La fractura de la guerra civil en la familia Pombo

Álvaro Pombo noveliza en «Santander 1936» la historia de su tío falangista y su abuelo republicano.

 

Texto: Alfonso DE LA HOZ GONZÁLEZ

  

Álvaro Pombo (Santander, 1939), reconocido poeta, novelista, articulista y ensayista nos ofrece una nueva novela: Santander, 1936. Aunque Pombo se considera ante todo poeta, su prolífica obra narrativa, con más de veinte novelas en su haber; le ha permitido obtener los premios Fastenrath de la Real Academia Española, Nacional de Narrativa, Nacional de la Crítica, Nadal, Planeta y Herralde, entre otros.

Con Santander, 1936 nos ofrece una novelización de su propia familia, tomando como protagonistas principales a su tío carnal, Álvaro Pombo Caller, falangista de la primera hora y a su abuelo Cayo Pombo Ybarra, miembro de una familia bien venida a menos, que coquetea con el republicanismo de don Manuel Azaña.

Las alusiones desde las primeras páginas al buque mercante “Alfonso Pérez”, cuya silueta ilustra la bonita portada de Anagrama, permite presagiar el desenlace del libro, al menos para los que conocemos algo de la historia de la guerra civil en el norte.

Pombo inicia su narración a finales de 1933, cuando Alvarín Pombo, con apenas dieciséis años, regresa a su casa natal de Santander para reencontrarse con su padre, un hombre depresivo y neurasténico desde el abandono de su mujer Ana Caller de Pombo, quien dejó a su marido para triunfar en París como diseñadora, de la mano de Coco Channel, de quien llegaría a ser su secretaria particular.

Alvarín, un muchacho ingenuo, deportista y sin mucho seso, como reconocerá tardíamente su tío Gabriel María, se afilia muy tempranamente a la Falange Española, gracias a la notable persuasión que sobre él ejerce su amigo Rafa Mazarrasa.

Las ideas de José Antonio Primo de Rivera llenarán el hueco dejado por la superficialidad del joven cántabro sin que sea consciente de la transformación social que se está desarrollando en España y que afecta también a Santander, aunque muchos de los personajes insignes de la ciudad sigan aferrándose a la frivolidad de los años veinte, cuando la ciudad acogía todos los veranos al rey Alfonso XIII.

Los diálogos entre Alvarín y su padre nos muestran la exaltación patriotera del primero y el escepticismo templado y republicano del segundo, siempre en un ambiente de mutuo cariño y respeto. Sin embargo, ambos personajes no se dan cuenta de lo vertiginoso que está resultando el devenir de la República, camino de la revolución y del golpe de estado.

Pese a que Alvarín no quiere darse cuenta, la situación política empieza a afectar a sus relaciones con antiguos amigos de la infancia como el Tote o con la chica que tiene a su servicio en casa, Elena. Al fin y al cabo, padre e hijo, pese a la distancia ideológica que los separa, no dejan de ser unos señoritos en una ciudad en la que la brecha social se acrecienta día a día. La progresiva polarización política empieza pronto a verse salpicada de sangre por la irrupción de las pistolas entre las facciones juveniles de algunos partidos políticos.

La narración incluye la relación epistolar entre Alvarín y su madre, una mujer a la que guarda algo de resentimiento debido a su escandalosa fuga a Francia, pero a la que no deja de admirar por su desenvoltura y su coraje. Ana de Pombo no deja de rogarle a su hijo que abandone España, pues es consciente de los negros nubarrones que asolan al país. En el mismo sentido le aconseja su padre, mucho más consciente de los peligros que entraña la militancia de su hijo, a quien adora.

Finalmente, tras el estallido de la guerra civil, Alvarín será detenido y encarcelado en el buque “Alfonso Sánchez”, una referencia de su niñez, cuando soñaba con ser marino mercante. Los intentos de su padre por conseguir su liberación resultarán infructuosos ante la negativa de Manuel Neila, comisario y hombre fuerte de la situación revolucionaria en Santander. Los diálogos entre el agnóstico y azañista Cayo Pombo y su hermano, el monárquico Gabriel María, resultan reveladores. A pesar del talante izquierdista y liberal del primero, no dejan de ser unos señoritos, otrora ricos, aunque venidos a menos. Los bombardeos de la aviación alemana sobre Santander precipitarán los acontecimientos.

Nos encontramos ante una novela intimista, muy respetuosa con los personajes, casi todos ellos reales, que muestra el choque ideológico y de convulsión social de la España de la década de los treinta del siglo pasado que acabó terminando en la gran tragedia de la guerra civil.