Crisis, independencia y viñetas de leyenda

Nuestro colaborador Manu González continúa repasando la historia del Noveno Arte, ahora con «Cómics de los 90» (Redbook). Él mismo escoge para nosotros cinco de los más representativos.

Texto: Milo Krmpotic

 

Nacido en 1974, Manu González se plantó en la década de los noventa oteando la mayoría de edad y con unos intereses vitales que, en consecuencia, apuntaban más a la música y la fiesta que a quedarse en casa leyendo cómics. Con el tiempo, no obstante, ha regresado a los pequeños, medianos y grandes títulos de aquel período para constatar que, si bien la década no estuvo ni mucho menos a la altura de su predecesora (a la que Manu dedicó también un sentido repaso en Cómics de los 80), hubo en ella mucha viñeta que comentar, comenzando por la crisis del cómic de superhéroes (con los gravísimos problemas económicos de Marvel como símbolo) y acabando con el retorno en plena forma del cómic independiente (con Love and Rockets de los hermanos Hernandez como punta de lanza). Pero, junto a Estados Unidos, hubo otros escenarios significativos: Francia, Japón… y España, claro, donde muchos fueron los autores que tuvieron que buscarse la vida en el cómic para adultos tras el cierre de revistas como El Cairo o Cimoc, y los problemas de las editoriales del sector. He aquí cinco de los títulos que Manu González considera más representativos de esa época.

«Trazo de tiza»

de Miguelanxo Prado

(España, 1992)

Una conversación, ficticia o no, entre la gran doble B del fantástico argentino, Borges y Bioy, es el punto de partida de esta novela gráfica que vio la luz a lo largo de ocho números de Cimoc y que le valió a Miguelanxo Prado los premios al mejor cómic extranjero de Angulema 94 y al mejor autor español del Salón del Cómic de Barcelona de ese año gracias a su triple I:  irrealidad, impresionismo e incomunicación.

«La muerte de Superman»

de Dan Jurgens y Brett Breeding

(Estados Unidos, 1993)

Aunque las ventas del Hombre de Acero no iban mal, DC ansiaba un golpe de efecto que le permitiera competir con los mutantes de Marvel. Este se presentó bajo la abigarrada forma de Doomsday, un monstruo con el caos y la destrucción entre ceja y ceja, al que Superman solo logrará detener realizando el sacrificio definitivo. Un hito escalofriante contado en veinticuatro splash pages (¡¡!!) y otras dos dobles.

«Ghost World»

de Daniel Clowes

(Estados Unidos, 1997)

A lo largo de ocho números de la revista Bola Ocho apareció esta historia en la que un Daniel Clowes de 32 años proyectó todo su amor por la cultura pop y el cómic a través de una pareja de amigas, Enid y Rebecca, a las que el hastío veraniego y un chico conducen a una situación límite… para emparentarlas con la generación desencantada de los noventa. Como el Reality Bites de la viñeta indie USA, vamos.

«Barrio lejano»

de Taniguchi Jiro

(Japón, 1998-1999)

Como mangaka, Taniguchi Jiro tocó casi todos los géneros habidos y por haber, pero el cénit de su carrera llegó con este encuentro entre fantasía y costumbrismo emo en el que un empresario al borde de la cincuentena se despierta convertido en su yo de 14 años, lo que le permite intentar alterar el acontecimiento más dramático de su pasado: la marcha de su padre.

«Epiléptico»

de David B

(Francia, 1996-2003)

La obra maestra del miembro más genial de la abundante cosecha gala de autores noventeros tira de autobiografía para contar, en seis volúmenes y a medio camino entre el expresionismo germano y el underground de las barras y estrellas, la historia de una familia alterada por el Gran Mal —la epilepsia— que padece el hijo mayor, siendo su hermano pequeño el mismo David B.

 

Cómics de los 90

Manu González

Redbook

272 págs. 24€