Terry Pratchett: le dijeron en la escuela que no iba a llegar a nada y vendió 100 millones de libros

Se publican las memorias que el propio escritor no pudo completar porque se le deshizo la suya por el maldito Alzheimer. “Terry Pratchett, una vida con notas al pie” (Mai Més Editor) es el trabajo de su asistente y amigo Rob Wilkins sobre el borrador que dejó Pratchett y otros recuerdos de quienes formaron parte de su mundo.

Texto: Antonio TORRUBIA   Foto: Rob WILKINS

  

Sir Terry Pratchett, es el aclamado creador de la serie superventas mundial de Mundodisco, cuyo primer libro, El color de la magia, se publicó en 1983. Escribió más de cincuenta bestsellers con más de 100 millones de ejemplares vendidos alrededor del mundo. Sus novelas se han adaptado muchas veces al teatro y a la televisión y han ganado diversos premios. Por sus servicios a la literatura, lo nombraron caballero en 2009, aunque él siempre defendió con sorna que el mayor servicio que prestó a la literatura fue, precisamente, no escribir nada que se le pareciera. Pero eso es solo una parte del retrato.

En los meses previos a su temprana muerte Terry estaba escribiendo sus memorias: la historia de un chico de seis años a quien el director de su escuela le dijo que nunca llegaría a nada y que pasó el resto de su vida esforzándose en demostrar que se equivocaba. Porque la vida de Terry estuvo llena de logros extraordinarios, como convertirse en uno de los autores más leídos y queridos del Reino Unido, ganar la prestigiosa medalla Carnegie o ser nombrado caballero. El libro que, por desgracia, no pudo terminar, lo ha escrito Rob Wilkins, su asistente y amigo con el que compartió despacho por más de veinte años, gestor del legado literario y audiovisual de Pratchett asociado con la hija de Terry, Rhianna. A partir del extenso borrador de las memorias del propio Terry y de los recuerdos de la familia, los amigos y los colegas del autor, Rob desvela el cuadro completo de la vida de Terry, desde la infancia a su asombrosa carrera como escritor y a cómo recibió y lidió con lo que el llamaba la «jodienda» del mal de Alzheimer. Este retrato conmovedor y personal de su extraordinaria vida es la única biografía oficial de uno de los mejores escritores de nuestra época.

Judit Terradellas y Sergio Pérez son los editores de la editorial Mai Més, que ha publicado la biografía de Terry Pratchett en nuestro país. Me unen muchas cosas a Mai Més, más allá de que me haya leído casi todo su catálogo y lo recomiende en librería Gigamesh activamente desde que estoy tras el mostrador ahora hace 20 años. Una de las actividades destacadas de la librería es el #ClubPratchett. En él, el último miércoles de cada mes, Carla Campos Moreno conduce una actividad relacionada con el autor inglés, desde clubs de lectura de los libros de Pratchett publicados por Mai Més hasta charlas y mesas redondas con autores, traductores y más gente del mundillo literario y editorial. Entusiasmo y amor a raudales por la obra de Mundodisco exudan de esas reuniones mensuales que se celebran en la Sala de Actos Francisco Porrúa y quedan grabadas en nuestro canal de YouTube. Judit Terradellas y Sergio Pérez nos cuentan a cuatro manos su experiencia por los territorios del Mundodisco.

“Editar cualquier cosa relacionada con Terry Pratchett es una locura e implica disponerse a aceptar que toneladas de emociones ajenas azoten tu día a día. Puede parecer una exageración pero, mientras escribo esto, Álex nos muestra a través de Telegram del Club Pratchett cómo ha quedado tatuado en su brazo el logo de Refugio A’Tuin, un diseño de Marina Vidal para la colección donde agrupamos los libros del maestro y que ya podéis encontrar plasmado en la piel de varios lectores.

Estas cosas pasan cada pocos días desde que hace un par de años nos decidimos a publicar los libros de Pratchett. Creemos sin duda que se trata de uno de los autores más queridos del mundo y, como intermediarios, parte de ese amor también llega hasta nosotros. Como cuando al presentar sus libros en el matinal de Catalunya Ràdio, la cocinera y el experto en series de la siguiente sección decidieron invadir la cabina de grabación para declarar su amor absoluto al creador de Mundodisco. Nos habían escuchado desde la sala de espera y no pudieron frenar el impulso. La conductora del programa no entendía nada, son cosas que solo los fans de Pratchett entendemos.

Eso sí, sus seguidores también pueden ser implacables si creen que no se le trata justamente. Así que para asegurar la calidad y dar atención al más mínimo detalle, hemos puesto a una banda de grandes profesionales/fans a colaborar en las ediciones. Ernest Riera, Manu Viciano y Marta Armengol Royo, además de unos excelentes traductores forman parte de ese grupo de apasionados lectores de Pratchett. Marina Vidal, la genial ilustradora de todas las cubiertas también lo es. Pratchettianos de tomo y lomo encontráis entre los correctores y revisores de la biografía: el mismo Ernest Riera, Abel Carretero, Maritxu Olazabal, Pilar Márquez y Antonio Torrubia, interlocutor en este articulo y con quien acumulamos horas de divagaciones en el mostrador de Gigamesh. A todos les estamos infinitamente agradecidos”.

Nos ponemos al habla con la guionista y traductora Marta Armengol. “Para contar esto necesito aclarar una mijita de backstory: la mesa del comedor de mi casa tiene unas esquinas finas y afiladas, unas esquinas endemoniadas. Vivimos con miedo de que esas esquinas les salten un ojo a mis hijes. Quedaos con la idea de esas esquinas letales, por favor, será importante un poquito más adelante.
La cuestión es que Terry Pratchett cayó en mis manos hará unos veinte año con El color de la magia en castellano, al que pronto siguió La luz fantástica. A lo largo de los siguientes años, fui leyendo desordenadamente todos los que me iba encontrando. Ronda de noche fue una experiencia trascendental. Recuerdo maravillarme por lo cachondos que eran, y creo que ya nunca he podido tomarme en serio a un libro que se toma a sí mismo demasiado en serio. Me hervía la sangre con las pequeñas injusticias del mundo sobre las que tan bien sabía poner el dedo en la llaga Terry (a estas alturas, me tomo la libertad de llamarlo Terry. Somos colegas, ouija mediante). Con los años, mi fervor de conversa se fue calmando, pero los libros de Terry Pratchett (y mapas del Mundodisco, y adaptaciones teatrales de Stephen Briggs, y…) siempre tuvieron sitio en mi estantería.

En 2015 dirigí la adaptación de Brujerías en el grupo de teatro del que hacía más de quince años que era miembro. También tejí un Mundodisco de ganchillo en la que sin duda ha sido mi obra más faraónica con la aguja hasta la fecha.

Fast-forward varios años: Estoy en el comedor de mi casa un día, justo después de comer, y recibo una llamada de Judit preguntándome si me gustaría traducir al catalán la biografía de Terry Pratchett.
Lectores, si estabais atentos al principio de este texto, os habrán venido a la mente las esquinas de la mesa. Y con razón. Di un salto de sorpresa y júbilo y me clavé la dichosa esquina de satanás en una cadera y tuve que contener las lágrimas de dolor mientras le respondía a Judit que sí, sí, mil veces sí, que me encantaría por mil veces ciento. Luego colgué el teléfono, solté alguna lagrimilla y fui al congelador a por una bolsa de guisantes.

El resto es historia. En realidad, no, pero siempre queda muy bien ponerlo. Fue una traducción preciosa de hacer, llena de debates estimulantes con Judit y con Ernest Riera (me temblaban las manos al escribirle, reverencio sus traducciones de Bridget Jones desde que las leí en la adolescencia) a propósito de natillas y otros postres, y desopilantes intercambios con mi co-traductor co-oficial, el nunca suficientemente bien ponderado (en realidad, sí, pero siempre queda muy bien ponerlo) Manu Viciano. Creo que leerla ayuda a poner en contexto muchos temas y leitmotivs del Mundodisco. Solo me queda esperar que los lectores disfruten tanto leyendo como disfruté yo traduciéndola”.

Manu Viciano es traductor literario y audiovisual y revisor de estilo de inglés a español. Ha traducido a autores como Terry Pratchett, Brandon Sanderson, Joe Abercrombie, Rick Riordan, Stephen King o Stephenie Meyer:

“Trabajar en la biografía de Terry Pratchett ha sido a la vez algo que no querría haber hecho nunca y un sueño cumplido. Recuerdo perfectamente el día en que murió, el 12 de marzo de 2015. Eran fiestas en Castellón, me había tomado la semana libre y, como de costumbre, había programado una autorrespuesta para el e-mail en la que mi Igor personal avisaba a quien me escribiera de que «el amo Manu eztá de vacacionez y no podrá rezponder hazta la próczima zemana». Así que sonó el teléfono y me dieron la mala noticia desde la editorial. Me fui a casa, escribí una necrológica para la web Fantífica, avisé a mi amigo Andrés y volví a salir para cumplir la tradición de brindar repetidas veces por nuestros ídolos caídos el día de su muerte.

Pero si el universo se empeña en que haya motivos para publicar la biografía de un Pratchett muerto, traducirla ha sido todo un placer. Rob Wilkins pinta en Una vida con notas al pie un retrato sentido pero realista, con sus luces y sus sombras, de un autor al que muchas veces impulsaba el cabreo con un mundo que no cumplía sus expectativas. Salpicado con una generosa cantidad de notas a pie de página —a la que tanto Marta Armengol para la edición en catalán como yo hemos añadido unas cuantas de cosecha propia—, el texto de Wilkins nos muestra a un joven Terry que vende su primer relato a una revista, a un Pratchett más maduro que decide que por fin puede dejar el trabajo y vivir de la escritura y, por último, a un sir Terence que se ve obligado a lidiar con una enfermedad degenerativa que lo despoja de sí mismo poco a poco.

Los últimos capítulos fueron duros. Confieso que no me había hecho el ánimo de ver los tres documentales que Pratchett rodó después de que le diagnosticaran el alzhéimer. En la biografía se narra su rodaje, por lo que ya no pude retrasarlo más y tuve que ponérmelos. Y como esperaba, son desgarradores. Pero traducir la biografía también me ha llevado a repasar la obra que hizo de Pratchett uno de los escritores más grandes de su tiempo, ya no del género fantástico, sino de la literatura en general. Las páginas tristes se compensan con otras llenas de triunfo, cuando Terry por fin da con el hilo conductor de una novela que terminará siendo una genialidad, o cuando se hace un mono de «Los Apicultores del Infierno» para ir en moto a cuidar de sus colmenas, o cuando se junta con Brian May (otro ídolo personal mío) en unas tertulias astronómicas, o cuando, el día en que la reina de Inglaterra va a nombrarlo caballero, resulta que… No, eso mejor lo dejo para descubrirlo en el libro.

Porque al final, de eso va esta biografía de Terry Pratchett: de descubrir cómo era, cómo pensaba y cómo reaccionaba a las cosas quien, a mi juicio, es uno de los escritores más relevantes y particulares de su generación”.

Y os dejo el cierre a la emotiva carta de amor por Terry Pratchett que firma Marina Vidal, ilustradora y dibujante de cómics de Sabadell que se ha especializado en libros de fantasía y ciencia ficción. Cuando no está trabajando en libros autopublica sus propios cómics de carácter fantástico al lado de su gato. Actualmente, la podéis encontrar en Lancre, ocupándose de dar vida a los personajes de Terry Pratchett para la colección «Refugio A’Tuin» de Mai Més:

“Para mi trabajar en la biografía ha sido algo muy emocionante, cosa que ya me pasa cuando hago otras cubiertas para la colección de Pratchett, pero que en esta se ha sentido un poquito más especial.

Llevo casi toda mi vida de lectora leyendo a Pratchett, y es uno de los pocos autores que siento cercanos. Para mí ha sido una voz que me ha hecho sonreír en momentos difíciles y llorar en momentos inesperados. Dibujar las cubiertas de los libros que me hacen sentir eso, es una tarea increíble y emocionalmente complicada. Dibujar la cubierta de un libro en el que hay tanto cariño y amor hacia él, ha sido aún más complejo. Primero porque al ser una biografía los códigos visuales no podían ser los mismos que en las cubiertas de sus novelas fantásticas, y segundo porque, como habrá pasado con todos los implicados en la creación del libro, intentas hacer algo lleno de amor, de respeto y honor por alguien a quien admiras. Puede que eso sea lo más sencillo y difícil de hacer del mundo; no me atrevía a hacer un retrato suyo; no me atrevía a plasmar una imagen de él, ¿qué ilustración puede complementar un libro tan especial? Tenía que ser algo elegante y serio, cosa que en mi cabeza era totalmente opuesta a la idea que tenía y tengo de Pratchett; una persona llena de humor y color.

La verdad es que al final no le di muchas vueltas; configurar su imagen desde mi recuerdo, y el de muchos. Elementos que te saquen una sonrisa; como las botas de Tata Ogg, un huevo duro, El Equipaje, una piel de plátano, un ratón bailando claqué, una sartén, una guadaña y mini-guadaña o cuatro elefantitos entre muchas otras cosas. Todos esos símbolos configuran un universo en el que irremediablemente soy feliz, ante el que con cada nuevo elemento que se me ocurría no podía evitar sonreír. Esos mismos elementos configuran la imagen en negativo de Terry Pratchett. Él era mucho más que su obra, pero gracias a ella todos recordaremos siempre a una persona divertida, crítica y especial.

Estoy segura que es un libro en el que lloraremos todos. Por eso, me gustaría pensar que cada vez que eso pase y alguien cierre el libro para parar y vea la cubierta, es posible que se fije en algún detalle que he colocado allí y recuerde un momento en el que Pratchett le hizo reír. Entonces tal vez sonría. Creo que esa es la mejor forma de mostrarle mi respeto”.