Humor e inteligencia en la poesía de Lorenzo Gomis
Versàlia publica «Mediodía, antología poética 1951-2005».
Texto: Enrique Villagrasa Foto: El Ciervo
La poesía de Lorenzo Gomis (Barcelona, 1924-2005) es total entendimiento del otro y humor para versificar todo y nada en su unidad poética: el poeta sabía que la poesía es mirada y si lo que se ve, todo aquello que se mira, puede llevarse al poema, puede poetizarse. Y ahí está Mediodía. Antología poética 1951-2005 (Papers de Versàlia), que recorre de la mano del también poeta Alejandro Duque Amusco la poesía en lengua española de Gomis, incluido el libro póstumo Fanfarria (Pre-Textos, 2009). El prólogo y edición de esta antología es del citado Duque Amusco, el fino retrato de la cubierta es de Manolo Romero y los sencillos dibujos que acompañan las brillantes páginas son de Natividad Ayala. La antología aparece, celebra y festeja el centenario de su nacimiento: “Sobrecogen el ánimo estas vidas dormidas/ Que con la muerte irrumpen en aguas más serenas”.
Es la primera antología que se publica de Gomis, aunque la edición de sus poesías completas en castellano apareció primero en Plaza & Janés (Barcelona, 1975) con el título Poesía 1950-1975 y segundo en la Universidad Popular José Hierro, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), en 2002, con prólogo ambas de Pere Gimferrer y esta última con el título Poesía completa en castellano, con un añadido para dar cuenta de los nuevos libros que se incluían. Tanto el prólogo como la nota a la edición son de justa y necesaria lectura, por ser textos de probada inteligencia y pedagógicos.
Y sí, con el poeta y antólogo Duque Amusco, estoy totalmente de acuerdo. Leer esta emocionante e inteligente selección, Mediodía, es leer la poesía del alma de un niño: “A veces, es un grito, otras, un estallido de originalidad, tan sorprendente como el prodigio de la existencia humana”. No hace falta decir que Gomis era profundamente católico y fundó y dirigió El Ciervo en 1951 y hasta su muerte. Fue periodista, ¡ojo con los títulos de sus poemas que parecen titulares periodísticos!, y catedrático de la UAB. La revista El Ciervo fue para muchas personas un símbolo de la lucha crítica del nacionalcatolicismo y del cristianismo progresista (casi parece un oxímoron, pero lo hay y los hay), a la vez que símbolo de la cultura europea, al menos abierta a ella, en esa España de años muy difíciles: “Aquí se lava todo, todo queda borrado,/ la mancha y el zurcido, el crimen y el pecado”.
La poesía de Gomis es, no cabe duda, memoria, mirada y lenguaje: “Esta noche con la capa/ de tu silencio me envuelvo” y apuesta por el decir de todo lo visible e invisible y si eso se puede nombrar, se puede lograr su mejoría. Me encanta ese su decir tan franciscano, cita el Cantico del Hermano Sol y sabe que “El pardo es el color de la paciencia”. Destaca el horror por la retórica y apostar por la ternura, de ahí que persiga la verdad y la belleza con su poesía y el humor preciso. Un poeta de vasta cultura y con gran capacidad de admiración. Diríase que fue un poeta que escribió su poesía sabiendo de la existencia viva, vivida, que se preocupaba por la realidad y esta la afrontaba con entera confianza: “Buscan el mirlo blanco y no saben que es mudo/ Lo que vale es el canto. Mi canto es mi saludo”.
Creo que su poesía es la de la palabra justa y necesaria, sin temor ni temblor, fruto de la observación, las lecturas y del trabajo. Solo hace falta ver las citas que acompañan a sus libros y poemas. Una poesía sencilla que llega y de qué manera, personas lectoras. Y estoy de acuerdo con Alejandro Duque, sin que sirva de precedente, claro: “la poesía de Gomis brilla ante el lector como un mediodía de sol tras la tormenta y su verso parecerá la mejor sonrisa con la que saludar el milagro de cada día”.
ENTRE TODO Y NADA
Yo no sé si de veras todo es todo
y no hay algo en el fondo de la nada
ni todo el fin es todavía todo
y nada es, después de todo, nada.
No sé si todo es realmente todo
o algo en la nada tembloroso nada,
porque si todo fuera siempre todo
no faltaría por ser todo nada.
Más que algo y bastante y mucho es todo,
menos que algo y bastante y poco es nada,
porque del todo nunca el todo es todo
ni la nada del todo es nunca nada.