Barcelona poesía: una semana dedicada a lo efímero
El festival Barcelona Poesía se celebra en la ciudad condal desde el 6 hasta el 13 de mayo.

Un momento del acto de homenaje al poeta Pere Gimferrer.
Texto y foto: Gaia Tilotta
“En tiempos de retrocesos del humanismo en lo que todo parece que se tecnifica y endurece, Barcelona Poesía os propone que os detengáis esta semana y escuchéis la voz de los poetas, sus versos etéreos, sublimes y multiformes”. Así empieza la declaración de intenciones del festival de poesía que, desde el martes 6 de mayo hasta el próximo día 13, está animando la ciudad condal.
Uno de los hilos conductores de la programación del festival de esta edición es la atención a los idiomas: la slam de traducción poética del portugués que se celebró el jueves; el recital de poetas sordos traducidos a la lengua de signos catalana de Montserrat Ruissiñol y Eiden Sánchez del domingo; y el recital de poesía gallega por Lupe Gómez, Eduardo Velasco y Nuria Vil que se celebrará esta tarde del lunes. Además de la participación en el certamen de poetas como Mario Obrero, que acaba de publicar Con e de curcuspín: Cartas a las lenguas.
Barcelona Poesía incluye eventos de naturaleza variada entre sí. Desde el taller de escritura poética impartido por Lola Nieto, que marcó el comienzo de las actividades del festival, hasta los recitales-conciertos en los que poesía y música se mezclan, como Mediterranèa en vers. Josep Tero en concert, pasando por las conversaciones y los homenajes, como el recital organizado en ocasión del centerario del nacimiento de Josep Maria Llompart, protagonizado por Jun Komura, Lucia Pietrelli, Pau Vadell y Susanna Rafart.
Uno de los actos más esperados de esta edición fue el homenaje al escritor Pere Gimferrer, que tuvo lugar el pasado jueves en el museo Frederic Marès, en el que Josep Pedrals, Vicenç Altaió y Perejaume recitaron versos de dos de los poemarios del poeta catalán: Arde el mar (1966) y Los espejos (1970), no obstante la cercanía a la catedral, donde las campanas tocaron durante 45 minutos para anunciar la elección del nuevo pontífice, hicieron muy difícil escucharlos. Tanto los oradores, como los asistentes y el mismo Pere Gimferrer, sentado en primera fila, se lo tomaron con resignación e ironía, intercambiando una que otra sonrisa.
También Raymond Antrobus, en conversación con Gabriel Ventura, mostró una actitud divertida cuando, al leer unos versos suyos sobre la muerte, miró de reojo el cartel de Barcelona Poesía que amenazaba con caerle encima empujado por el viento primaveral que recorría la terraza de la fundación Joan Brossa donde tuvo lugar el vermú poético. A pesar de ello, el lugar fue idóneo porque igual que el artista catalán mezclaba en su poesía lenguajes diferentes, el poeta británico deja interactuar en sus composiciones el inglés y la BSL (British Sign Language), mostrando las posibilidades creativas de la sordera y del bilingüismo que le inducen a reflexionar sobre las notas más corpóreas del lenguaje.
Las voces de poetas emergentes se combinan con las más aclamadas en Barcelona Poesía. En la tarde del sábado, se oyeron las propuestas de los jóvenes Greta Sibling y Toni R. Juncosa, donde destacaron los poemas de este último por la contundencia y aspiración a crítica social de sus versos. Por otro lado, el festival cerrará el martes sus actividades con el recital de Anne Carson, además de los de Ana Blandiana, Berta García Feat, Lupe Gómez, Shota Iatashvili, Márton Simon y Adrià Taga, en el Palau de la Música Catalana.
El miércoles, quizás, parecerá que la magia de la poesía ha desaparecido de Barcelona, como hacen las burbujas de jabón, pero como concluye la declaración de intenciones del festival, “habremos gozado del trayecto, de las formas, del dibujo transparente que habrán escrito en nosotros. Como un sol que continúa luciendo de noche.”