Antoni Bernad, memorias de un fotógrafo
En «Antoni Bernad. De 1960-2010» (Blume) rememora su historia a través de doscientas fotografías.

Fotografía a Dalí, de Antoni Bernad. Barcelona, 1973
Texto: Susana Picos
Antoni Bernad es uno de los grandes retratistas y fotógrafos catalanes de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Ante su cámara ha posado lo más granado del mundo de la moda y el arte. Su producción ronda entre uno y dos millones de instantáneas.
En Antoni Bernad. De 1960-2010 (Blume) rememora su historia a través de doscientas fotografías acompañadas de breves textos en los que revive el momento que captó la imagen. Son el testimonio de una época.
¿Qué es para usted la belleza?
A pesar de que cada uno tiene una percepción distinta de lo bello, yo no puedo evitar asociar belleza y goce. A lo largo de la vida, los motivos que nos producen satisfacción varían. Cosas que durante la infancia nos hacían delirar de emoción, al llegar la madurez el tiempo neutraliza el poder de satisfacernos. La belleza forma parte de nuestra intimidad. Es un concepto estético que misteriosamente modifica nuestra comprensión de la realidad.
¿Cuál ha sido su foto más difícil?
No recuerdo ninguna foto que me haya sido fácil. En todas he puesto el alma entera.
¿Cuál es su foto más amada?
Quizás la que hice de niño a mis padres y hermanos con una cámara de juguete en las escaleras del jardín de mi casa. Una foto que por desgracia he extraviado.
¿Cuál es la foto que le hubiera gustado hacer y que nunca pudo realizar?
Cuando de joven escuché por primera vez a María Callas soñé que quizás algún día tendría la oportunidad de hacerle un retrato. ¡No llegué a tiempo! En compensación, sí que pude hacer fotos a dos cantantes que también admiré: Victoria de los Ángeles y Montserrat Caballé, y a las que gracias a mi trabajo pude establecer una relación de amistad.
¿Y la foto que nunca le han hecho?
A pesar de haberme ganado la vida fotografiando gente, los fotógrafos profesionales no han demostrado mucho interés por mi persona física… ¡Nadie hasta ahora ha intentado sacarme el alma en una foto!