Pankaj Mishra: «Narendra Modi es una gran desgracia tanto para la India como para el mundo»

El autor indio Pankaj Mishra acaba de publicar la novela «Corre a esconderte» (Galaxia Gutenberg).

Texto: David VALIENTE  Foto: Julia CASTELLS

 

Seguramente Pankaj Mishra sea el autor indio vivo con más repercusión internacional. Tanto su trabajo ensayístico y narrativo como sus polémicas con reputados intelectuales anglosajones (Niall Ferguson y Jordan B. Peterson) le han abierto las puertas del olimpo intelectual occidental, algo realmente meritorio, pues muy poco indios logran hacerse un hueco en la competitiva y feroz intelligentsia del Norte global.

Su última novela traducida en Galaxia Gutenberg, Corre a esconderte, viene a revalidar su posición de escritor en la esfera hispanoparlante. En Corre a esconderte nos muestra la carrera vital y profesional de unos jóvenes indios de castas inferiores, que gracias a sus esfuerzos académicos en el IITs (Indian Institutes of Technology), consiguen salir de la miseria y logran un estatus social elevado. Aunque también es cierto que esta nueva posición acomodaticia les traerá muchos quebraderos de cabeza. Nada es gratis y mucho menos cuando tu origen se encuentra a millas de distancia de los núcleos de poder ortodoxos.

¿Se podría afirmar que la mentalidad capitalista, que aboga por el éxito individual, el esfuerzo y la competencia feroz, está muy extendida en la India?

Sí, en una sociedad conservadora y económicamente estancada como lo es la India, el individualismo neoliberal al estilo estadounidense atrae a muchas personas, ya que legitima sus impulsos a la hora de tomar la decisión de abandonar a su familia, su comunidad y su nación, y formar parte de una élite global que se cuida a sí misma y se muestra despreocupada por el progreso social y económico del resto.

¿El cambio de la casta a la clase social está beneficiando en algo a la sociedad India? ¿Las políticas de discriminación positiva han dado buenos resultados?

Se han producido nuevas oportunidades de movilidad social debido a las políticas de discriminación positiva, pero esto no significa que haya una mayor justicia social. Ciertas personas de comunidades dalit (intocables) y adivasi (tribus programadas) han conseguido posiciones de poder, aunque la mayoría de los miembros de dichas comunidades aún sufren una gran discriminación. No hablemos ya de las condiciones de los musulmanes, que son mucho peor que antes.

¿El desarraigo es una de los grandes males del siglo XXI en países en vías de desarrollo y emergentes?

Sí, además es un tema apenas explorado por la ficción y la no ficción contemporáneas, y eso que tanto India como China han experimentado el mayor desplazamiento social interno de seres humanos de la historia. Como resultado de este cambio tan brusco, una variedad de enfermedades sociales y psíquicas afectan a los individuos, que no pueden curarse con las nuevas experiencias de libertades para consumir ni con la expresión individual de la modernidad urbana. Mi pensadora favorita, Simon Weil, escribió un libro sobre la necesidad de que los individuos no perdieran las raíces y pertenecieran a un lugar, donde reciban el respeto y, dentro de la comunidad, se les reconozca identitariamente. Esto se vuelve cada vez más relevante.

Hay un actor muy importante en su novela: la familia. ¿Qué papel juega la familia india dentro de esta vorágine de sueños, triunfos y desarraigo?

La familia india juega un papel paradójico. Inhibe el pleno florecimiento de la individualidad, pero a la vez crea las condiciones para su florecimiento, al menos para algunos hombres. Asimismo protege a los individuos de los golpes de un mundo implacable.

Assem, uno de los protagonistas de su novela, a la izquierda del espectro político, hace críticas constantes a la India, a sus contemporáneos y a los miembros de su misma clase social ascendente, ¿estás de acuerdo en alguna de las críticas que hace?

Sí, estoy de acuerdo con casi todas las críticas que hace, pero me parece que hay algo egoísta en ellas. Este es un problema con muchas personas que afirman ser de izquierda y luchar por la justicia social, pero en realidad solo están interesados en promocionarse y pulir sus marcas en un mercado de ideas altamente competitivo. Me pregunto si yo también he comprometido mis principios. En ese sentido, Aseem hace autocrítica.

¿La izquierda ha vendido su alma al diablo o por lo menos ha perdido el rumbo engatusada por tanto oropel social y económico?

Creo que la gente de izquierda tiene delante de sus ojos un mayor abanico de tentaciones en forma de éxito y fama. En el pasado, disponían de pocos recursos y sabían que se posicionaban en los márgenes, en contra de establishment atrincherado. En cambio, hoy, les sobran las oportunidades para alcanzar la fama y la riqueza, sin dejar de hablar de los derechos de las mujeres, las minorías sexuales y religiosas… En este sentido, las redes sociales se han convertido en otra fuente de confusión moral porque les ofrece fama y éxito instantáneos.

En el libro, muestras la obsesión de los personajes por el dinero, el prestigio social y el sexo. Pero es especialmente llamativo que sea el sexo la obsesión más recurrente y definitoria de los protagonistas que han salido de la pobreza y han escalado puestos en la clase social. ¿De dónde nace esa obsesión?

Para los hombres que provienen de comunidades desfavorecidas, la multiplicación de oportunidades sexuales se convierte en una especie de droga, una forma de sentir el propio poder y ejercerlo después de décadas de sufrir sentimientos de inadecuación y humillación. Es un incentivo muy poderoso para los hombres de familias pobres. La dominación de las mujeres y su degradación sexual es a menudo una forma de saborear el poder recién descubierto.

¿El altruismo existe o es un mero incentivo del ego?

La verdadera caridad nunca debe anunciarse con el fin de promocionarse a uno mismo o para promocionar una empresa. La verdadera caridad es siempre discreta e invisible. Hemos visto demasiadas veces, más recientemente con la implosión de FTX, que las personas que venden las virtudes del altruismo desde posiciones dominantes a menudo son profundamente insinceras, cuando no totalmente fraudulentas.

¿Qué opinión tiene del primer ministro de la India Narendra Modi?

Es una gran desgracia tanto para la India como para el mundo que un hombre como él, un fanático que tiempo atrás fue cómplice de asesinatos en masa, sea visto como un líder. Ni un solo demagogo de nuestros días, desde Donald Trump hasta Jair Bolsanaro y Rodrigo Duterte, tiene un historial manchado de sangre como el suyo.

¿Cómo explicaría que el Partido Conservador británico, promotor del Brexit, haya investido como primer ministro a un descendiente de indios? ¿No es algo contradictorio?

No es una contradicción, más bien se podría calificar de ‘contorsión desesperada’. Cuando las instituciones represivas y racistas empiezan a fracasar, suelen buscar la ayuda de personas pertenecientes a minorías. En Asia y África, el Imperio británico utilizó cada vez más a los pueblos nativos para aplastar a la población local a medida que su control empezaba a decaer. El mismo Partido Demócrata, para dar cierta legitimidad a las fallidas ideologías e instituciones estadounidenses, designó como líder a Barack Obama. Pero no funcionó. Obama hizo lo que pudo, pero resulta muy complicado redimir décadas de errores cometidos por las élites. Tan solo consiguió despejar el terreno a Donald Trump. Gran Bretaña le ha dado a un hombre de piel oscura la responsabilidad de rescatarla. Obviamente, el Brexit es una decisión tan desastrosa que los tories están dispuestos a hacer lo que sea necesario para no perder su actual posición. De todos modos, dudo mucho que Rishi Sunak dure en el poder mucho tiempo. Su propio partido no le quiere.