Barcelona: versos que iluminan

Mientras se habla de poesía y se recitan versos en el pabellón de Barcelona como invitada de honor de la FIL de Guadalajara, nos acercamos al latido poético de la capital catalana, que tiene en las distintas citas de la capital catalana con la cultura, como la Setmana del Llibre en Català y el  festival Barcelona Poesía, un hervidero de versos, una meca de metáforas, un magma de imágenes inesperadas.

 

Texto: Redacción

 

“Como un sol que siguiera brillando en la noche”: así describieron Maria Callís y Manuel Forcano, en ese momento comisarios del festival (desde entonces, la primera ha sido sustituida por Anna Gual), la más reciente edición de Barcelona Poesía; la vigésimo octava ya.

Un certamen que llegó en mayo con ánimo de representar una tregua, no porque pretendiera huir de una realidad donde “muchos tiranos del mundo beben en copas de oro mientras media humanidad se alimenta de pan de cebada y agua turbia”, no porque pretendiera negar “esta época de retroceso del humanismo en la que todo parece tecnificarse y endurecerse”, sino porque la poesía siempre ha sido un arma cargada de presente, capaz de responder de muy diversas maneras a ese tipo de situaciones. Todo cabe en ella, desde la distracción etérea y estética hasta la oposición directa, práctica y belicosa.

Fue ejemplo de ello Laurie Anderson, encargada de dar el pistoletazo de salida a los actos del festival después de que el director teatral Jordi Oriol corriera a cargo del pregón. Con la sala Paral·lel 62 como escenario, la heterogénea artista, músico y cineasta, poeta en el sentido más amplio de la palabra, cargó durante el acto contra Donald Trump y su secuaz Elon Musk, contra el negacionismo del cambio climático, contra la sumisión a un mercado desatado, contra el avance galopante de la Inteligencia Artificial, pero también generó dosis relajantes de belleza e incluso se permitió acabar la velada involucrando al público en una coreografía basada en el budismo: combatamos, sí, pero ante todo mucha calma.

Las bibliotecas, en su papel de sospechosas habituales, pero también (como hemos visto) salas de concierto, museos (desde el Frederic Marès hasta la Fundació Joan Brossa, pasando por el de Història de la Ciutat), el Ateneu Barcelonès y el CCCB, el claustro del Convento de Sant Agustí, el Saló de Cent del Ayuntamiento (escenario de la entrega del premio Jocs Florals, que en esta edición recayó en Ítaca arrasada, de Joan Deusa) y así hasta la clausura en el Palau de la Música Catalana… la ciudad entera se vistió con los versos de una colección de invitados entre la que encontramos a dos poetas galardonadas con el Premio Princesa de Asturias de las Letras, la rumana Ana Blandiana (2024) y la canadiense Anne Carson (2020), además de al georgiano Shota Iatashvili, al turco Adnan Özer, a la brasileña Maria Giulia Pinheiro, a la alemana Ulrike Almut Sandig, a la húngara residente en Inglaterra Nóra Blascsók, al inglés Raymond Antrobus y, por supuesto, a una nutrida representación de las líricas en catalán y en español: Pere Gimferrer (que fue objeto de uno de los homenajes del certamen, mientras que los otros tres estuvieron dedicados a Teresa d’Arenys, Carmelina Sánchez-Cutilles y Josep Maria Llompart), Xavier Bru de Sala, David Castillo, Enric Casasses, Míriam Cano, Berta García Faet, Miquel Desclot, Blanca Llum Vidal, Mario Obrero, Manuel Rivas…

Pero no solo de Barcelona Poesía vive la poesía de Barcelona. Un repaso a vuelapluma de la actividad cultural de la Ciudad Condal durante los últimos meses nos revela hasta qué punto la poesía multidisciplinar es una de sus protagonistas recurrentes. En mayo también, el CaixaForum albergó la instalación poética “Versos que anidan”, de la compañía de artes escénicas Baychimo Teatro: “Una expansión de la literatura desde su medio escrito y oral en el campo espacial, visual, corpóreo y sonoro”. Un domingo de cada mes, en el CCCB se celebra el Poetry Slam Barcelona, un campeonato de poetas urbanos donde el público escoge al ganador. También durante los fines de semana, la artista Itxaso Corral Arrieta viene conduciendo en la Fundación Joan Brossa el taller “Operaciones sobre el papel”, dedicado a la creación de poemas visuales. Desde septiembre se está celebrando, en la Biblioteca Guinardó-Mercè Rodoreda y bajo conducción de Eduard Sanahuja, un club de lectura de poesía que dedica sus sesiones mensuales a Anne Sexton, Ted Hughes, Gemma Casamajó i Solé… También tenemos a la asociación Barcelona Palpita en Verso, que se encarga con sus actividades de acercar la poesía a los colectivos vulnerables y los centros educativos. Y a Casa Asia, siempre empeñada en dar a conocer la lírica procedente del Lejano Oriente. Además, el reciente Festival Kosmopolis contó entre sus invitados con Yolanda Castaño, Premio Nacional de Poesía en 2023, e Ismael Ramos, Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2022. Y no podemos olvidarnos de NUDO, el “festival de poesía desatada”, que ya suma nueve ediciones y que cuenta con recitales, videopoesía, arte, talleres, feria poética y performances. Ni, en definitiva, de presentaciones de títulos recientes como las que han llevado a cabo Eliot Weinberger, Eloy Sánchez Rosillo, Xaime Martínez, Lluís Calvo…, ni de la Setmana del Llibre en Català.

Festival a festival, acto a acto, verso a verso, palabra a palabra, la poesía no deja de iluminar Barcelona. Y estos días, también ilumina la mexicana ciudad de Guadalajara, donde la ciudad ha enviado de expedición a algunos de sus poetas como embajadores de la metáfora.