Pedro Ramos, siempre en ruta

 

Texto y Foto: Asís G. AYERBE

 

Cuando pienso en Pedro me lo imagino en movimiento, inquieto, lleno de ideas nuevas y haciendo algo completamente distinto a lo que había hecho hasta el momento. Ahora acaba de ganar el premio Edebé con la novela Un ewok en el jardín pero creo que nadie (quizá ni él mismo) sabe cómo será el próximo proyecto que sacará adelante (¿un poemario, un guion, un curso, una conferencia, otra novela, algo artístico?).

Yo me identifico mucho con su espíritu de supervivencia, casi de soldado de fortuna, con la sensación de estar siempre a la intemperie. De niño me gustaba oír a Hannibal Smith en El equipo A su frase de: “Me encanta que los planes salgan bien”. Ahora sé que no le salían lo suficientemente bien, porque el Equipo A tenía que volver a salir una y otra vez a la carretera, cada día con un trabajo distinto, aceptando todos los encargos para sobrevivir, y a Pedro y a mí nos pasa algo parecido.

Fue Fernando Marías quien unió nuestros destinos (él era especialista en anudar amistades) y después hemos coincidido muchas veces. En cierta ocasión, en Zaragoza, compartimos un taxi. Pedro iba en el asiento trasero con Irene Gracia y les fotografié mientras charlaban. Cuando vi la foto, supe que esa imagen representaba todo lo que aspiro a ser como fotógrafo: la captura de un momento fugaz, natural, poderoso plástica y narrativamente. Aunque esta era la foto que yo busco… ¡me resulta tan difícil conseguirla! Siempre hago trampa, fuerzo la situación, pongo tres luces, le pido al retratado que pose… y no logro nada tan potente. Intento, cambio, a veces no consigo nada, otras veces logro algo, es un poco lo que creo que pasa con Pedro y por eso me gusta mucho que aparezca en esa imagen. Creo que nuestras vidas discurren por caminos paralelos, él en el mundo de las letras y yo en el de la fotografía.

Pedro, al recibir el premio Edebé, quizá haya pensado: “Me encanta que los planes salgan bien”. Pero ambos sabemos que luego siempre viene un episodio nuevo y que hay que seguir improvisando, trabajando y, claro, disfrutando. Y ahí estamos, en el mismo equipo. El Equipo A.