Poesía para este alegre y cálido verano

Las antologías son para el verano, época en la que hay más tiempo libre y o vacacional, tiempo de jubileo u otro tiempo más libre de obligaciones, y por ello ellas, las antologías, florecen y dan sus frutos, también hay poemarios sorprendentes. Pasen y lean las propuestas de lectura poética que hemos seleccionado para ustedes, personas lectoras, a la sombra o en la piscina.

Texto: Enrique VILLAGRASA

 

Plan para matar al emperador. Muestra de joven poesía cubana (Cálamo), con selección de Sergio García Zamora. Se recogen tres poemas de cada poeta participante, nacidos de 1988 a 1993, desde Gelsys García Lorenzo hasta Yunier Mena pasando por Ernesto Delgado, Taimi Diéguez, Rubiel Labarta, Laura Domingo, Antonio Herrada, Giselle Lucía Navarro, Andrés Zamora, Alba Thalía Valle, Reiniel Pérez Ventura, Daniela Lago, Gustavo Peralta, Lauren Mingoya, Pablo G. Lleonart, Lisette D. Páez Cuba, Rolando Labrador, Claudette Betancourt Cruz, Joel Herrera, Adianys González, Carlos Manuel Gómez y Melissa Novo, de quien este verso tan significativo: “Hemos venido al mar con los ojos vendados”. Ante esto no cabe más que leer este florilegium bajo la atenta mirada, desde sus nubes, de Tsao Hung King y que tú, persona lectora, “concedas al poema lo que es del poema, y a los poetas lo que es de los poetas”, García Zamora dixit.

 

Hermanos del polvo. Seis poetas búlgaros contemporáneos (La tortuga búlgara), con traducción de Marco Vidal González y Katya Gérova. Los poetas participantes son Ani Ílkov, Kíril Vasílev, Valeri Verguílov, Vladimir Sabourín, Zlatomir Zlatánov y Ventsislav Arnaoudov. Poco a  poco de la poesía búlgara se abre camino en España, lo que me lleva a pensar en aquel volumen Poesía búlgara contemporánea (Olifante, 2021). Bienvenida sea esta poesía que siempre enriquece, personas lectoras. Como Ausencias de Kamelia Panayótova (1999), ganadora del I Concurso para poetas búlgaros Aleksandar Vutimski 2023, que tiene versos como estos, que son toda una poética vital: “Desde niña reconozco el aroma/ del árbol de prematuro florecer”; y como Amago de sonrisa de Alexánder Shúrbanov (Sofía, Bulgaria, 1941): con versos en busca de la otredad: “Un árbol se encorva sobre el agua,/(…)/ Brazos,/ extendidos/ unos hacia otros”. Y un poeta de los grandes, Kíril Vasílev (Sofía, 1971), con Procesión, poesía sangrante, viva, existencial, que despierta conciencias: “tu gloria está en todas partes/ en el paso subterráneo donde la chica violada”. Las tres obras también en La tortuga búlgara y traducidas asimismo por Marco Vidal González. Esta editorial, La tortuga búlgara, además publica a otros autores hispanohablantes como Antonio Orihuela (Moguer, 1965) y su poemario El fuego desde el otro lado, que en palabras de Alberto García-Teresa: “Antonio Orihuela nos desvela cómo nos construyen el mundo y cómo acatamos un orden social injusto y cruel”. ¡Amén y no seré yo quien le quite la razón!

 

Y en la colección La Garúa haiku nos sorprenden con dos poemarios: Hilo de lluvia (Haikus, 2019-2022) de Ricardo Virtanen (madrileño de origen finlandés), con prólogo de Luis Alberto de Cuenca. La preciosa ilustración Arabesco es del autor y tiene imágenes tan poderosas como esta: “Dos barcos solos/ en el embarcadero./ Nadie regresa”. Además, del reconocido poeta vietnamita Mai Van Phan (Ninh Binh, 1955) este maravilloso libro Esto dijo una cabra, con traducción de Pham Long Quan y edición y prólogo de Víctor Rodríguez Núñez: “Olvídense de las alas/ Podemos/ Volar”. ¡Ahí es nada! Otra traducción es la del poemario Canción de napalm / Song of napalm (Cántico) del reconocido y premiado veterano del Vietnam Bruce Weigl (Lorain, Ohio-EE.UU., 1949), en edición bilingüe y traducción de Lorea Uresberueta. Un poemario duro que no dejará a nadie indiferente, que se inicia con estos versos: “Cuando huyo en mis sueños/ navego a Bien Hoa/ la metralla en mis muslos/ como diminutos glaciares”.

 

También tenemos Rave (Papeles de Trasmoz, Olifante) de Boris Rozas (vallisoletano de Buenos Aires), con prólogo de Fran Soto: “un buen comienzo/ para otro pequeño inventario/ de recuerdos”. Desterro (Marte, Contrabando) de Carmen Crespo (Cáceres). “apretaba aquel aliento aquella memoria súbitamente cielo o confusión”. Summarium 25. Selección de poemas 1999-2023 (Huerga y Fierro) de Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, 1944), con inteligente y sugerentete prólogo de Félix Maraña y versos de esta índole: “El Bulevar del Hospital acogía los sueños,/ cuando la noche engullía la pobreza heredada”. Y por ejemplo (Marte, Contrabando) de Ann Lauterbach (Nueva York), en edición bilingüe con traducción de Marta López Luaces: “frente a la ventana/ mirando al espacio inclinado en el tejido del viento”. Y Vacaciones (Maclein y Parker) de Adriana Bañares (Logroño, 1988) quien nos sorprende de nuevo con versos de esta talla: “No permitirán que olvides el camino// de vuelta a casa”. Bien lo sabía Horacio, no por salir de tu casa sales de ti mismo. Y Breve atlas de los mundos perdidos (Huerga y Fierro) del abogado José Romera y con prólogo de Mariló Gerejos. Poesía en la que las personas lectoras verán que: “Ante tus ojos lúcidos la vida se despliega”.

 

Y más todavía, La esperanza del invierno. Antología poética 1976-2011 (Huerga y Fierro) de Leopoldo Alas Minguez (Arnedo, La Rioja, 1962-Madrid, 2008), con introducción y selección de José Infante. Tiene versos de esta talla: “VIVIR por ellos cuando el tiempo ya no cuenta conmigo”. Libro de mientes (Liliputienses) de Francisco Jota-Pérez (Barcelona, 1979): “quieto en el silencio, olvido de forma consciente”. Ajenos al remordimiento (Siltolá) de Adolfo Crespo del Castillo (Sevilla, 1995): “la distancia no interrumpe nada”. Y para terminar estas propuestas de lectura poética llega Impromptu (El Gallo de Oro) que es un libro de poesía plástica musical, acompañado de un CD, del poeta y artista plástico Juan Manuel Uría (Errenteria, 1976) y del guitarrista y compositor Ángel Unzi (Pamplona-San Sebastián). Una nueva forma de llegar al arte con pentagramas y dibujos a tinta, donde te puedes pasar un buen rato mirando, escuchando e interpretando. A nadie dejará indiferente este volumen. ¡Miren y escuchen!

 

No cabe ninguna duda de que la poesía de estas y estos poetas aquí citados posee esa límpida gracia reflexiva, esa especial concisión casi aforística y esa indudable profundidad filosófica. Predomina la capacidad meditativa para expresar aquello casi casi inexpresable. Pero siempre nos ofrecen, la lucidez y el afán por lo lúdico, además de la reflexión pertinente, señera y singular, pues leer esta poesía de hoy es como volver a ver de nuevo. No pierdan nunca, personas lectoras, la capacidad de asombro. ¡Mil gracias!