Sandrine Destombes: “Espero que no haya novela negra sobre esta pandemia ni este confinamiento”

Llega a las librerías “Madame B”, de Sandrine Destombes, un thriller con una protagonista que se encarga de limpiar las escenas de los crímenes.

Texto: David VALIENTE  Foto: Mathias Wendzinski

 

La escritora francesa de thriller, Sandrine Destombes, ha publicado en español Madame B, una novela que según el editor Jaume Bonfill permitirá a Sadrine seguir “ese camino ascendente para formar parte del podio de los grandísimos autores del thriller francés”. Es la séptima novela que publica en su idioma natal y la tercera traducida al español por la editorial Reservoir Books. Madame B narra la historia de Blanche una limpiadora de escenarios de crímenes con una cartera de clientes compuesta por los asesinos más peligrosos y prestigiosos de Francia, personajes faltos de escrúpulos a los que solo les mueve un respeto incondicional por el dinero.

En su novela, Sandrine describe un universo por lo común de hombre de manera intencionada, porque, como comentó en la conferencia telemática concedida este martes, “el mundo se abre a todo, pero aún hay mujeres que siguen pensando que ciertos ámbitos son inaccesibles para ellas. Quería romper con esa idea”.

En Francia, al igual que en España, el debate sobre la feminización de las profesiones está de actualidad. En muchas profesiones no existe su variante femenina o masculina, lo que para la autora “dice mucho de la predestinación de las mujeres y de los hombres”.

Por otro lado, Sandrine Destombes intentó “salir del marco policía-justicia”, muy empleado en la novela negra y que limita la escritura a “un lenguaje concreto”, para lanzarse “a un enigma distinto” que Blanche deberá resolver sin la ayuda de la policía. El oficio de limpiador ofrece “un abanico de posibilidades” para crear una historia que satisficiera a un público exigente.

Una historia con este contenido novedoso requiere de una ardua labor de investigación, pero la autora no quiso “convertir la novela en un diccionario de técnicas de limpieza de escenas de crímenes”. Por ello, a parte de las investigaciones realizadas en la web, recurrió “a la astucia de las abuelas y a mi propia imaginación, es decir, a cómo lo haría yo si tuviera que deshacerme de un cadáver”.

Sobre la protagonista afirma lo siguiente: “Blanche cree que es una mujer fuerte; sin embargo cuando se altera su equilibrio, se da cuenta que su estabilidad era muy precaria”. La novela, también,  indaga sobre los lazos entre Blanche y su padrastro, Adrian, “un hombre que no solo la ha criado sino que también la ha enseñado el oficio”. Los acontecimientos que sucederán a lo largo del texto demostraran a Blanche “que no se ha construido a sí misma”, por lo que estará obligada “a crecer en muy poco tiempo y sola”.

Y lo hará comprendiendo que toda acción acarrea consecuencias. Respecto a esto, Sandrine Destombes comenta: “creo que cada acción tiene sus consecuencias, quizá no las que espera la sociedad. En mi caso particular, antes de tomar cualquier decisión, reflexiono y si estoy dispuesta a asumir las consecuencias emprendo la acción, si no, no lo hago. Sartre decía que `somos lo que elegimos ser´, es decir, nuestras acciones marcan nuestro presente, lo que llegamos a ser, aunque no veamos ese vínculo de forma inmediata”.

Sobre el maniqueísmo, la admiradora de Alfred Hitchcock y Agatha Christie tiene un discurso claro: “El bien y el mal son nociones propias de la sociedad que evolucionan a lo largo de la historia”. La evolución de la moral le obliga a desconfiar de los dos conceptos, afirmando que “intento alejarme del maniqueísmo todo lo posible”, construyendo personajes con “tonos grises” que permitan al lector “decidir si le gusta el personaje”- incluso los deja al libre arbitrio para que “el lector cree su propio personaje”.

Pandemia y novela negra

Sandrine Destombes confesó que los primeros seis meses de pandemia «fueron de sequía absoluta, porque solo se hablaba de la pandemia”. Además, le faltaban los viajes que realiza para nutrirse de temas y le sobraban las paredes de su casa, pues su proceso de escritura exige seis meses sin tocar una tecla, en búsqueda de los materiales que se convertirán en una novela. Añade: “no tengo nada que aportar a esta situación de pandemia”.

Tras los primeros coletazos y con el receso veraniego retomó su particular sistema de escritura: “no tengo una planificación”, sino que prefiere escribir siguiendo un enigma “capítulo a capítulo”, sin saber al finalizar el capítulo que deparará el siguiente. Simplemente “me divertía”.

“Espero con toda honestidad que no haya novela negra sobre esta pandemia ni este confinamiento”, desea la autora de Madame B. Percibe la lectura como un acto de evasión para el lector, por ese motivo “en lo que ahora estoy escribiendo no hay fechas, así no tengo que establecer actitudes sociales relacionadas al virus”. Desea que esto termine lo antes posible y tampoco cree que ningún autor se aventure a escribir sobre el confinamiento, salvo “por oportunismo”.