«El sabor del último beso», de Javier Puebla

El novelista español Javier Puebla (Madrid, 1958), finalista del Premio Nadal en 2004 con Sonríe Delgado, publica “El sabor del último beso”, una biografía novelada de Alfonso Antonio Cabeza de Vaca y Leighton, marqués de Portago, más conocido como Alfonso de Portago, el marqués sin miedo o Fon para sus íntimos.

 

Texto: Alfonso de la Hoz González

 

El marqués de Portago, como deportista aficionado, practicó la natación, la esgrima, el polo y la hípica, destacando internacionalmente como jockey; pero fue en bobsleigh y en el automovilismo donde brilló, participando tanto en los juegos olímpicos de Juegos Olímpicos de Invierno de Cortina d’Ampezzo como en cinco grandes premios del mundial de Fórmula 1. En 1956 quedó segundo en el Gran Premio de Inglaterra; la primera vez que un español alcanzaba el podio en una carrera de este tipo. Juan Manuel Fangio lo consideró su sucesor y fue elegido por Enzo Ferrari como unos de los pilotos de su escudería.

Aristócrata por nacimiento -su padrino fue el rey Alfonso XIII – también era millonario, pues su madre, la irlandesa Olga Leighton, había heredado un cuantioso patrimonio, al enviudar de su primer marido, uno de los fundadores del banco HSBC

Además, fue un destacado playboy de la época – los años cincuenta del pasado siglo XX – codeándose con personajes como Porfirio Rubirosa. Casado con la millonaria Carroll McDaniel, con la que tuvo dos hijos, mantuvo un idilio con una de las primeras top models de la historia, la norteamericana Dorian Leigh, con la que tuvo otro hijo. Posteriormente, mantuvo una relación con la actriz norteamericana de origen mexicano Linda Christian, ex esposa de Tyrone Power.

Aunque aparentemente se trata de un personaje superficial e inmaduro que solo busca emociones fuertes para cubrir sus horas de ocio y hastío, Javier Puebla describe perfectamente el perfil psicológico del personaje, quien, desde la infancia ha sido sometido a todo tipo de retos por su padre, lo que le proporciona un constante afán de superación, que le acompañará de por vida.