El compromiso de la poesía: No es No a la guerra

Opera Prima publica la primera antología poética abierta.

Texto: Enrique VILLAGRASA

 

Hay un libro del filósofo y escritor, profesor de Sociología en la Universidad de Quebec, entre otras cosas, Alain Deneault, Mediocracia: Cuando los mediocres llegan al poder (Turner, 2019), que si no recuerdo mal decía algo así como: “Las ideas se vuelven mediocres cuando a los investigadores les trae sin cuidado alguno la relevancia espiritual de las propuestas que desarrollan”. Y para cultivar esa espiritualidad, ese humanismo solidario, están la filosofía y la poesía, que como la música, son belleza y esperanza. Por esto y por más necesitamos de propuestas válidas y humanizadoras, que nos despierten y nos alejen del ser analfabetos útiles al servicio de los mediocres que gobiernan y son gobernados, ignorantes de la ética: “Cabría pensar que un rasgo común entre quienes comparten este poder sería el de una sonrisa cómplice. Al creerse más listos que todos los demás, se complacen con frases cargadas de sabiduría tales como: “Hay que seguir el juego”. Deneault dixit. Por más que esos y otros recomienden la mediocridad para se felices, ni caso y ¡lean, por favor, lean libros!

 

Todo eso me lo ha hecho recordar la lectura de la propuesta editorial del equipo de Opera Prima, quienes acaban de publicar la antología poética No es No a la guerra, en estos momentos tan sombríos para la paz mundial. Y si bien esta antología nació de un concurso previo con selección lógica, hoy Opera Prima opta por editarla en formato abierto, o sea que quien lo desee pueda unirse a ella cuando quiera, enviando su poema. Es pues una antología abierta y viva: tal vez la primera antología viva y abierta que se publica, que con esto de lo digital e internet uno nunca sabe. Y ahí tenemos ese espacio donde reivindicar el fin de los conflictos y guerras que atentan contra la paz y el bien mundial. Su objetivo es lograr que ese poder de la palabra poética recorra los caminos y los senderos por la paz.

 

Esta antología se puede descargar gratis en la página de la editorial y si entran en ella verán que las y los poetas seleccionadas son: Alba Vidal Rodríguez, Anne Redheart, Ángela Serna, Antonio José Moreno Villa, Antonio Pastor Bustamante, Anabel Kurrein, Armando Silles McLaney, Arturo Babel, Belén Reyes, Bernardo Llorente, Blanca Jiménez Gómez, Bubezna, Carri, Carmen Franke, Cristina Magarzo Sturm, Dorinda López González, Greta Marysol Flores Hdz, Jon Crates, José Luis Miranda Cruz, Manuel Alejandro Pardo Reina, María Campuzano Gil, Paula Ordaz Pérez, Susana Blanco y Evoí. Y todavía falta tu poema…

 

Y aquí está esta propuesta ética y estética, abierta y viva, participativa, de ese tan necesario planteamiento poético y filosófico de la realidad nuestra de cada día, siempre poesía y pensamiento imbricados: No es No a la guerra. ¡Leamos pues y actuemos en consecuencia! Hay que pensar, que como dice  Alain Deneault: “La mediocracia nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante. Nos convierte en idiotas”.

 

 

Principio de infinito*

Las noticias salpican mis difusas pupilas

con seres de cuerpo minúsculo sujetando un fusil,

de balas que atraviesan ideas doradas

en barrios donde carece el tono azul.

 

¿Quién decide la suerte del poeta

o de la piel de nácar?

¿Quién se cree juez del viento

para condenar un color o un acento?

 

Sigo descifrando la génesis

de las manos manchadas de tumba,

de las manos que solo tapizan la Historia

con un yermo rojo, cubierto de ceniza.

 

Esas manos donde el amor no está invitado

y las bombas sustituyen las caricias.

Donde el terror está en los postres,

y la humedad de los ojos en todos los relojes.

 

Y me retumban los huesos,

las flores empiezan a llorar,

y oigo la lluvia amontonarse, sobre hijos sin vida,

en brazos de madres, repletas de muerte.

 

Cierro los ojos para ver

qué deprisa se nos llenó de odio las venas,

para recordar quiénes éramos antes del llanto

y qué seremos cuando ya no seamos nada.

 

Si alguien me preguntara, ¿cuántos

cadáveres caben en un metro cuadrado?

Le diría, que el mismo número de besos

que se esconde detrás del principio de infinito.

 

Ahora que oscurece y el tiempo abraza débilmente,

anhelo que nadie más tenga que acariciar la vida

con la pasión desierta,

que aunque pese la sangre bajo la tierra

y el dolor nos tinte los dientes,

solo queramos abandonarnos a la hermosa presencia

de la respiración eterna.

 

*Poema que abre la antología, de Álba Vidal Rodríguez