Ángela Serna: palabra desnuda desde la trinchera

La poeta Ángela Serna acaba de publicar «Balbuceos/Adioses» en Búho Búcaro y a primeros de año sacará en Olifante «Ese lugar llamado Nunca».

 

Texto: Enrique Villagrasa  Foto: Eduardo Blanco

 

Ángela Serna (Salamanca, 1957, aunque residente en el País Vasco: vasca de adopción) creo que es la poeta con la voz más potente y firme de su generación, donde memoria, mirada y lenguaje se imbrican en ese presente que es pasado y futuro. Es no me cabe duda una de las voces más críticas, señeras y singulares de la poesía de hoy. Serna es verso, es poema, pero sobre todo es desnuda palabra desnuda: en ella vive, lucha, acontece, celebra. Sus poemas recogen los girones de su alma en la agonía de la búsqueda del ser ella, la poeta, la poesía, la voz de los oídos que sabe oír. Ejerce de profesora, traductora y amante de las artes, música, pintura, teatro. Es la poeta justa y necesaria de hoy. Acaba de publicar Balbuceos/Adioses en Búho Búcaro y a primeros de año sacará en Olifante Ese lugar llamado Nunca.

 

¿Quién eres, poeta?

Yo no soy esa que tú te imaginas…Quién soy depende del año o del mes: en mayo, o en marzo, a veces en octubre soy Ángela Figuera, Chary Gumeta, Concha Méndez, Emily Dickinson, Anne Sexton, Rosalía de Castro, Selva Casal, Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Ariadna, Medea, Helena o Lilith. Incluso, un día, fui Quevedo. Últimamente soy Paladra Desnuda. Resumiendo: soy un palimpsesto de voces amadas. Una recicladora de palabras. Yo soy otra.

 

¿De dónde vienes?

Vengo de un vientre de mujer. Vengo de otras tierras. Vengo de una infancia en libertad. De una vida llena de “espejos rotos”. De la mano de los versos que han dado forma a todas las que soy. Vengo del interior de un poema, de un cuadro, de una canción… De un lugar donde, extramuros e intramuros, la piel me impide olvidar que hay un mundo y un inframundo en cada uno de nosotras.

 

¿Dónde te encuentras?

Con los ojos cerrados diría: me encuentro a medio camino de todo. De nada. A la espera de todo sin esperar nada. Me encuentro atravesando espacios “in-éditos”, corredores de un silencio eléctrico, crispado, como si tuviera alojados en los oídos cientos de abejorros. Me encuentro donde se inicia el viaje hacia la transformación, intentando comprender a ese gusano que soy antes de ser mariposa. Si abro los ojos, ahora mismo, diría: me encuentro desayunando en “Calipso” donde cada mañana tengo una cita a ciegas con un libro.

 

¿A dónde querrías ir?

Querría ir al fondo del fondo de mí misma, para ver si ordeno un poco el revoltijo de voces que me habitan. Querría ir donde pudiera encontrar ese Poema que se resiste. Donde amar en libertad. Donde existiera un mundo con niños que son niños y con viejos sin miedo. En realidad, quiero ir a un lugar que no existe. Por eso voy siempre a un poema, a un cuadro, a una canción… De momento, me gustaría seguir yendo donde voy cada día : a tomar un café con un buen libro y a pasar un ratito con las personas a las que amo.

 

¿Qué es la poesía para ti?

Siempre digo lo mismo: La poesía es mi casa, la habitación en la que busco y me busco a través de las palabras. Sé que la palabra poética me otorga un lugar en el mundo. Desde ella y por ella le encuentro sentido a la existencia. Añadiría que para mí la poesía es, como decía la Dickinson que un día fui, ese algo con plumas que se posa en el alma.

 

¿Es justa y necesaria la humildad en poesía?

 Es importante conocer las propias limitaciones, de dónde venimos… ¿Es esto justo y necesario? La poesía, como el resto de manifestaciones artísticas, ES. Es Todo siendo Nada. La actitud de quienes escriben es otra cuestión. Personalmente, me acerco más a quienes se saben y se sienten parte de un todo, que a quienes se creen Cervantes en cuanto depositan la primera palabra en una cuartilla.

 

¿Sobran poetas?

Creo que no sobran poetas. Palabra de atea.

En realidad, me interesan los poemas, lo que dicen los poemas, la huella que dejan tras la lectura. Los poetas y lo que dicen los poetas es secundario, al menos en un primer momento. “Matemos poetas, que diría Cobos Wilkins. ¡El poeta ha muerto, viva el Poema!

 

¿Te interesa la crítica literaria?

¿Qué es eso?

 

¿Tiene futuro la poesía?

Me cuesta responder. No soy vidente. A decir de los expertos, el futuro no existe.

La poesía es un arma cargada de presente.