Tomás Casals: «Una librería ha de ser el reflejo del lugar que ocupa en el mundo, de sus libreros y de sus lectores»
Tomás Casals es el director y fundador de Bookish, una empresa que nació ofreciendo suscripciones literarias y que hace pocos meses acaba de adquirir su segunda librería física.
Texto: Redacción
Bookish nació en 2017 apostando por un nuevo modelo de venta de libros, la suscripción literaria. Un proyecto que se ha consolidado y que se dirige a los amantes de los libros pero también a los que quieren vivir una experiencia, porque con la suscripción recibes un libro, además de una guía de lectura y material diverso, que no descubres hasta que te llega la caja a casa.
En diciembre de 2022, Bookish compró la librería Alibri de Barcelona, salvándola de un inminente cierre y ahora, hace pocos meses, ha adquirido la librería Lé de Madrid. Tomás Casals, director y fundador de Bookish, nos cuenta a través del correo electrónico cómo ha sido el proceso de llegar hasta aquí.
Empezasteis con las suscripciones de regalo de libros, luego comprasteis la librería Alibri en Barcelona, y ahora la librería Lé en Madrid, ¿por qué ese paso a la librería tradicional?
Tal vez siempre ocurre igual cuando echas la vista atrás, pero tenemos la sensación de que nuestro recorrido ha sido bastante natural. Como dices, empezamos como una suscripción literaria, y con los años hemos conseguido reunir a muchísimas lectoras y lectores alrededor de los mejores libros que se publican cada mes. Ahora bien, ese encuentro es totalmente virtual y teníamos ganas de poder llevar nuestra propia afición y pasión por los libros a un espacio físico. Y qué mejor espacio para encontrarse con los libros que una librería
¿Qué otras librerías tenéis previsto adquirir?
No puedo contar con qué librerías estamos hablando porque mantenemos un compromiso de confidencialidad con las propiedades. Ahora bien, sí te puedo contar que nuestro objetivo a medio término es reunir en un gran grupo las grandes librerías emblemáticas del país. Nos interesan librerías con fondos editoriales grandes, con un capital humano y librero incalculable y con una historia a las espaldas que las diferencia y que desde Bookish nos comprometemos no solo a cuidar, también a dar a conocer y a potenciar.
– ¿Cómo pensáis atraer lectores a la librería?
Creemos en hacer muy bien los básicos: trabajar muy bien el fondo (y no solo las novedades), dar la mejor atención y las mejores recomendaciones, singularizar cada librería y estrechar los vínculos con el barrio y la ciudad de nuestras lectoras y lectores. No creemos en que una librería en Cádiz tenga que ser igual que otra en Barcelona, en Madrid o en Bilbao, al contrario. Una librería ha de ser el reflejo del lugar que ocupa en el mundo, de sus libreros y de sus lectores.
Para atraer lectores y potenciar todo ese ecosistema contamos también con la tecnología, que es de donde viene parte del equipo, pero estamos convencidos de que esa ha de ser casi transparente, lo importante aquí son los libros.
– ¿Por qué no mantenéis únicamente la venta online? A priori parece que tiene muchos menos riesgos.
Hace años nos dijeron eso mismo cuando íbamos por ahí pidiendo la opinión a personas del sector sobre lanzar la suscripción literaria… Creo que el riesgo es inevitable si quieres hacer cosas nuevas. Y con eso no quiero decir que no lo sintamos, que no pese y que en ocasiones no dé vértigo, pero supongo que en nuestra balanza pesa más la ilusión y la sensación de oportunidad.
– Sois una empresa muy joven, ¿cómo habéis conseguido un crecimiento tan espectacular en tan poco tiempo?
Con muchísimo trabajo, un equipo excepcional y excepcionalmente comprometido y mucha autocrítica porque la velocidad implica también errores y desajustes.. Queremos ocupar un lugar concreto en el sector a nivel cualitativo, pero también cuantitativo porque, si no, creemos que es muy difícil asegurar la solidez de un proyecto como el nuestro en un sector como el del libro. En cualquier caso, ojalá con el tiempo podamos pensar que aquellos realmente espectacular ha sido lo que hemos construido y no tanto el tiempo en el que lo hicimos.