“Serendipia», de Alfredo Rodríguez

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Alfredo Rodríguez nació en Pamplona en 1969. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra. Ha publicado ocho libros de poemas; entre ellos: Alquimia ha de ser (2014) y Hierofanías (Chamán Ediciones, 2017). Es autor también de cuatro libros de conversaciones con el poeta José María Álvarez, de quien ha preparado dos antologías poéticas y un libro que reúne sus prosas. Igualmente, es responsable de la edición de antologías de los poetas Miguel Ángel Velasco (Pólvora en el sueño; Chamán Ediciones, 2017), Julio Martínez Mesanza y Antonio Colinas, de quien ha editado un libro de entrevistas. Con Dragón custodiando el misterio el autor cierra su trilogía de la alquimia. También ha publicado el diario Días del indomable (2023).

Sonia Betancort Santos señala en el epílogo de esta obra que: «Con numerosas referencias, sobre todo, a las culturas orientales y, en menor medida, a la tradición grecorromana, Dragón custodiando el misterio logra recrear la atmósfera de los “antiguos rituales” y construir su catálogo de la biblioteca de los dragones. Un tono poético “abolido” por un presente ensordecedor que demanda lo contrario al ruido y la exhibición: el espacio en el que “con extraña poesía se escribe / desnuda la emoción de lo Sagrado”, un entrar “en el silencio” y “perseguir” la creación de “una holgada túnica de poemas”». 

Este brillante poemario me ha hecho recordar las palabras del poeta Marcos Ricardo Barnatán, también citado por Rodríguez y por Betancort, quien en La escritura del vidente (La Gaya Ciencia, 1979) escribe: “El poeta es un instrumento-estructurador: el miserable intermediario entre el orden supremo y el caos circundante. Su ritual es infinito incoherente disperso ambiguo cruel primitivo. Una fe superior le guía le concede abolir el espacio real. Su metas es cosmogónica su origen caótico. Al construir remeda el génesis inicial. Retoma una mitología abismal. Poesía es prohibición. Voluntad antihistórica atemporal. Poesía es Revelación.// Tan perfecto fue el trazado de la Ley que los Antiguos Sabios La olvidaron”.

No tengo claro si el poeta en su quehacer demiurgo es o no profeta o si los grandes profetas, en las culturas y civilizaciones habidas, védica, egipcia, griega, romana, judeocristiana, etc., han sido poetas. Lo que sí sé es que bien vale la pena leer este noveno poemario, no les defraudará: leer “El colorido de su obra maestra”. Que como señala el autor estos poemas fueron escritos entre los años 2017 y 2018, y cierran la llamada trilogía de la alquimia que empezó con Alquimia ha de ser y continuó con Hierofanías y que ahora se da por concluida, con Dragón custodiando el misterio, título de un verso de Clara Janés. ¡Ahí es nada!

Creo que es un poemario fruto del azar y la necesidad y de ese temor y temblor que hace que el poeta Alfredo Rodríguez quiera saber hasta el último porqué de las cosas o al menos conocer “Su huella luminosa”. Enrique Villagrasa

 

 

Serendipia

Un hecho lejano un momento de tregua

Sabedor acaso del descontento

Decisión de suprema ciega oportunidad

Como una nueva vida

Interior inmensamente aumentada

De invisible y silenciosa corriente

Cómo al abrirse el loto fecundado

Desde su interior emergió el poeta

Manaba de su espíritu

Un arte que era fuego

Templo del sol invicto

Elixir de la vida Secretaos de la alquimia

Y algunas drogas mágicas

Como el agua sagrada de los ocultos antiguos

La que fluye en su vida para siempre

 

Dragón custodiando el misterio

Alfredo Rodríguez

Chamán

100 págs. 11’40€