Almudena Vidorreta poetiza la maternidad gozosa y la de la pérdida
La Bella Varsovia publica el poemario «La cicatriz de la selva».
Texto: Enrique Villagrasa
Leer La cicatriz de la selva (La Bella Varsovia-Anagrama) de Almudena Vidorreta (Zaragoza, 1986) da cuenta y de qué manera más atractiva de la madurez poética de su autora, que me ha llevado a recordar aquella novela de Elaine Vilar Madruga (La Habana, 1989), salvando todas las distancias, claro, pues está basada en un cuento caribeño donde las madres son obligadas a criar a sus propios hijos como futura comida, con el título de El cielo de la selva (Lava, 2023). Todos sabemos que la selva es como un universo hambriento, donde todos devoran a todos. Que nos lleva a la mitología romana, Saturno, sin ir más lejos.
Almudena Vidorreta por el contrario nos habla de dar vida y de vida perdida, no destrozada ni devorada, ha puesto orden en un caos emocional y físico. Aunque este poemario, La cicatriz de la selva, es más que todo eso, y por lo pronto lo he tenido que leer para entender qué es la maternidad gozosa y la otra, la de la pérdida. Y supongo que a Vidorreta algo la alegraba, pero también le dañaba, ese algo que se mueve, ese algo que ya no se mueve, y se vio en la necesidad de hablar sobre esto mismo. Pues todo es memoria, mirada y lenguaje. ¡Bien lo sabe! Ya en su Lengua de mapa (Zaragoza, PUZ, La gruta de las palabras, 2010), nos decía: “Siempre acabo mordiéndote la boca/ sin pensar en las consecuencias”.
Este libro, La cicatriz de la selva, con todo su dolor y alegría, gira alrededor de este cuarteto tan significativo: “Es abrazarte como abrir/ la cajita metálica/ que mi madre preparó/ para los imprevistos”. Y es esa experiencia de la maternidad, con todos sus mapas, donde poetiza todo con esa mirada, ese pulso al lenguaje y ese memoria de la presencia de la ausencia. Todo un logro poético, no cabe duda: “Las manos de tu padre sosteniéndome/ y un puñado de cerezas sin hueso,/ compota de grosella sobre el mármol”. Y cabe preguntarse, si la poesía es metáfora de qué es metáfora el poeta.
En este poemario, de una crudeza enorme, hay muchas más experiencias, desde ese nacimiento de la primera hija, otros embarazos hasta un aborto espontáneo, y poetizadas con ese verso ágil, con enjundia, y donde también se maneja muy bien es con sus paisajes, Nueva York, La Habana, Argentina, Madrid, Aragón; sirva como ejemplo este verso “Nueva York es como un tango mal cantado”. Creo que nos hace entender a las personas lectoras, la justa y necesaria necesidad de cuidarnos y de cuidar a los nuestros: nos necesitamos, como la hija necesita a la madre y a su vez es necesaria para la madre: “Desubicadas, madre e hija,/ lo contamos a todo el mundo,/ que a tu hermana se le mueve el primer diente./ Pero a nadie hablo de ti”.
Tal vez sea de lo mejor que he leído tratando de la maternidad, con sus alegrías y tristezas, dolor y sombras, sonrisas y luz. Desde luego es una obra que no dejará a nadie impasible, esta límpida poesía de la intimidad más íntima. Tras esta lectura cómplice las personas miraremos esas siluetas de las ecografías en blanco y negro, más y mejor, para entender ese: “Sueño con los buitres hambrientos/ del festín entre mis piernas”.
Cabe apuntar que Almudena Vidorreta es doctora en Filología Hispánica con mención internacional por la Universidad de Zaragoza (2014), donde se especializó en las letras aragonesas del Barroco (Estudio y edición de las Poesías varias de José Navarro, 1654), y en Literatura Latinoamericana por la Universidad de la Ciudad de Nueva York, con un trabajo sobre la recepción de Teresa de Jesús en la literatura latinoamericana escrita por mujeres (2020). Ha desarrollado su carrera como docente e investigadora en instituciones norteamericanas (CUNY, Fordham University, Haverford College o el Instituto Cervantes de Manhattan, entre otras) y españolas (Universidad de Zaragoza y Universidad Internacional de la Rioja). En la actualidad, disfruta en la UNED de un contrato de atracción de talento investigador César Nombela de la Comunidad de Madrid. Entre sus publicaciones académicas destacan los libros Teatro, poder e imprenta en la Cerdeña española y Las lectoras de Teresa. Postmística femenina en la literatura latinoamericana del siglo XX (I Premio Internacional de Ensayo Humanístico Verbum-Máster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Granada, 2022). Y como poeta, es autora de La cicatriz de la selva (La Bella Varsovia, 2025), Nueva York sin querer (La Bella Varsovia, 2017), Días animales (PUZ, 2013), Lengua de mapa (XXII Premio de Poesía “Universidad de Zaragoza”; PUZ, 2010) y Algunos hombres insaciables (accésit del Premio de Poesía “Delegación del Gobierno en Aragón”; Aqua, 2009), reeditado con traducciones al inglés y al catalán en las Prensas de la Universitat de Lleida. Al público infantil ha dedicado Un safari de interior (Olifante, 2022).
PRIMERA ECOGRAFÍA
Su corazón es un relámpago en la pantalla,
latido fulgurante de mi bebé dormido,
mariposa intermitente en su habitáculo negro,
polilla que la luz opaca,
un calambre, una pulsión, un estallido,
una ilusión que palpitaba
y no existe más.
Se hizo tan grande en silencio,
sin molestar apenas,
como esa tormenta inesperada
de cualquier verano de la infancia
que trastoca los planes,
empapa la ropa, los cabellos,
y se queda detrás de los cristales
ante los ojos húmedos.