Jesús Carrasco gana el Premio Biblioteca Breve con una novela que tiene ojos en los dedos

El premio a su novela “Elogio de las manos” consolida al autor de “Intemperie” como una de las voces narrativas mejor moduladas de la actual literatura española.

Texto: Antonio ITURBE  Foto: Agencia EFE

 

Como si fuera una de esas sincronicidades del destino de las que hablaba Ernest Jung, cuando la editora de Seix Barral llamó por teléfono para comunicarle que su novela Elogio de las manos había ganado el 66 premio Biblioteca Breve, él estaba con una brocha en la mano haciendo unos arreglos en casa. Es una historia que está contada no desde el punto de vista de los ojos sino de las manos. Durante el acto de entrega del premio celebrado ayer en Barcelona, Jesús Carrasco habló de la importancia de las manos que trabajan, las que se estrechan en el saludo, las que cuidan, las que acarician.

Elogio de las manos relata la historia de una familia a la que un amigo que se dedica el sector inmobiliario les propone que hagan uso de una casa abandonada que ha comprado para construir unos apartamentos turísticos, mientras no empiezan las obras, paradas por la crisis del año 2008. La casa, en la provincia de Cádiz, está en un lugar agradable pero en un estado ruinoso. Poco a poco empiezan a hacer reparaciones. Arreglan una goteras y vuelven a salir, pero ellos deciden volverlas a arreglar con más cuidado. Construyen un nuevo gallinero, un cobertizo para la burra, tapan las grietas. Poco a poco, van haciendo que esa casa sea algo que ha brotado del esfuerzo de sus manos y otras manos que les ayudan. El derribo será inevitable antes o después, pero como se retrasa, va pasando gente por la casa, unos se amoldan a ella y otros, no. Poco a poco se van encariñando de la casa. El escritor afirma que le interesó la manera en que los personajes siguen construyendo algo que saben que va a ser derribado: “Es una metáfora de nuestra propia vida: nos entregamos a ella con el máximo fervor aunque sepamos que se va a terminar».

Carrasco reivindicó lo independiente que te hace sentir poder crear y arreglar algo con tus propias manos. Explicó que su padre era maestro y su madre ama de casa, y que para sacar adelante a seis hijos, tenían que hacer muchos trabajos extras, uno de ellos era encuadernar libros, un trabajo manual en el que colaboraba toda la familia. Rememoró que su padre, para que se entretuviera y aprendiera le daba un martillo y unos clavos, que además estaban torcidos, para no malgastar lo buenos y él tenía que enderezarlos para poder utilizarlos: “Al paso de los años he entendido que eso mi padre lo hacía para que supiéramos usar las manos y aprendiéramos el valor de ser autónomos”.

La literatura de Carrasco se ha nutrido de los espacios abiertos y explicó que “el hecho de que el ambiente de mis ficciones sea el medio rural no tiene que ver tanto con mis lecturas, como con que yo soy hijo de ese medio, mi visión está condicionada por ese origen”. Al preguntarle una periodista cuál era “el conflicto” de la novela, ha respondido que estaba llena de conflictos: desde la persistencia en continuar arreglando una casa que se va a derrumbar, hasta todas las pequeñas cosas que suceden a nuestro alrededor, las que están al alcance de la mano pero, de tan cerca como están, muchas veces son las que menos vemos.

Uno de los miembros del jurado, el librero Rafael Arias, de Letras Corsarias en Salamanca, ha afirmado que “es una lectura transformadora: de la novela sales mejor de lo que entraste”.  En el jurado de esta edición también ha participado la ganadora del año pasado, Rosario Villajos; la lingüista y profesora de la Universidad de Sevilla, Lola Pons; el poeta Pere Gimferrer y la directora editorial de Seix Barral, Elena Ramírez. El jurado ha señalado en su resolución que  Elogio de las manos es “una hermosa parábola humana sobre la importancia del trabajo manual como origen último del arte”. La novela llegará a las librerías el próximo 6 de marzo.

‘Intemperie’, publicada por Seix Barral y traducida a 28 lenguas, consagró a Carrasco como uno de los debuts más deslumbrantes del panorama literario internacional y le llovieron distinciones:  Premio Libro del Año otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid, Premio de Cultura, Arte y Literatura de la Fundación de Estudios Rurales, el English PEN Award y el Prix Ulysse a la Mejor Primera Novela. Posteriormente ha publicado La tierra que pisamos y Llévame a casa, también publicadas en Seix Barral. Una carrera literaria breve pero que ya ha dejado marcada una voz muy personal donde las palabras son precisas, los espacios abiertos y la sensibilidad profunda.