Terror contemporáneo: historias tan sorprendentes y oscuras como la propia naturaleza humana
Antonio Torrubia, el Librero del mal, nos introduce en los vericuetos de la literatura de terror contemporánea española a pocas horas de que caiga la noche de Halloween y muy cerca del arranque del Festival 42.
Texto: Antonio Torrubia
En Halloween de 2021 escribí una pieza para celebrar la salida de La inquietante historia del horror (Sleeping With the Lights On: The Unsettling Story of Horror) de Darryl Jones, con traducción a cargo de Belén Urrutia, y más que reseñar el brillante ensayo me propuse que sirviese como adenda, porque estaba muy centrado en el mercado anglosajón. En el libro nos encontramos con la liberación catártica que supone dar rienda suelta a una de nuestras emociones más primarias: el miedo. Ya sea con vampiros, fantasmas, hombres lobo, científicos locos, satanistas o psicópatas asesinos en serie, el terror ha estado presente en nuestra cultura desde Shakespeare hasta los memes de Internet. Este libro examina los rostros cambiantes del género llegando casi la actualidad, así como la manera en que el horror se ha utilizado para articular los temores y tabúes de cada generación.
Darryl Jones es profesor de literatura británica contemporánea y decano de la Facultad de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales en el Trinity College de Dublín. Ha escrito numerosos artículos sobre la ficción del siglo XIX y la literatura de temática sobrenatural. El ensayo, publicado el pasado catorce de octubre en la colección Libros Singulares de Alianza Editorial, traza un recorrido desde los inicios del terror moderno hasta, aproximadamente, 2017. Se trata de un estudio muy completo y ameno, pero que peca de anglocentrismo, uno de los rasgos habituales de las publicaciones académicas anglosajonas, y por eso quiero explicar mi camino por las oscuras trochas del terror y cómo poco a poco fui entrando en el que, a día de hoy, es mi género literario favorito, transitando, además, sendas hispanas.
Podéis encontrar el artículo anterior aquí: https://librujula.publico.es/la-inquietante-historia-del-horror/
Por poner al día el artículo, uno de los clásicos que está en varias ediciones pero que era un delito que aún no estuviese publicado en la colección Gótica de Valdemar era El Monte de las Ánimas y otras leyendas góticas de Gustavo Adolfo Bécquer. Aunque muchos estudiosos niegan la existencia del género gótico en nuestro país, eclipsado por una omnipresente corriente principal más apegada al realismo y el costumbrismo, otros críticos reivindican una ficción gótica «a la española» que habría influido en autores como Espronceda o Bécquer. El tomo 131 de la colección Valdemar Gótica reúne veinte relatos de tema fantástico y terrorífico pertenecientes a las Leyendas, desde las más populares, como El Monte de las Ánimas, Maese Pérez, el organista o El Miserere, hasta otras menos conocidas, como La venta de los gatos, La ajorca de oro o La mujer de piedra. La selección incluye una narración sobre las brujas de Trasmoz por su afinidad con el género así como veintitrés ilustraciones a línea realizadas con técnica tradicional por Oliver Díaz.
Con Valdemar no puedo ser objetivo, para mí tiene la mejor colección para los amantes del terror y me permitiréis que me salte un poco a la torera el espíritu del artículo y os hable de un par de títulos valdemarianos, pero es que cuando empecé a leer a H. P. Lovecraft y Robert E. Howard a finales de los 80 con las ediciones de Alianza y Bruguera, Valdemar su andadura (puede que fuera 1987 cuando abrió oficialmente la editorial con Juan Luis Caballero y Rafael Díaz al frente).
A finales de los noventa adquirí seguramente mi primer Gótica y no fue hasta que empecé a trabajar en la librería Gigamesh (diciembre de 2002) cuando empecé a comprarlos asiduamente, sin ánimo de coleccionarlos porque me parecía un hito imposible. Simplemente compraba todos los que podía a medida que iban saliendo publicados o reeditados.
Puede que en 2010 (momento en el que hice tres mudanzas en año y algo) moviera unos treinta volúmenes de la colección de un sitio a otro. Al año siguiente me asenté en Barcelona, y uno después fui a mi primera Feria del Libro de Madrid, en El Retiro, y conocí a los editores y el resto del equipo entre bambalinas. Poco después José María Nebreda se embarcó en la colección Insomnia, que nos trajo ocho maravillas de la literatura actual de una calidad asombrosa y Gigamesh se mudó a su actual emplazamiento en marzo de 2014. La Editorial Valdemar al completo nos visitó en un genial fin de semana y cada año (excepto el de la pandemia) he vuelto a la feria de Madrid con uno de los objetivos claros, compartir mantel con Rafa, Juan Luis, América, Marta y ver trabajar a unos de mis referentes en el mundo de las librerías: Alfredo y Rosa, de OPAR Libros. Gracias a ellos y su generosidad conseguí algunas de las piezas que me ayudaron a completar la colección y, también gracias a la persona que de forma altruista me dijo que a ella le daba igual la edición de La maldición de Hill House que tuviese, porque sólo quería leer el libro, y me cambió el tesoro más preciado por la edición de Minúscula. Gracias, Rosa (de @inquilinas_netherfield) y a mi amiga la autora Mónica Gutiérrez Artero por ponernos en contacto.
Un consejo para los que queréis completar la Gótica: no cedáis a especuladores. Al final Valdemar va reeditando todo el fondo de la colección, aunque sea poco a poco y tardéis años, no paguéis las burradas que piden porque ya he llegado a ver el libro de Shirley Jackson por mil euros. Armaos de paciencia, porque es posible completarla. Este año acaban de reimprimir títulos como Solomon Kane de Robert E. Howard, La araña de Ewers, todo Thomas Ligotti estará completo de nuevo a primeros del año que viene y reeditan a buen ritmo en su colección Club Diógenes a Pilar Pedraza, antologías como Mansiones de Pesadillas y Vampiras o el tercer libro de Emilio Bueso en esta colección: Extraños eones. Este libro se publicó hace diez años en el sello Insomnia y será el trescientos cuarenta y siete de Club Diógenes, viajamos a «La ciudad de los muertos» de El Cairo, el cementerio más grande del planeta, un colosal océano de huesos en el que viven cientos de niños abandonados y en el que acaba de instalarse el emisario de unas fuerzas más antiguas que el hombre, las arenas del desierto y las órbitas caprichosas que trazan los astros en sus ciclos de locura. Esta es la historia de un plan para arrasar el mundo, de una llave de plata escondida en una tumba en Barcelona, de un viaje en coche hacia los límites de la cordura… y de cinco miserables que intentarán frustrar los designios del primer motor del caos, del necio sultán de los demonios, del que roe, gime y babea en el centro del vacío final.
Álex de la Iglesia dijo de él que es un ejemplo perfecto de cómo escribir una afilada historia incrustada en el hueso de un cadáver roído por las ratas, durante una noche de pesadilla, en el lugar más siniestro conocido por el hombre: La ciudad de los muertos.
Hablaba antes de Thomas Ligotti, que a sus setenta y un años se ha convertido en el maestro de la literatura extraña y de horror de nuestro tiempo, a pesar de su escasa obra y sus fans estamos de enhorabuena, pues en unos días llegará a las librerías un compendio de sus entrevistas a lo largo de su carrera, Nacido para el miedo. Su pensamiento nihilista radical, puesto de manifiesto en el ensayo La conspiración contra la especie humana y que sirvió de base para la filosofía vital del protagonista de la primera temporada de True Detective, Rust Cole, aporta un tono más genuino y persuasivo a sus perturbadoras pesadillas literarias. Como ocurre con la obra de sus autores favoritos, Poe, Lovecraft, Kafka o Bruno Schulz, la ficción de Ligotti se funde de forma indisoluble con su visión de la existencia. El lector de este volumen de entrevistas encontrará no solo detalles significativos de la poco conocida biografía de Ligotti, sino todo un tratado sobre el género del horror, sus maestros, su futuro, la inspiración de sus relatos…
En los tres años desde que escribí el artículo, si tuviera que actualizar el terror que llega de América, os pondría una lista de libros que navegarían de los nuevos de Mónica Ojeda, pasando por El cielo de la selva o La tiranía de las moscas de Elaine Vilar Madruga, los relatos que publicó Mariana Enríquez esta pasada primavera, Las indignas de Agustina Bazterrica o, con la llegada a Netflix de Pedro Páramo, seguro que mucha gente descubrirá a Juan Rulfo, pero hace un par de días mi compañera de mostrador y de revista os dejó un artículo genial sobre mujeres del fantástico en latinoamérica que es de obligada lectura https://librujula.publico.es/mujeres-del-fantastico-en-latinoamerica/
También os hablé de la carrera de Pilar Pedraza (Toledo, 1951) y de la veintena de novelas, antologías y ensayos que ha publicado. Desde entonces en la editorial de la cabra infernal publicaron una versión corregida y ampliada del ensayo Brujas, sapos y aquelarres y, como novedad real, hace dos años publicaron Nocturnas, una antología de historias vampíricas. Tras completar su trilogía Las Antiguas que aunaba La perra de Alejandría, Lobas de Tesalia y El amante germano, en la que Pilar nos ofrecía una visión inquietante de la Grecia y Roma milenarias avalada por su gran conocimiento del mundo clásico, la autora regresa al formato de la narración breve con esta antología. En ella reúne quince relatos que nos enfrentan a la tragedia y la fatalidad que arrastran los no muertos marcados por su penosa condición. Protagonizadas todas ellas por mujeres «nocturnas», estas historias proponen diferentes interpretaciones del vampirismo, desde la versión más clásica a la sublimación simbólica del mito universal. Así, el lector encontrará en este volumen relatos como El dhampiro, donde un cazavampiros de raza gitana se ve obligado a «redimir» a su propia esposa y prima; Rubí, la gulí, que narra la aparición de una gul oculta en una excavación arqueológica de una catedral; Madame guillotine, fantasía en tres actos, dedicada a Alexandre Dumas, que nos describe la ejecución y avatares postmortem de una feminista guillotinada por la Revolución Francesa; La voivodina rehén, donde conoceremos el triste destino de una doncella transilvana cautiva en el harén de un sultán otomano y cómo se vengó de él; o Pobres zombis, en el que Pedraza nos relata de un modo desenfadado el encuentro fortuito de la protagonista con una gulí en plena pandemia del coronavirus.
Del maño David Jasso García tras casi dos décadas escribiendo, en 2006 publicó La silla, Apache Ediciones se lio la manta a la cabeza y su editor decidió hacer una colección en la que reeditar toda su obra, tanto larga como corta. De momento tenemos cuatro volúmenes (El juego de las tinieblas, Abismos, La silla y La mente del muerto), y hace menos de dos semanas que Obscura Editorial llevó a librerías La casa de los cien escalones. En ella un escritor venido a menos empieza a intercambiar emails con otra escritora aficionada, esta le habla de la existencia de una vieja y misteriosa mansión y de los problemas personales que la tienen al límite. Interesado por averiguar hasta dónde es capaz de llegar, el hombre la convence para que se quite la vida. A partir de ese momento, este se verá acosado por la siniestra figura de una mujer contrahecha y fantasmal que lo seguirá adonde vaya. Mientras, una familia que pasa unos días de vacaciones en una casa rural también comienza a recibir las visitas de esta aterradora sombra de mujer. El escritor y la familia unirán sus fuerzas para intentar librarse de la espantosa presencia, pero antes deberán comprender qué ha motivado su aparición y los siniestros acontecimientos de los últimos días. Muy a su pesar, para ello tendrán que encontrar la casa de los cien escalones y adentrarse en ella para poner fin al terror. No sé hasta que punto estoy incumpliendo una norma, pero si el autor juega a hacer meta de la metaliteratura con algún guiño, yo supongo que puedo autocitarme y preguntarme si David Jasso es el Jack Ketchum español. Jasso es experto en historias cotidianas, en las que la realidad se pervierte y retuerce hasta hacerte ver que algo está verdaderamente Mal. No puedes dejar de leer sus páginas hasta que acaba la historia.
Como apunte, el próximo once de noviembre La Biblioteca de Carfax publica una nueva edición del debut literario de Ketchum, que ya se vendió en España como Al Acecho y que ellas publicarán como Temporada baja. Si no la habéis leído, no la podéis dejar escapar, igual que el resto del catálogo de la editorial madrileña (sí, todo lo que publiquen Shaila y Maritxu lo tenéis que comprar).
De Marc Pastor (Barcelona, 1977) os contaba que tenía L’Horror de Rèquiem (su psicodélica y plagada de humor absurdo/escatológico novela) publicada en catalán, pues aunque sigue inédita en castellano, el año que viene acompañará a Los ángeles me miran en la balda que tengo dedicada al autor en mi casa. Ahora seguirá inédita Montecristo y, de momento Rius de safirs (un western policiaco ambientado en África con lazos a Farishta, Bioko y el resto de sus novelas).
Del castellonense Emilio Bueso sigo esperando que alguien le reedite sus descatalogadas Noche Cerrada, Diástole, (a ser posible con Sístole, que lleva una década en un cajón) o Esta noche arderá el cielo, pero ya he comentado que Extraños eones llega a librerías en Valdemar Club Diógenes, en ese mismo sello se reimprimió una actualización de su antología Ahora intenta dormir, con seis relatos extras y Cenital, con un par de capítulos que en el último momento se autocensuró el castellonense. Y además, en marzo de este año, saltó a uno de los dos gigantes de la edición: Penguin Random House, que le publicó, en su editorial Ediciones B, una genial novela lovecraftiana ambientada en los pantanos de la Albufera: Naturaleza muerta.
Paisano de Bueso, Guillem López publicó en Alianza Runas Ardiente sol de la infancia, la continuación de Lago negro de tus ojos. En la novela, Gales huye con su hija al único lugar en que no podrán encontrarla. Solo quiere ganar tiempo para ella, que siga adelante entre las ruinas de un mundo roto y la semilla de algo que está por venir, algo indefinible y terrorífico. Ese viaje, que en realidad es un retorno, la llevará a enfrentarse con su madre después de décadas sin hablarse, a viejas amistades perdidas, y a un pueblo que la odia y teme a partes iguales. Perseguida por asesinas profesionales, sectarios, matones armados y una agencia secreta encargada de la protección del planeta frente a poderosos entes alienígenas, solo aspira a que todo acabe. Porque todo final es un principio y en su vida no cabe más que redención, muerte, y el ardiente sol de la infancia que abrasa el camino.
Desde el anterior artículo el navarro Ismael Martínez Biurrun ha publicado dos novelas en el pacense sello Aristas Martínez: Solo los vivos perdonan y La duración de un fantasma. El primero se mueve en la frontera del thriller, el drama y el fantástico, Solo los vivos perdonan es una novela de vidas cruzadas envuelta en una atmósfera inquietante que reflexiona sobre nuestras heridas invisibles, la soledad y el mecanismo imperfecto del perdón. En el segundo, encontramos un relato de almas en fuga y cuerpos que regresan a través del dolor y del deseo. Por estas páginas resuena el eco oscuro y conmovedor de autores como Clive Barker, David Cronenberg o Mariana Enriquez.
Y una de las sorpresas que me he llevado este último año ha sido con Libélula, de la iruñesa Laura P. Larraya. Tras iniciar su camino literario con dos novelas negras, Pérez de Larraya cambió de rumbo con la creación de una trilogía de corte fantástico: Crónicas de la Hija del Viento. Y con su publicación en Apache Libros, de la que hice el prólogo, aúna estos dos géneros en una historia tan sorprendente y oscura como la propia naturaleza humana. En ella un asesino en serie, inspirado en los Mitos de Cthulhu, siembra el terror en Pamplona. Olivia Esparza no es una oficial de policía convencional. Desde su nacimiento, posee la capacidad de percibir el aura de las personas y discernir, a través de su resplandor, cuándo están mintiendo. A pesar de llevar una vida poco común, el rumbo de su existencia tomará un giro aún más extraordinario: Pamplona se enfrenta a un asesino en serie. Además, por primera vez, se encuentra con un individuo desprovisto de aura, una experiencia totalmente novedosa para ella. Simultáneamente, a su alrededor emergen resonancias de una pesadilla que se hace llamar «horror cósmico». Las coincidencias parecen acumularse, y la inspectora Esparza, escéptica de las casualidades, se sumerge en un misterio donde la realidad se entrelaza con lo inexplicable. Este intrigante escenario pone a prueba las habilidades sobrenaturales de Olivia, mientras se adentra en la investigación de un asesino en serie que siembra el terror en Pamplona.
Como broche de oro el gaditano Jesús Cañadas no me deja decir con quién publicará su próxima novela, ni cuándo, ni cómo, ni por qué. Solo os digo que la he leído, que está al nivel de Dientes rojos y que vais a alucinar.
Creo que con la actualización del artículo tenéis lecturas para llegar con el mejor terror patrio a Halloween 2025, pero si veis que se os acaba el material, podéis pasar a verme por el mostrador de Gigamesh o seguirme en cualquier red social y preguntarme, me encontraréis como @Toliol…
¡Nos vemos en las librerías!