De gladiadores y vampiros a aliens y robots, Jay Kristoff presenta sus últimas novelas de ciencia ficción

El escritor australiano Jay Kristoff participó en el festival 42 de fantasía y ciencia ficción de Barcelona.

Texto: Andrea Marzán @lalibredrea y Mara Antón @maravonentropy  Fotos: Buh Lune y Pol S. Roca

 

Hace poco más de un año charlamos con el autor australiano Jay Kristoff de su última novela e inicio de la trilogía (puesto que todo lo que ha escrito hasta la fecha viene de tres en tres), El imperio del vampiro. Después de Crónicas de la Nuncanoche (publicadas también por Nocturna Ediciones), la más desconocida Las guerras del loto (Editorial Hidra) y una iniciada pero abandonada Illuminae (Alfaguara juvenil, de Penguin Random House); el sello Umbriel (Grupo Urano) ha recogido el testigo de su obra y ha publicado las dos primeras partes de Lifel1k3, la primera de Aurora Rising y ha anunciado las fechas de sus continuaciones.

En Barcelona, durante la celebración del Festival 42, retomamos la conversación con Kristoff, que trae las tres nuevas novelas en español bajo el brazo y la noticia de la inminente publicación en inglés de Empire of the Damned (continuación de El imperio del vampiro).

 

Nos encanta poder leer por fin tus trilogías más espaciales y futuristas, ¿qué tal ha sido la experiencia de publicar todas (o casi todas) tus trilogías en España?

Es increíble, algo realmente difícil de describir. Suena cursi, pero es prácticamente magia. La idea de que mis historias y sus personajes puedan traducirse a lo grande, que crucen fronteras que yo físicamente tal vez no pueda cruzar y que mis historias puedan ser contadas en países que nunca he visitado y a gente que nunca he conocido es algo extraordinario.

De modo que me siento muy afortunado. Y quiero lanzar un enorme agradecimiento a la editorial Umbriel y a todas las personas que han trabajado increíblemente duro en todo esto durante el último año. Es una verdadera bendición.

 

¿En qué contexto te sientes más cómodo describiendo: en el de un mundo fantástico creado de cero por ti o en uno como el nuestro pero en el futuro, ya sea en una carrera espacial o batallando en una versión posapocalíptica de nuestra sociedad?

Ambos son retos diferentes e interesantes a la hora de crear. Normalmente, cuando construyes un mundo de ciencia ficción, extrapolas lo que ya existe. En Lifel1k3 creé un mundo posapocalíptico: cogí el mundo que teníamos y lo rompí tan fuerte y en tantos trocitos como pude. En Aurora Rising lo que hice fue suponer que la humanidad había conseguido escapar de la Tierra y se había extendido por la galaxia. Quería un mundo (o universo) más optimista. Creo que uno más pesimista me resulta en cierto modo más fácil porque estoy construyendo sobre lo que ya existe, no creando algo de la nada. Y pese a ser algo más optimista, en Aurora Rising siguen ocurriendo cosas terribles, por supuesto. Para los que aún no lo sepan, en mis libros siempre tienen que suceder cosas malas. De lo contrario, ya sabes, la historia sería bastante aburrida. Pero, sí, quiero decir, al menos la humanidad en esta trilogía ha podido escapar de un planeta moribundo, y ha descubierto diferentes especies y culturas. Una humanidad más en expansión, al contrario que en Lifel1k3, donde sobreviven sobre las ruinas de lo que nuestra sociedad ha dejado.

Pero, de nuevo, cuando creas un mundo secundario de fantasía, normalmente te inspiras en cosas que sucedieron en el pasado y luego las extrapolas. En mi trilogía de Nuncanoche, me inspiré mucho en Venecia y la antigua Roma. Seguía utilizando conceptos y estructuras que ya existían, pero los retorcía para construir algo nuevo a partir de ellos. Así que ambos tienen diferentes retos y ambos son muy divertidos. Me gusta sentarme y crear pequeños compartimentos en mi cabeza y luego poner personajes en ellos y que les pasen cosas terribles y, con suerte, que salgan historias divertidas. Pero sí, disfruto construyendo todos esos mundos, ya sea más fácil o más difícil. Tienen diferentes retos, pero ambos son una manera muy buena de ganarse la vida.

 

Todos tus libros, especialmente Lifel1k3, están contextualizados en un mundo que se cae a pedazos (o ya lo ha hecho), o, cuanto menos, que está lleno de decadencia y corrupción. ¿Qué crees tú que podemos y debemos aportar a un mundo como el nuestro actual, que está a un pelo de convertirse en apocalíptico? ¿Cuál crees que es el papel de la literatura en todo esto?

En cuanto a lo que deberíamos hacer, es una pregunta muy difícil y estoy seguro de que hay mentes más brillantes que la mía que deban intentar resolver el problema. Lo más fácil sería adoptar un punto de vista pesimista, supongo. Y yo tiendo al pesimismo por defecto, pero trato de inyectar optimismo y esperanza en los libros que escribo, porque la idea de que una sola persona puede cambiar las cosas es muy importante. No creo que haya que dejarse llevar por la desesperación; puedes mirar a tu alrededor y ver un mundo que da mucho miedo y decidir esconderte bajo las sábanas si quieres, pero eso no va a solucionar nada. Tenemos que reconocer los problemas a los que nos enfrentamos y trabajar juntos para intentar resolverlos.

Y creo que eso es lo que intento hacer en mis libros. Al menos, señalar un problema potencial y mostrar posibles resultados, a veces horribles. Lifel1k3 transcurre en un mundo que hemos roto, pero incluso en una situación tan oscura como la que allí planteo cuento una historia sobre el poder del individuo, la capacidad de todo el mundo de marcar la diferencia, de no perder la esperanza y de luchar por aquellas ideas que realmente importan, como el amor, la amistad, la esperanza y el coraje.

Así que, aunque hablo de cosas terriblemente deprimentes, espero que las historias que cuento no lo sean tanto. De todos modos, no sé si estoy teniendo éxito, eso lo tienen que juzgar los lectores. Intento hablar de experiencias humanas realmente positivas. Aunque, sí, a veces los mundos que construyo son lugares bastante aterradores. Creo que tienes que mirar en las sombras y no tener miedo, porque si tienes miedo de enfrentarte a estos problemas acabarán por abrumarte. Hay que mirar al diablo a los ojos, por así decirlo.

 

La trilogía de Aurora Rising la has escrito junto a Amie Kaufman, ¿cómo surgió la idea de escribir juntos? ¿Y de la novela?

Amy y yo ya éramos amigos antes de ser coautores. Nuestros primeros libros salieron más o menos al mismo tiempo y no conocíamos a ningún otro autor en Melbourne, que es la ciudad donde vivo, así que nos juntábamos para almorzar todos los meses y hablábamos sobre la experiencia de publicar. Un día vino y me dijo que había soñado que escribíamos un libro juntos; no recordaba de qué trataba, pero sí que eran dos personas escribiéndose correos de ida y vuelta. Algo así como un libro escrito en correos electrónicos. Empezamos a darle vueltas a la idea y acabó siendo una especie de génesis de la serie Illuminae, que son los primeros libros que publicamos juntos.

Cuando terminamos esta trilogía decidimos que queríamos seguir trabajando en el campo de la ciencia ficción, así que cada uno hizo una lista individual de todas los elementos preferidos de las series y libros que leía y veía cuando éramos niños. Y cada vez que había una especie de cruce entre dos elementos, un match, decidíamos que eso es lo que íbamos a incluir en los libros que estábamos escribiendo. Esos fueron los cimientos de Aurora Rising.

 

¿Cómo funciona el proceso de escribir a cuatro manos?  ¿Qué crees que es en general lo mejor y lo peor de llevar a cabo un proyecto colaborativo así?

Lo mejor es que tienes dos cabezas en lugar de una. Suena muy a tópico, pero es que dos cerebros resuelven mejor un problema que uno solo. Así que cada vez que te enfrentas a una situación que no puedes resolver, puedes preguntar inmediatamente a tu coautor, también íntimamente familiarizado con el mundo que estás construyendo, y así tienes cuatro ojos en el problema en lugar de dos. Eso es muy útil. Cuando estás escribiendo un libro por tu cuenta, a menudo tienes que escribir muchas páginas antes de que puedas mostrárselo a alguien. No puedes simplemente enviarle un capítulo a tus editores porque ellos no se hacen una idea de lo que intentas hacer o a dónde quieres llegar. Así que, a menudo, uno se encuentra solo en la oscuridad y es muy fácil equivocarse y darse cuenta, veinte mil palabras después, de que has cometido un error y tienes que borrarlo todo y volver a empezar.

En cambio, trabajando con otra persona recibes un feedback constante. Es una especie de tormenta perfecta de creatividad. Lanzas una idea a tu coautora y ella se emociona, extrapola esa idea, la hace crecer y te la devuelve de nuevo. Es algo así como jugar al ping-pong con la creatividad. Es realmente genial, divertido y gratificante, si encuentras el coautor adecuado.

 

 ¿Teníais todo pensado antes de escribir cada volumen o bien os permitisteis navegar un poco a la deriva juntos con la narración?

Yo creo mucho en la fluidez durante el proceso de escritura. Lo cierto es que probablemente sea porque no soy lo suficientemente inteligente como para ver el libro entero cuando empiezo, por lo que tiendo a descubrir el libro a medida que lo escribo.

Amy y yo nos hemos dado cuenta de que si planeamos con demasiada antelación, se nos ocurrirá tarde o temprano una idea genial a mitad de camino que lo cambiará todo. A menudo básicamente nos sentamos y planeamos alrededor de un centenar de páginas, no más, para averiguar cuáles son los giros, las grandes revelaciones y luego dividimos esas cien páginas en fragmentos y cada uno de nosotros se pone a cargo de escribir algunos de ellos para recomponerlos.

En Aurora Rising hay siete puntos de vista correspondientes a cada personaje principal, de los cuales yo escribí cuatro y ella tres. Teníamos que descubrir a través de los ojos de cuál de ellos sería mejor mostrar los acontecimientos que se están desarrollando en el mundo exterior. Y cada personaje tiene su propia historia que contar, un oscuro secreto para ser revelado, además de su momento de héroe para salvar el día.

También escribimos una especie de dosier, como una biografía, sobre cada uno. Algo como: ¿cómo son, cómo crecieron y cuáles son sus creencias? ¿Qué es lo que más miedo les da, cuál es su más oscuro y profundo secreto que no quieren que nadie más sepa? Y compartimos esas fichas entre nosotros. Y luego, cuando escribimos la primera escena juntos, sentía que era como una especie de juego de rol libre e interpretativo. Como una reunión informativa donde hay cinco o seis de los personajes principales sentados alrededor de una mesa hablando entre sí. Nos limitábamos a escribir los diálogos desde varias perspectivas, no nos preocupábamos por la dirección, solo hablábamos, les hacíamos dialogar. Necesitábamos entender cómo hablaba cada personaje y cómo se sentía. Y a partir de ahí, fuimos construyendo.

 

¿Hay veces que cada uno tiene un fin concreto para un personaje y os cuesta poneros de acuerdo? (Ya sabes, por la tendencia que tienes a destripar a tus creaciones…)

Siempre tuvimos la libertad de entrar y salir de los capítulos del otro. Por ejemplo, yo escribí sobre todo a Tyler, era, entre comillas, mi personaje. Así que si Amy en sus capítulos le hacía conversar con otros personajes y yo percibía que no encajaba del todo, que estaba fuera de lo que él diría, yo podría saltar dentro del capítulo y dejar una nota para Amy diciendo: «Creo que él diría algo más así», y Amy hacía lo mismo conmigo. Los personajes estaban bajo nuestra responsabilidad, pero ninguno se enfadó ni se puso nervioso con los comentarios del otro. Fue una experiencia de colaboración muy divertida, y confiamos plenamente el uno en el otro.

Llevamos varios años trabajando juntos. Nunca nos hemos peleado. Nunca hemos tenido una discusión. Bueno, tuvimos una, una discusión animada, supongo que se podría llamar, cuando estábamos escribiendo el último libro de Illuminae y tratando de averiguar cómo el clímax de la serie iba a funcionar. Yo quería ser un poco más cruel, quería matar a algunos personajes más y Amy no. Y simplemente nos sentamos, tuvimos una conversación sobre lo que sentíamos que la serie había prometido al principio y lo que los lectores podrían querer o esperar de ella. Y sí, aunque no estábamos de acuerdo, ambos queríamos que el libro fuera lo mejor posible. Así que al final, Amy ganó esa discusión, es muy buena argumentando. Solía ser abogada, así que…

 

¿Con quién más te gustaría escribir una historia? Escoge un autor o autora vivo y otro fallecido.

Guau, esa es una muy buena pregunta. En cuanto a una autora viva probablemente elegiría a Laini Taylor. Es mi autora de fantasía favorita de todos los tiempos. Escribe de una forma que yo no podría ni imaginarme escribiendo, pero no estoy seguro de cómo escribiríamos juntos. Creo que su técnica de escritura es muy diferente a la mía, pero me encantaría intentarlo. Cuando buscas un coautor, es tan importante su forma de trabajar como el texto que produce y Amy y yo trabajamos muy parecido en ese sentido, en cambio con Laini…, creo que es más una hija del caos externalizado. Y lo digo en el buen sentido, desde el respeto y la admiración, porque ella es sencillamente increíble. En cuanto a un autor muerto… Dios, no lo sé. Tolkien. Aunque no creo que nos lleváramos muy bien, solo sería genial el simple hecho de sentarme a hablar y crear con él.

 

¿Y cuando escribes tú solo? Recordamos de nuestra anterior entrevista que solías compaginar tu trabajo en agencia con la escritura en tu tiempo libre, pero ahora que eres escritor a tiempo completo, ¿cómo lo llevas? ¿Cómo es tu rutina del día a día?

Lo trato como un trabajo cualquiera. Quiero decir, me siento muy afortunado de poder ganarme la vida con ello, y es muy difícil para un autor, sobre todo en Australia. Así que la idea de poder ganarme la vida con ello es un regalo. Y no quiero darlo por sentado, así que intento ser muy disciplinado  y tratarlo con el respeto que le tendría a otro trabajo, como haría cualquier otra persona. Así que me levanto pronto por la mañana y, si puedo trabajar desde casa, intento sentarme delante del ordenador a las diez en punto, después de pasear a mi perro e ir a por un café a la tienda de la esquina y luego me siento e intento escribir mínimo dos mil palabras cada día, y normalmente lo consigo. Antes podían ser tres mil diarias, pero me he vuelto más lento a medida que envejezco, así son las cosas.

Solía ser un poco más libre y fluido durante el proceso de escritura, como hablábamos antes. Iba encontrando la historia sobre la marcha. Pero descubrí por las malas que el problema es que si te equivocas pierdes mucho tiempo, así que ahora intento ser más ordenado a la hora de trazar el libro antes de empezar, al menos para tener el esqueleto sobre la mesa y luego construir la carne alrededor de los huesos. Y de esa manera sé que siempre y cuando me adhiera a la ruta que he dibujado no cometeré demasiados errores. Tomé tantas decisiones equivocadas en El imperio del vampiro… tiene doscientas cincuenta mil palabras pero probablemente escribí más de cuatrocientas mil y borré un montón de cosas. No quiero que me vuelva a ocurrir. Me vuelve loco y hace que mi esposa me quiera asesinar. Ahora intento planificar alrededor de tres cuartas partes del libro antes de empezar a escribirlo, pero aún me gusta dejar el final abierto para que pueda sorprenderme.

 

¿Qué consejo darías a todas aquellas personas que tienen ideas en su cabeza o cosas que decir y no se lanzan a escribirlas?

El mejor consejo que me dieron al principio de mi carrera: siempre que te sientes a escribir no finalices una sesión de escritura terminando una frase. Déjala a medias, como «Jay entró en la habitación y entonces», y luego deja de escribir ese día. Y al día siguiente, cuando vuelvas y te sientes en el ordenador, no tienes que preguntarte qué pasa después, ya sabes lo que pasa después. Es una manera de empezar a trabajar porque normalmente una vez que el motor se pone en marcha, las cosas son cada vez más fáciles. Si te dejas a ti mismo en un pequeño cliffhanger, cada día estarás un poco más emocionado por volver al trabajo. Es un pequeño truco que me resultó muy útil cuando empecé.

Pero el mejor consejo que puedo dar es que termines un libro. No importa si es malo, tienes que darte permiso para escribir mal. Todo el mundo es malo cuando empieza, nadie se sube a una bicicleta y ya sabe manejarla. Tienes que aprender y a veces aprendes cayéndote de ella y aprendes estrellándote y eso está bien mientras no, ya sabes, te hagas mucho daño. Si has construido un libro que no funciona, puedes arreglarlo. Si el libro no está en tu ordenador, si el libro no existe, entonces no puedes arreglar nada porque no hay nada sobre lo que trabajar. Así que no importa si el primer borrador apesta, el primer borrador siempre apesta. Todos los autores que has leído, todos los libros que amas, cuando fueron escritos por primera vez, apestaban. Así son los libros en sus inicios. Así que sí, puedes arreglar un libro fallido. Pero no puedes arreglar un libro que no existe.

Permítete ser malo, hacerlo mal. Porque sentarse y encontrar la motivación y el tiempo para escribir cada día puede ser complicado. La cuestión es que no todo funciona para todo el mundo. Si alguien te da consejos sobre cómo escribir y te dice que hay algo que tienes que hacer sí o sí, ten cuidado con esa gente, porque cada escritor trabaja de una forma distinta y, hagas lo que hagas, si al final tienes un libro terminado, es que esa es la forma correcta de escribir para ti. Cada escritor es diferente, pero terminar el libro es el mejor comienzo.

 

¿Y qué haces para relajarte cuando no estás escribiendo?

Juego mucho a videojuegos. Salgo por ahí con mi bella esposa. Juego a Dragones y mazmorras y a juegos de mesa con mis amigos. Soy un pedazo de nerd. Si estoy en casa con cinco de mis amigos, sentados alrededor de una mesa jugando, entonces soy mi mejor yo. Y si hay cerveza, mejor.

Hago cosas de manual nerd. Ir de vacaciones de vez en cuando y eso es todo. No soy una persona muy emocionante. Pero todos los amantes de los libros tendemos a preferir quedarnos en casa, ¿verdad?

 

¿Qué libro o libros esperan en tu mesita de noche? ¿Cuál o cuáles te has traído a España para leer?

El único libro que me traje a España es el mío, y es que estoy escribiendo la tercera entrega de El Imperio del Vampiro, así que no me puedo permitir ahora leer por diversión. Porque incluso cuando te vas de viaje hay plazos de entrega que cumplir. Desde luego no soy tan eficiente cuando escribo mientras viajo, pero sigo intentando escribir todo lo que puedo. Me siento un poco culpable cuando no lo hago, pero cuando estoy de viaje solo suelo escribir unas mil palabras al día.

 

¿Llegará el día en el que escribirás un autoconclusivo?

¡Estoy en ello! Acabamos de vender una novela independiente. Ya he escrito tres cuartas partes de ella y acabamos de empezar a revisar y firmar contratos, así que saldrá pronto… Primero he planeado una nueva trilogía y las noticias sobre ella saldrán a principios del próximo año. Y, al mismo tiempo, daremos noticias sobre esta novela independiente. Así que creo que lo que sucederá es que terminaré primero El Imperio del vampiro, después lanzaré el primer libro de la nueva trilogía, y luego publicaré la novela autoconclusiva entre el libro uno y el libro dos de esta, porque esta novela independiente es bastante diferente a todo lo que he escrito hasta ahora y no quiero que la gente piense que he cambiado mi forma de escribir. No es indicativo de un nuevo estilo de escritura que estoy adoptando o una nueva historia que voy a contar, era sólo una idea que me encantó y la prosa es muy diferente en su estructura.

Puedo deciros de este libro nuevo que es fantasía. Pero totalmente diferente. Es raro, pero creo que podría ser genial y es muy divertido de escribir. Es una experiencia muy diferente y la he estado escribiendo a ratos durante los últimos cinco o seis años. Solo me falta escribir el final, pero es tan diferente que me tiene preocupado… Espero que a la gente le guste.

 

¿Y de esa nueva trilogía? ¿Algo que nos puedas avanzar?

No sé si se me permite decir nada más… Puedo adelantar que el próximo libro que estoy escribiendo es sobre una especie de demonios… más o menos. Digamos que es similar en cierto modo a El Imperio del vampiro y a Nuncanoche, en tanto que es fantasía oscura. En cuanto a la extensión, probablemente se parezca más a Nuncanoche que al Imperio. Los libros del Imperio son gigantescos y se tarda una eternidad en escribirlos, así que espero poder sacar la siguiente serie un poco más rápido.

En cuanto al tono, lo definiría como una especie de fantasía grimdark con elementos cómicos, y es un mundo diferente. No hay conexión entre nada de lo que he escrito antes, así que es algo nuevo. Tiene un gran elenco de personajes. Y estoy muy entusiasmado con ello, pero sí, no puedo decir mucho más que eso, pero vamos a dejar caer el título del primer libro y la temática a principios del próximo año. Pero primero tengo que terminar el tercer libro de Imperio. Llevo ya tal vez una cuarta parte del camino hecho y espero estar terminándolo por estas fechas el año que viene.

 

Has comentado hace poco que la comunidad hispanohablante podremos leer Illuminae próximamente y que tienes un proyecto de televisión en marcha, ¿algo más que nos puedas contar o adelantar? ¿Algún proyecto más que puedan esperar tus lectores?

No estoy seguro de si debía decir esto, pero sí, podréis leer Illuminae en español y descubrir por fin cómo termina la historia. Además, tenemos dos ofertas para adaptar uno de mis libros a un juego de mesa, espero que para 2024 tengamos algo definitivo.

También tenemos un proyecto de televisión entre manos y todo lo que puedo decir es que tendréis noticias a principios del próximo año. Estoy intentando no emocionarme demasiado con ello. Pero sí, las noticias al respecto llegarán después de año nuevo, muy pronto, y no puedo esperar a compartirlas.