«Parte de guerra», de Ángel Guinda
Ángel Guinda (Zaragoza, 1948-Madrid, 2022) fue autor de los poemarios Vida ávida, El almendro amargo, Canto corporal, Conocimiento del medio, La llegada del mal tiempo, Biografía de la muerte, La voz de la mirada, Toda la luz del mundo, Claro interior, Poemas para los demás, Materia del amor, Espectral, Caja de lava, (Rigor vitae), Catedral de la Noche, Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones y Aparición y otras desapariciones, de la poética Arquitextura, de los manifiestos Poesía y subversión, Y poesía ni contracultura, Poesía útil, Poesía violenta, Defensa de la dignidad poética y Emocionantismo y de los ensayos El mundo del poeta. El poeta en el mundo y Leopoldo María Panero. El peligro de vivir de nuevo. Libro de huellas recoge sus aforismos.
Introductor en España de la poesía de Cecco Angiolieri, Teixeira de Pascoaes y Augusto dos Anjos, tradujo también a Àlex Susanna, Florbela Espanca, Ana Cristina Cesar y José Manuel Capêlo. Asimismo, tradujo a Paul Éluard bajo el seudónimo de Isabel Castet. Rada Panchovska llevó Vida ávida al búlgaro (Sofia, Próxima-RP Ediciones, 2006) y Manuele Masini Claro interior al italiano (Pisa, Edizioni ETS, 2009). Toda la luz del mundo fue traducido a todas las lenguas del Estado español, a las de la Unión Europea, al latín y al turco. El mundo del poeta. El poeta en el mundo ha sido traducido al francés por Geneviève Baudry. En antologías y revistas literarias se encuentran poemas de Ángel Guinda traducidos al árabe por Ahmad Yamani y Abdul Hadi Sadoun, al gascón por Sèrgi Javaloyès, al portugués por Giselle Unti, al rumano por Elisabeta Botan, al húngaro por Márta Patak y al euskera por Tere Irastortza.
Su poesía aparece representada en diversas compilaciones, como Antología de la poesía aragonesa (edición de Ana María Navales, Librería General, Zaragoza, 1978), Poesía aragonesa contemporánea (edición de Antonio Pérez Lasheras, Mira, Zaragoza, 1996), Metalingüísticos y sentimentales. Antología de la poesía española 1966-2000: 50 poetas hacia el nuevo siglo (edición de Marta Sanz Pastor, Clásicos Biblioteca Nueva, Madrid, 2007), 4 gatos. Otras voces fundamentales en y para la poesía española del siglo XXI (edición de Agustín Porras, Huerga & Fierro, Madrid, 2009), Avanti: Poetas españoles de entresiglos XX-XXI (edición de Pablo Luque, Olifante, Zaragoza, 2009) o Poesía Hispanoamericana actual y Poesía Española contemporánea (edición de Leo Zelada, Lord Byron Ediciones, Madrid, 2011), así como en numerosas revistas y publicaciones periódicas. Su obra ha sido estudiada por Manuel Martínez-Forega, Miguel Ángel Longás, Germán Labrador Méndez, Alberto García-Teresa, Enrique Ester o Luis Gracia Gaspar, entre otros.
Obtuvo diversos galardones en reconocimiento a su trayectoria de creación literaria, como el Premio Pedro Saputo (2002), el Premio Imán (2012) o el Premio de las Letras Aragonesas (2010). Con Espectral y Caja de lava fue finalista de los premios de la Crítica (2011) y Nacional de Poesía (2012), respectivamente. En 2023, la Asociación Aragonesa de Editores reconoció su labor como editor con un premio póstumo. Y, en su memoria se convocan dos premios de poesía: «Glorieta Ángel Guinda», por la Asociación Literaria Rey Fernando de Aragón en el barrio del Actur de Zaragoza, y el «Premio Internacional de Poesía Joven Ángel Guinda», por Olifante.
Recientemente se ha publicado Las claves de lo oscuro. Biografía de Ángel Guinda (Olifante), un trabajo del periodista J. Benito Fernández, quien ha señalado que: <<Este poeta epicúreo lleno de luz miró a la muerte de frente, a la cara. «Si me ocupo de la muerte es porque estoy vivísimo». Habló con la muerte porque amaba la vida. Quizá la muerte no fuera más que una excusa para resaltar los aspectos positivos de la vida. Asunto dominante en su obra, su idea de la muerte no era nada trágica; es el final de la vida, la que iguala a todos los humanos. Ay de aquellos que no entiendan la muerte. A Ángel Guinda nunca le sedujeron lo más mínimo el culturalismo ni el esteticismo decadente en poesía. Jugó con el lenguaje para reír, para romper con la solemnidad. De otro jaez. Poeta maldito le Querían, él se quiso un poeta ejemplar>>.
Cabe apuntar por último que, Ángel Guinda mantuvo durante toda su carrera una obra poética en constante revisión. Escribía y reescribía con el criterio más exigente, hasta alcanzar una anhelada perfección formal (aquella «ansia perpetua de algo mejor» que proclamaba Bécquer), pero también descartaba textos –incluso ya publicados– si dejaba de reconocerse en ellos, haciendo un ejercicio de extrema autocrítica, rigor estético y coherencia vital. «Escribir es cribar» y «En cada retractación yo me retrato», llegó a afirmar. En Vida ávida. Poesía reunida 1970-2022 (Olifante) está la obra poética reunida y asumida por el autor, siguiendo su deseo de una edición sin acompañamiento crítico y con las mínimas notas. Completa el volumen una serie de poemas que se publicaron tras su fallecimiento. Lúcida, visionaria, espectral; y asimismo idealista, comprometida, romántica, la poesía de Ángel Guinda es compleja como su personalidad y ávida como su vida. El testimonio de un hombre para quien ser poeta no fue una profesión, sino una posesión. «Que la lectura eclipse la leyenda».
PARTE DE GUERRA
Nos amábamos jóvenes como balas perdidas,
como las contraindicaciones de los fármacos.
¿Recuerdas aquel toque de queda?: acurrucado
y ebrio, protesta, alarma, rendición, huida,
me cagué en el salón, en el rincón de un mundo
que se venía abajo tras un ayer temblando
hacia un negro futuro abierto en dos abismos.
Cuando entraste dijiste: huele a flores de muerto,
y mi orina alcanzó tus ojos orinales.
Me arrastraste a la cama, luchamos vientre a vientre,
brazos como serpientes estrangulando el árbol
del placer con dolor hasta la extenuación.
Es violento el amor en su hoguera final.
Vida ávida. Poesía reunida 1970-2022
Ángel Guinda
Olifante
704 págs. 30€