Isabel Bono mantiene el fuego encendido de la poesía en «Frío polar»
Tusquets publica «Frío polar» de la malagueña Isabel Bono.
Texto: Enrique Villagrasa
No sólo abril es un mes cruel para los poetas y la poesía. También octubre. Fue en dicho mes cuando el poeta y amigo de Isabel Bono (Málaga, 1964) Antonio Muñoz Quintana (Málaga, 1969-2014) desencarnaba, dejaba esta existencia. Y claro, Bono no podía ni quería dejar las cosas como estaban, tenía que escribir, quería arrancar los marcos de las puertas, como dejó escrito en alguno de sus poemas incluidos en Después (Huerga & Fierro, 2019) y surgió Frío polar, poema que da título a uno de los mejores libros de poesía publicados en 2024. Así, Frío polar (Tusquets, 2024), con prólogo luminoso e interesante de Fernando Luis Chivite. Un texto breve, conciso, intenso, lleno de amistad, que mantiene el fuego encendido de la poesía y más de esta poesía de Bono, que es pura llama, pues siempre sus versos son verdaderas antorchas encendidas que iluminan.
Creo que los breves poemas abiertos, sin ningún signo ortográfico, que esperan la complicidad de las personas lectoras para que en ellas tenga continuidad, los poemas de Frío polar contienen esos versos incendiarios pues quiere que el sol gire alrededor de su casa, esa casa de Bleturge: “DRAGARON el río/ boquean los peces/ que ya parecían muertos// me pregunto/ si resistirán las tortugas// si hasta las palomas más sucias/ se han marchado/ ¿qué nos queda?” Queda la inteligente soledad de saber citar al noruego Kjell Askildsen y al brasileño Lêdo Ivo, autores que abren el libro, sin ir más lejos, que dan cuenta de lo esenciales que son estos escritores en el quehacer demiurgo de Isabel Bono. Los cuentos breves son su liberación. Tal vez sus poemas, sean solo eso: historias breves que iluminan nuestros senderos. Que me recuerdan El camino no elegido del norteamericano Robert Frost. No hay que olvidar que también nieva en Bleturge y que A VECES/ la nieve sucede a espaldas de uno// y uno no desea volverse”. Pues, nadie quiere ser la esposa de Lot.
Isabel Bono es consciente de que no solo la escritura es un hecho creativo, lo es y sin duda alguna la lectura y esto lo maneja muy bien nuestra autora, que es hija de sus lecturas, de las escrituras del francés Christian Bobin, sin ir más lejos, o del estadounidense Kurt Vonnegut. Pero más allá de la literatura está la poesía, y más la poesía de Isabel Bono, que no cabe duda es belleza y verdad, azar y necesidad, temor y temblor. Una inteligente poesía pura que conmueve y de qué manera: “y el sol ahí/ guiando tus pasos”. Creo que es un libro de poesía que atraerá a quienes no les guste leer poesía. Y también afirmo que Isabel Bono es nuestra Djuna Barnes (Nueva York, 1892-1982). También su poesía, la de Bono, es un bosque en la noche y es ella, la Bono, una de las poetas más interesantes de hoy en esta España nuestra: “TU VOZ sobre las cosas quietas/ añadiendo luz al silencio”.
Hago mías las palabras de Chivite y añado que es su mejor libro, sin duda alguna; pues sí, puede que sea por eso, “por el frío que hace dentro”, por más que sus poemas sean antorchas encendidas y sujetas a la mano, esa que IMAGINA LUZ/ AQUÍ no hay mapas// un cuerpo sin sombra/ el único camino”.
NED LUDD ME ENSEÑÓ A NADAR
DEFIÉNDEME del necio
que cacarea al amanecer
con sus plumas de oro
no dejes que sus palabras huecas
hagan nido en mis ramas
y entorpezcan mis pasos
devuélveme la cordura
y no detengas esta caída