<preparar la realidad como plato caliente o plato frío>>.
Leer Costa Oeste me ha llevado a gritar con el poeta <<el miedo sabe que ya no le obedezco>>. Pues ya de tanto miedo miedo no tengo, digo yo. Este es pues un poemario que sirve de espejo, personas lectoras. Y qué bien poder enfrentarte a esa realidad del espejo y del silencio: yo también quiero como él, el sujeto poético, que busca y <<quiere comprender la vida el desequilibrio/ el argumento final>>. Pero no solo esto, es interesante ver la turbadora complejidad de la vida actual en una ciudad como Göteborg, comparable al París de Marcel Proust o la Alejandría de Lawrence Durrel, sin ir más lejos: <<Desde la casa donde vivo/ a pocos metros de Linnéplastsen/ veo un roble lo saludo algunas tardes/ como un teólogo que constata la fortaleza/ del mundo>>.
En definitiva, Costa Oeste. Poemas de Göteborg es una escritura del yo consciente honesto y honrado en su apuesta ética y estética que se descubre a sí mismo y se hace otro en el acto del lenguaje con el paisaje de esa ciudad sueca Göteborg. Pues poetizar, escribir poemas cual diario, es una aventura de ese otro yo poético que resuelve su deseo de búsqueda en y con la dialéctica espiritual y material de las calles, rincones, paisajes y autores que son su vida en esa ciudad en ese momento diríase. Poesía es, no me cabe duda, mirada, memoria y lenguaje: <<la impostura no encuentra su horóscopo/ desconozco la ficción/ soy>>.
Para terminar quiero dejarles el texto de la nota del autor, del poeta Fernando Sanmartín: <<El verano de 2023 lo pasé en Göteborg. Tuve una residencia artística en Konstepidemin, un centro de arte y cultura, y allí me dejaron una casa que sentí como propia. Fui con el propósito de comenzar un libro de viajes, cosa que hice, pero regresé con estos poemas, algo que inicialmente no se me había pasado por la cabeza>>. Y añade: <<La escritura, al margen de que muestra nuestros miedos, el sabor de varias preguntas o lo que nos pueda obsesionar, es, como dice Marguerite Duras, lo desconocido, aunque a veces se convierta en un autorretrato que nos permita saber, con alguna certeza, qué somos>>.
Y por último escribir que el poeta dibuja en Costa Oeste con extraordinaria precisión y sutileza de matices el juego de relaciones entre el poeta y la ciudad de Göteborg, en una acción a la luz de los versos exquisitamente cincelados y cautivadores donde se desarrolla ese pulso lírico de enorme sensibilidad y elegancia al alcance solo de los grandes poetas y Fernando Sanmartín lo es.
NO ME GUSTA la realidad
sus reglas de juego
sus complots
el retrato certero de lo irreversible
qué arrogancia tienen las ideas fáciles
conozco el Palmhuset
palmeras cactus camelias
una señora le da un poco de sándwich a un pato
dos ancianos rezan y hablan de la muerte
escucho a Ptolomeo
no sé como despedirme de esta ciudad.