Alison Weir denuncia el sufrimiento palestino con la connivencia de Estados Unidos

En «La historia oculta de la creación del Estado de Israel», Alison Weir habla de la fuerza internacional de lo que considera un poderoso «lobby sionista».

 

Texto: David VALIENTE

 

Alison Weir, de 74 años, es una escritora y conferenciante que abandonó su trabajo en una mediana editorial estadounidense, para sufrir las penalidades a las que todos los periodistas freelance están expuestos en el Próximo Oriente. Las cosas vistas en suelo palestino le hicieron replantearse los relatos considerados como fidedignos por la mayoría e investigar para llegar al fondo del asunto. De todos esas experiencias, de los libros leídos, de las conversaciones y entrevistas realizadas, ha nacido un libro potente y recalcitrante sobre el origen y la construcción del Estado de Israel: La historia oculta de la creación del Estado de Israel (Capitán Swing), donde nos descubre como el lobby israelí ha presionado a la democracia más ‘modélica’ del planeta para que le apoye en su proyección de un hogar judío en Palestina.

El libro fue publicado en 2014 para el público anglófono, aunque como ella asegura a Librújula a través de una entrevista realizada vía Google Meet “los medios más importantes no se han hecho eco de mi libro. Si he conseguido vender 50 000 ejemplares ha sido gracias a las redes sociales. Esto demuestra el peso que sigue teniendo el lobby israelí”. Otras mujeres antes que ella (Dorothy Thompson, Grace Halsell, Helen Thomas) periodistas también, sufrieron el descrédito de sus compañeros de profesión, nadie las creía, eran vilipendiadas y perseguidas mediáticamente hasta que su valentía daba todo lo que podía de si, y terminaban por rendirse. Acababan con sus vidas tanto profesionales como personales. “Desde luego yo no estoy en ese nivel, he sufrido serias amenazas; una vez di una charla en la Universidad de California-Berkeley y cuando regresé a mi despacho tenía un mensaje en el contestador en el que un hombre me decía que gente entrenada por el ejército israelí iba a venir a matarme a mí y a mis colaboradores”. Alison Weir guardó esa grabación y la tiene publicada en su página web disponible a cualquier persona que quiera conocer algunas de las técnicas mafiosas empleadas por los grupos de presión. Alison también asegura que intentan ponerle al auditorio en contra en sus intervenciones: “si mis oyentes son conservadores, afirman que soy comunista (cosa que no es cierta); en cambio, si los que me escuchan son demócratas afirman que soy una supremacista blanca (huelga decir que tampoco lo soy)”.

Comenta en el libro que antes de decantarse por Palestina, el sionismo estuvo tanteando otros lugares, como Uganda, Texas o Creta, para establecer el Estado de Israel, ¿por qué al final eligieron Palestina?

El padre del sionismo y de algún modo del actual Estado de Israel, Theodore Herzl, aceptó la oferta británica de establecer el Estado de Israel en Uganda. Durante un tiempo corto lo acordaron así. Pero los primeros sionistas no estuvieron de acuerdo. En su mayoría, estos sionistas eran agnósticos o ateos, gente desvinculada de cualquier sentimiento religioso, tampoco creían en las interpretaciones de los textos sagrados; pero de todos modos presionaron para que el hogar judío se estableciera en la actual Palestina argumentado las conexiones religiosas y la nostalgia que había entre los fieles y esa tierra. Es verdaderamente interesante que gente no creyente eligiera el establecimiento de su nuevo Estado por parámetros religiosos, e igual de interesante resulta que los judíos consideraban al sionismo una herejía.

Algo que tuvieron desde el principio muy seguro es que no lo podrían lograr solos, pocos años después del Congreso de Basilea asientan su posición junto a los Estados Unidos.

En el momento que se planteó la Declaración Balfour, Estados Unidos no era una potencia. Tenía un ejército, pero la sociedad americana no quería entrar en la guerra porque pensaban que era asunto de los europeos, algo que no les concernía. Cabía la posibilidad, incluso, de que los Estados Unidos hubieran entrado en el conflicto al lado de Alemania, no había nada claro. Los sionistas, en este contexto, hicieron de alcahueta política. Ofrecieron sus servicios a los británicos: si ellos les apoyaban en su proyecto de conformar el Estado de Israel en Palestina, los sionistas convencerían a los Estados Unidos de que entraran en la guerra con los aliados.

¿La «conquista sionista» de Estados Unidos de la que usted habla fue primero política, económica o social?

El poder sionista radica en su versatilidad a la hora de enfocarse en diferentes objetivos en un mismo tiempo. No desdeña la demografía, ni lo político, ni lo económico. En el aspecto político es interesante que hayan sabido encandilar tanto a la derecha como a la izquierda, y eso que esta última hoy en día abandera la lucha por los derechos de los palestinos. Tanto demócratas como republicanos han recibido importantes donaciones del sionismo; de este modo comprometían a los presidentes con su proyecto en Palestina. Unos donantes importantes fueron Sheldon Adelson y su esposa, que actualmente siguen donando dinero. Los sionistas han empleado su poder financiero y económico para dominar la política americana.

¿Podríamos afirmar que la famosa frase mal atribuida a Maquiavelo, “El fin justifica los medios”, cumple con la visión política y estratégica de uno de los mayores ideólogos del sionismo y del Estado de Israel, Louis Brandeis?

Lo caracteriza a la perfección. Recuerdo un libro, que cita un sionista, donde se ríen del derecho internacional humanitario. Para este escritor, las acciones durante la guerra no podían considerarse crímenes de guerra. Louis Brandeis compartía esta visión. Actualmente muchas personas involucradas con la construcción del Estado de Israel piensan del mismo modo. Hace poco vi una entrevista de una piloto del ejército israelí a la que le preguntaron cómo se sentía tras matar a mujeres y niños indefensos; ella respondió que lo hacía porque en un futuro esos niños se podían convertir en terroristas. Hoy en día, las fuerzas israelíes están matando niños palestinos para construir su Estado.

¿Qué opina del análisis mayoritario sobre el conflicto palestino-israelí? Expertos en la materia aseguran que Israel es una avanzadilla de los Estados Unidos en Oriente para controlar el lugar y sus recursos naturales.

Cuando te adentras en el conflicto es sorprendente descubrir que el relato no es como lo concebimos; por eso creo que es tan importante divulgar esta información: los Estados Unidos son un títere de Israel. Parece extraño, pero es de este modo. Por supuesto, tenemos responsabilidades en otros conflictos, hemos tomado nuestras propias decisiones en otros escenarios bélicos, pero en el conflicto palestino-israelí, no.

¿Cómo es posible que el resto de países haya aceptado un discurso que no tiene en cuenta el sufrimiento palestino?

Ha habido un esfuerzo por parte del sionismo de demostrar que Estados Unidos tiene intereses en el Próximo Oriente. Esto es muy bueno para las personas que quieren leer los conflictos desde una perspectiva imperialista, pero en realidad nos perjudica a todos porque no estamos diagnosticando bien cuál es el origen del conflicto, el lobby israelí sigue actuando impunemente, y así no se va a poder crear políticas efectivas que solucionen el conflicto.

 ¿Estados Unidos entró en la guerra de Irak por esas presiones?

La respuesta corta es sí. Pero no solo ha sido por las presiones del lobby, el mismo Estado de Israel pidió la intervención de Estados Unidos porque, como afirma Philip Zelikow, antiguo miembro de la Junta Asesora de Inteligencia Extranjera, Irak solo era una amenaza para los israelíes y su posicionamiento geoestratégico en la zona. Los medios de comunicación aseguran que la pretensión principal de su intervención en Irak fue el petróleo, pero no hay evidencias suficientes que respalden esta afirmación.

Denuncia en su libro que tras la Segunda Guerra Mundial se impidió la libre circulación y el asentamiento de los judíos en lugares que no fueran su Estado, ¿esta práctica sigue siendo habitual?

No creo que sigan promoviendo esa práctica, aunque continúan influenciando a la gente para que vayan a vivir a Israel. Tengo muchos amigos judíos y me han contado que israelíes vienen a los Estados Unidos a echarles en cara que no son buenos fieles porque siguen viviendo aquí en vez de mudarse definitivamente a Israel. Aunque también quieren proisraelíes en suelo estadounidense para continuar con su campaña proselitista. De todos modos, ser judío y vivir en Israel no te asegura una buena vida. Hace dos décadas, un grupo importante de judíos del África del norte se decantaron por trasladarse a Israel; el trato que recibieron fue lamentable, no tanto como el recibido por los palestinos, pero se les consideraba ciudadanos de segunda, incluso de tercera.

¿Qué le parece el nuevo gobierno que se ha conformado en Israel? ¿Cree que el hecho de que haya un partido en la coalición que representa a los árabes producirá algún cambio en el conflicto?

No lo creo. No dudo que la minoría árabe en el gobierno hará todo lo que esté en sus manos para rebajar la intensidad de ciertas políticas antipalestinas, pero no creo que tenga éxito porque la coalición está dominada por la derecha, una derecha que en ocasiones puede llegar a ser más extrema que el mismo Nethanyahu.

En 2017, Donald Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, además retiró el dinero que Estados Unidos destinaba a la ONU para los refugiados palestinos. ¿Detrás de estas acciones también estuvo el lobby israelí?

Claro, el dinero que recibió para su campaña de Sheldon Adelson definió las líneas de sus futuras políticas en el Oriente Próximo. Al principio de su candidatura comenzó diciendo cosas razonables, a pesar de ser de derechas y  de tener tantas fallas personales, que dieron cierta esperanza respecto al conflicto.  Pero los ataques de los liberales- por buenas razones- y la presión de sus donantes, le llevaron a tomar esas fatales decisiones.

¿Cree que Biden hará cambios significativos?

Sí y no. Para empezar Biden ha apoyado desde el principio a Israel, es más, él mismo se ha declarado abiertamente sionista. En este sentido hay pocas esperanzas. Sin embargo, un número mayor de demócratas, progresistas y grupos locales adjuntos a su partido apoyan los derechos humanos. Cuando yo comencé hace unos años esta investigación, los intereses eran Vietnam o el apartheid de Sudáfrica, pero ahora cada vez más gente dentro de su partido apoya a los palestinos, y eso Biden no lo puede obviar. De algún modo, esto tiene que traer cambios.

Respecto a China, ¿cree que ese grupo de presión intentará establecer la misma relación que ha mantenido con Estados Unidos durante el siglo anterior?

Es muy posible. La historia nos enseña que los sionistas van detrás de todas las potencias que les puedan ser útiles, primero fueron tras los otomanos, después los británicos y los americanos, y, por qué no, China también. China se ha transformado en poco tiempo en una potencia que puede sobrepasar a los Estados Unidos. Posiblemente estén preparándose para cuando eso ocurra. Hace unos años estuve en China y me sorprendió descubrir que el gobierno censura la información que trata sobre el conflicto palestino-israelí, y es sorprendente porque antes China siempre había apoyado bastantes luchas sociales alrededor del mundo.