«Al son de mi río», de Joaquín Benito de Lucas
Otro poeta querido y leído ha desencarnado, Joaquín Benito de Lucas (Talavera de la Reina, Toledo, 1934-Madrid, 2021) y no sé cuántos van ya en este mayo fatídico, pues hace un par de días me decían lo mismo del poeta y periodista malagueño Carlos Benítez Villodres.
Joaquín Benito de Lucas publicó en 1995 Al fuego de la vida. 1964-1994 (La Palma) y creo que en ese prólogo y o Testimonio como lo tituló está lo que él pensaba de la poesía, de los poetas y de su quehacer lírico. La poesía de este poeta grande tiene intensidad de lenguaje, riqueza expresiva y emoción verbal que se trasmite a la persona lectora de sus poemas. ¡No lo duden!
Su poesía es sencilla, clara, habla de lo que conoce, ama y pierde, de la infancia, del agua, de la muerte, de paisajes y paisanaje. El poema que cito es el último de esta antología. Antología que es de lectura necesaria para conocer al poeta y su obra. ¡Gracias por escribir, poeta Joaquín Benito de Lucas, pues tu poesía sí tiene la verdad de la vida! Enrique Villagrasa
AL SON DE MI RÍO
Querido y no querido por las calles,
alabado y odiado en las tabernas,
vuelvo al son de mi río
que es el pulso que mueve mi verso.
No me importa
lo que digan. Su cauce es mi palabra,
su resonancia, mi caudal. De orilla
a orilla suena, no como gemido
sino como palabra que salva o que perdona.
Esa es mi voz. Desde el oscuro fango
se alza la superficie
de la corriente y suena y suena
entre las cepas que levanta el aire.
No importa quién la escuche o quién la lea.
Su escritura indeleble
queda en la arena como testimonio.
Y soy testigo
que el agua arrastra,
pero que deja restos de sus pruebas
al tribunal de sedienta orilla.
Al fuego de la vida. Antología 1964-1994
Joaquín Benito de Lucas
Ediciones La Palma
193 págs. 12€