Iván De Cristóbal debuta con la novela «Sala de espera»
La editorial Alrevés publica la primera novela del publicista Iván de Cristóbal, una obra en la que las convicciones religiosas y el derecho a la vida se contraponen cuando hay que decidir realizar una transfusión de sangre a una Testigo de Jehová para salvar a su bebé.
Texto: LP
Mariona espera que salga la sentencia del juicio que puede acabar con su carrera como médica tras haber sido denunciada por salvar la vida de una Testigo de Jehová embarazada y su hijo recién nacido, mediante una transfusión que la paciente había rehusado expresamente. Lucía ha sido víctima de un engaño y espera para entrar en una extraña entrevista de trabajo que es su última oportunidad para no perder todo lo que tiene y verse en la calle. Una novela publicada por Alrevés en la que el tiempo es el verdadero protagonista.
¿Por qué elegiste escribir sobre el conflicto entre el derecho a la vida y el de libertad de credo?
La novela trata sobre los valores que abrazamos y las convicciones que nos definen y de cómo nos comportamos cuando chocamos con un esquema moral opuesto al nuestro. Me apasionaba escribir sobre la capacidad de empatizar y calzar los zapatos de quien pone patas arriba nuestro mundo.
¿Te inspiraste en algún caso real para documentarte?
Me inspiré en varios casos reales, pero fue uno en concreto, ocurrido en 2019 en la UCI del Hospital San Jorge de Huesca, el que más llamó mi atención. Una joven testigo de Jehová ingresó en estado comatoso por un caso grave de peritonitis. Ante la prohibición, redactada en su testamento vital, de recibir una transfusión de sangre, el equipo médico, llevó el caso ante el juzgado de guardia. La solicitud fue denegada y finalmente la joven salvó la vida agradeciendo al hospital que respetara su voluntad. Al leer la noticia traté de imaginar la respuesta de la paciente si el juzgado hubiera aprobado la transfusión y despertara bajo el peso de la condena eterna.
¿Qué relación tienes con los testigos de Jehová?
Me apasiona la parte espiritual de las personas, cómo lidiamos con ella, cómo nos modela, y me interesan las diferentes religiones como factores socioculturales determinantes en el desarrollo de la humanidad. Aunque son aquellas con credos más férreos las que más me fascinan, porque condicionan de manera sobresaliente a quienes las profesan y su entorno.
Mariona se acaba de licenciar y tal vez su inexperiencia o su pasión por la medicina le hacen actuar como ella cree que debe hacerlo en vez de acatar la voluntad de la paciente, ¿crees que hace lo correcto?
Como narrador no estoy en posición de valorar si lo que hace es correcto o no. Eso lo hará el lector. No obstante, ella, como todos, está condicionada por sus creencias, por su formación y sus orígenes. Para ella, lo correcto es anteponer la vida de un paciente a su alma inmortal.
¿Se sienten los médicos en ocasiones por encima del bien y del mal?
Habrá médicos que se creerán superiores al resto de los mortales, y los habrá que no. Como existen políticos, empresarios, periodistas o futbolistas que por su ego y altivez se sienten amos del mundo. No creo que la soberbia esté vinculada a una profesión, sino a un tipo de persona.
En muchas ocasiones se culpa a las víctimas de estafas amorosas de lo sucedido, cómo si no hubieran estado suficientemente atentas a algo que era evidente y se hubieran dejado engañar, ¿cómo se te ocurrió tratar este tema en la novela?
En los últimos años he podido comprobar un aumento de la necesidad por encontrar un sentido a nuestra existencia, sea a través de lo espiritual o lo material,, y cómo esta búsqueda nos convierte en esclavos de nuestras pasiones, hasta el punto de convertirlas en propósito y no querer ver las señales que nos invitan a dar media vuelta y esquivar el desastre. Es cuando nos convertimos en un imán de charlatanes, manipuladores del corazón, traficantes de ilusiones. Podemos culpar a la víctima por no estar suficientemente alerta, pero echar el freno cuando estás lanzado, es renunciar a la carrera, y ese es, siempre, el peor de lo resultados.
¿Ha sido difícil como autor ponerte en la piel de la mujer para escribir la novela? ¿Por qué elegiste protagonistas femeninas?
Fue una decisión orgánica, inconsciente, no tuvo nada de racional. Esta historia solo podía ser protagonizada por mujeres. Hoy soy incapaz de imaginar otro escenario y, por lo que recuerdo, cuando empecé a escribir, ni me planteé lo contrario..
Dicen que el tiempo lo cura todo y el tiempo es casi uno más de los protagonistas de tu novela, ¿crees que el tiempo lo pone siempre todo en su lugar?
El tiempo nos hace más sabios, a relativizar las cosas, a aprender que no hay verdades absolutas, que no siempre hay buenos y malos, y que todo dilema suele ir acompañado de su solución. El tiempo no cura todas las heridas, solo nos hace más conscientes de que ninguna es demasiado grave para sobrellevarla.
¿Cuáles son tus influencias literarias? Autores y libros predilectos.
Alterno novela y ensayo y me apasionan los escritores que saben combinar ambos géneros, por ejemplo Cercas con Anatomía de un instante, Capote con A sangre fría o Labatut con un Verdor Terrible. También amo la novela negra, tanto clásica como contemporánea.
Esta es tu primera novela, ¿cuál crees que es la mayor dificultad del autor novel?
La confianza. Primero en uno mismo, en creerte capaz de contar negro sobre blanco la historia que tienes en la cabeza. Segundo la de una industria que tiene que escoger tu manuscrito entre cientos de alternativas y, por último, la del lector que debe confiar a un desconocido su tiempo y dinero. Si el éxito es la suma de talento y oportunidad, en este mundo, la oportunidad la dais cada uno de vosotros y lo significa todo.