María Fasce: «La edición es el trabajo más apasionante del mundo porque te permite estar en contacto directo con el talento»
María Fasce es una de las editoras más relevantes de nuestro país, pero también una escritora punzante que recientemente ha ganado el Premio Café Gijón con «El final del bosque» (Siruela).
Texto: Javier Pintor Foto: Asís G. Ayerbe
Uno se podría pasar horas hablando de literatura con María Fasce. Su amplio conocimiento del mundo editorial y su carácter tan afable hacen que la conversación resulte amena y muy estimulante. María es una apasionada de su trabajo de editora que lleva más de treinta años desempeñando. Esta larga travesía en el mundo de la edición comenzó cuando elaboraba informes de lectura para Planeta y traducía a escritores como Patrick Modiano y Proust. Luego trabajó en distintos sellos editoriales y en la actualidad ocupa el cargo de directora literaria de los sellos Alfaguara, Lumen y Reservoir Books. El trabajo en equipo, la experiencia y la intuición son algunas de las claves que caracterizan un trabajo que María Fasce define como fascinante. La edición, según ella, es el trabajo más apasionante del mundo porque te permite estar en contacto directo con el talento.
María explica que en su casa no había una gran biblioteca, que su padre era un lector muy eclético (como el padre de la protagonista de El final del bosque) y que su madre despertó en ella la curiosidad por la lectura a edad muy temprana. María se convierte así en una lectora precoz que con siete años ya lee Mujercitas, una novela que hoy en día sigue siendo para ella uno de sus libros de cabecera. También se recuerda a edad muy temprana escribiendo poemas y cuentos con los que obtiene algunos premios. En estos primeros años de descubrimientos literarios se encuentra seguramente el germen de su posterior vocación lectora y escritora.
Ha consolidado una carrera literaria que le ha llevado a obtener distinciones tan reconocidas como el Premio Fondo Nacional de las Artes de Argentina (1999), por La felicidad de las mujeres o el más reciente Premio Café Gijón 2024 por Al final del bosque. En el ámbito de la edición, como directora literaria de los sellos antes mencionados, María Fasce es una de las responsables de que el público español haya podido conocer a escritores y escritoras tan relevantes en la actualidad como Joël Dicker, Elena Ferrante, Carmen Mola, John Banville, Pierre Lemaitre, Joyce Carol Oates o Lucía Berlín.
La vida y la literatura son casi siempre vasos comunicantes que se retroalimentan. En su novela más reciente, El final del bosque (Siruela, 2025) Lola, editora y escritora, se reúne con sus dos hermanos para pasar una temporada en el bosque de ensueño de su infancia. Este encuentro los enfrentará a su pasado y hará que aflore la memoria familiar.
La novela está salpicada de referencias literarias, musicales y cinematográficas y por sus páginas se desperdigan los nombres de Kafka, Berger, Murakami, Conrad, Nabokov, Franzen, Lahiri, Sinatra o Lubitsch, entre muchos otros. Referencias que conforman el imaginario de una de las protagonistas de la novela y probablemente también de la autora.
En la novela podemos leer también reflexiones como esta: “Creo en el poder de las palabras y las historias, me gusta pensar que los libros cambian las vidas, y ahora necesito más que nunca esta convicción”.
En su doble faceta de editora y escritora, se podría decir que María ejerce de juez y parte. En muchas ocasiones ella debe decidir sobre lo que debe publicarse, al tiempo que cuando actúa como escritora, otros editores realizan la misma labor con sus textos. María comenta que desde un principio renunció a editarse a ella misma. Cree que un escritor madura sometiéndose al juicio de otro editor. No entiende a aquellos escritores que dicen escribir para ellos mismos. Un escritor debe siempre exponerse a la opinión del editor y del lector.
Esta novela surgió de un sueño que tuvo la autora y que ella traslada a la primera escena de la novela. Esta primera escena va a determinar y desencadenar toda la trama novelesca. De esta forma, la historia irrumpe con un acontecimiento violento que consigue que el lector no se despegue de las páginas del libro en ningún momento. La novela está construida a partir de distintas escenas, algunas muy breves, que funcionan a modo de destellos que deslumbran al lector y lo conducen a un universo de recuerdos compartidos y silencios cómplices. Cuando uno logra salir de este laberinto familiar, los ecos de la historia perviven en nuestra mente.
El final del bosque es una novela enigmática, profundamente intimista que consigue que atravesemos sus páginas con inquietud por el destino de estos tres hermanos tan diferentes entre sí. Es también una historia de amor que evoca ese bosque de la infancia, repleto de sueños, deseos inconfesables y pesadillas desasosegantes.