«Personas decentes», de Leonardo Padura

La novela más reciente del escritor cubano Leonardo Padura, quien recibe hoy el Premio Pepe Carvalho 2023 por toda su carrera literaria.

 

Texto: Alfonso DE LA HOZ

 

Tras el éxito de Como polvo en el viento, Leonardo Padura (La Habana, 1955) regresa por la puerta grande a la novela policiaca de la mano de Mario Conde, el detective melancólico, con vocación de escritor, que perteneció durante diez años a la policía de La Habana; periodo reflejado en la tetralogía de las cuatro estaciones (Pasado perfecto, Vientos de Cuaresma, Máscaras y Paisajes de otoño). Posteriormente, el novelista cubano decidió que Mario Conde abandonara el cuerpo policial y se convirtiera en un librero de viejo. De esta nueva trayectoria nos da cuenta Padura en Adiós Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente .

En esta ocasión, Leonardo Padura se retrotrae en Personas decentes a la primavera cubana de 2016, en la que tienen lugar tres acontecimientos destinados a cambiar el devenir político y social de la Isla: la inminente visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el primer concierto de los Rolling Stones en la Habana y el desfile de alta costura de Channel. A diferencia de los habitantes de la capital cubana, que aguardan con gran expectación la llegada del presidente norteamericano, Conde difiere de sus conciudadanos y observa con escepticismo el progresivo desmoronamiento del país.

Ante la falta de efectivos policiales por el despliegue de seguridad que origina la visita de Obama, Mario Conde es requerido para colaborar en la investigación del brutal asesinato de un antiguo represor de los años setenta, cuya crueldad afectó entre otros a Virgilio Piñera y a Lezama Lima.

Paralelamente, se narran unos hechos acecidos en la Cuba del año 1910, en vísperas de la llegada del cometa Halley. Arturo Saborit, un policía recién llegado a La Habana, intenta esclarecer el asesinato de dos prostitutas al tiempo que empieza a relacionarse con el célebre magnate y proxeneta Alberto Yarini. Los paralelismos entre las dos épocas son una constante a lo largo de la novela: el porvenir de la nación ante la corrupción política, la prostitución o las desigualdades.  Saborit, al igual que Conde, trata de ser fiel a unos principios éticos, manteniendo un actitud digna y decente, algo que no siempre se consigue.

La novela tiene un ritmo trepidante y atrapa al lector desde el primer momento. Está maravillosamente escrita y la descripción de La Habana de principios del siglo XX, recién adquirida la independencia, resulta magistral.

Padura también retrata con bastante solvencia la Cuba que aguarda a Obama y que recibe constantes flujos de dinero. Sin embargo, las reflexiones de Mario Conde dejan en el aire un clima de desesperanza. Al fin y al cabo, no deja de ser un “beatlemano” que se enfrenta a la tardía eclosión de los Stones en la isla.

Las expectativas de cambio político en Cuba ante la visita de un jefe de estado extranjero tienen un precedente literario en El Niño de Luto y el cocinero del Papa, novela escrita por Juancho Armas Marcelo, que recrea la visita del Papa Juan Pablo II a la isla de Cuba en 1998. La figura de Fidel Castro, que en la novela aparece como “el Hombre Fuerte”, permanece omnipresente durante toda la trama, mientras que en la novela de Padura pasa totalmente inadvertida, pese a que el líder cubano todavía vivía durante los hechos que se narran en Personas decentes (falleció en noviembre de 2016).

En la novela del escritor canario también se advierten la esperanza de cambio que puede originar la visita, aunque como también sucede en la nueva obra maestra de Padura, una vez más se cumple la máxima lampedusiana: “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi.” (Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie).