El milagro de Fráncfort

Mañana 19 de octubre se inaugura la Feria del Libro de Fráncfort, el encuentro anual más importante del planeta del libro, con España como país invitado. Pere Sureda, editor de largo recorrido que ha dejado muchas suelas y muchas energías en sus largos pasillo y descomunales pabellones, nos acerca a sus bastidores.

Texto: Pere SUREDA  Fotos: FBM

 

Cuando muera, quiero que mis cenizas las lancen al río Main, que es el que atraviesa Fráncfort”, nos dice Jorge Herralde en una entrevista que le concedió a Juan Cruz, para El Periódico. Estoy plenamente de acuerdo. La necesidad de “una conversación internacional entre editores” es lo que Cruz llama “El milagro de Fráncfort”. La feria, en una Alemania en reconstrucción, arranca en 1949 pero para mí su historia se inicia a principios de los años 80.

Pero hasta llegar a Fráncfort hay un camino que recorrer, al menos para los editores. En realidad, la Feria comienza en los despachos de las editoriales en enero. Hay que confirmar los asistentes a la feria que se celebrará en octubre, ya que los hoteles cierran las reservas con bastante antelación.  Pasa lo mismo, o algo muy parecido, en los grandes grupos y en las pequeñas y medianas editoriales.

—¿Vas a Fráncfort? —le comenta un editor a su compañera—. No lo sé, todavía no me han dicho nada y no me atrevo a preguntar por si no estoy en la lista.

Ese es el verdadero principio. Normalmente los “habituales” ya tienen hechas las reservas de habitaciones y hotel con un año de antelación, no así los pequeños, pero se trata de confirmar si se mantiene el mismo número de habitaciones, o si aumenta o disminuye. ¿Qué es lo que hace que “los jefes” o “las jefas” te incluyan o te descarten para ese año en concreto? Pues creo que realmente nadie lo sabe con exactitud. Lo que sí sabemos todos es que Fráncfort es un dispendio caro. El avión, el hotel, los desplazamientos, las comidas o cenas con agentes literarios y/o escritores, todo eso cuesta un pastizal. A lo que hay que añadir el coste del material del estand, del montaje y el desmontaje en pocos días. Por eso siempre que se cae alguien de una “Feria de Fráncfort” la respuesta es el presupuesto, no hay para más pero no lo tomes de una forma personal, eres una editora importante para nosotros, bla, bla, bla.

Total, que una vez estás en la lista ya puedes subrepticiamente —nunca explícitamente, porque todo lo que sube baja— decir a tus contactos, aquello que tanto nos excitó en su día: ¿Quedamos en Fráncfort?

La feria es compleja o sencilla en función, la mayor parte de las veces, de las citas que tengas con los editores internaciones y los agentes literarios que representan a editores y a escritores. Si “los primeros Fráncforts” tienes suficiente tiempo para recorrer y extasiarte en los estands de todos los países de todas las lenguas, puedes combinar el aprendizaje de lo que te fascina y de lo que subjetivamente te interesa menos. Los estands que en la primera feria te fascinaron, los editores, los agentes, esos los verás todos y cada uno de los años en los que acudas a la feria. Te haces con tu área de confort, un lugar donde te sientes libre y sabes en qué bar aprovechar el tiempo con un bocata para comer, o dónde es más discreto tomar un café con un colega. Si ya en el primer año en el que acudes tienes repleta de citas la agenda, solo conoces una parte minúscula de ese mundo que es la Frankfurter Buchmesse.

A estas alturas, la feria es más un encuentro —en mi opinión es donde se habla de lo que en los correos electrónicos sería imposible, por extenso— que un lugar donde se cierran contratos. No quiere decir que no se cierren, pero ya están muy maduros antes de la feria. Pocas veces te toca firmar un “documento de confidencialidad” para leer en exclusiva, eso te dicen, un manuscrito en una habitación unas largas horas. Antes pasaba más. Recuerdo que la contratación en Ediciones B, de Sex, el libro de Madonna, fue uno de esos casos, escasos. Pero en realidad es “un honor” para los editores poder formar parte de esa corte de elegidos.

En las citas “normales”, lo que haces es continuar la conversación que mantenías por correo o por teléfono con la editorial o la agencia de turno. Puedes cerrar un contrato y dejarlo para después. Entre medio de los cientos de miles de personas que, por un motivo u otro, asisten a la feria, se anuncia el Nobel de Literatura, y el estand de quien maneja los derechos de su obra o de la editorial que lo publica en castellano se llena, de repente, de gente estrechando manos. El reconocimiento que significa para un editor la concesión del Nobel a un escritor al que lleva tiempo publicando y vendiendo mal o muy mal, es tan íntimo que no se puede explicar. Pero también forma parte de Fráncfort.

Otra de las cuestiones que “nos llevan” de cabeza es si estás o no invitado al cóctel del grupo tal o cual. Suele ser después de la feria y los invitados resplandecen, a todos les va muy bien. Nadie ha vendido menos que el año pasado, de hecho: “Este año aumentaremos un cuatro por ciento la facturación”. Se toman copas excelentes, se besan mejillas maravillosas y se dan abrazos tremendos. En los cócteles todo es pura magia literaria. Si te fue bien, no lo sabrás hasta que publiques ese libro, pero puedes estar satisfecho si cumpliste el objetivo de contratarlo. De eso trata la Feria del Libro más importante. Y si te tomaste ese café con esa persona a la que querías conocer. Normalmente todos acabamos “hechos polvo”, ya que la función “principal” es andar y andar de un estand a otro y a otro y a otro. Eso sí, el mundo de la edición se encuentra todo él —en libertad y sin discriminaciones— en los pabellones de una sola e inimitable feria, la de Fráncfort.

España calienta motores

Texto: Redacción

España es el País Invitado de Honor en la Feria del Libro de Fráncfort de 2022, una oportunidad para presentar su cultura y su literatura al mundo. España fue ya Invitado de Honor hace treinta años, en 1991, y los responsables del Ministerio de Cultura tienen como objetivo “mejorar el conocimiento en el extranjero de la literatura española”. En el Programa como Invitado de Honor, España muestra una selección de proyectos artísticos en colaboración con instituciones culturales españolas cuya intención es que se asienten sobre cinco pilares de esos que siempre suenan bien: bibliodiversidad, innovación, pluralidad lingüística, igualdad de género y sostenibilidad.

El programa profesional es un proyecto para el sector; por ello, los distintos sectores del libro han propuesto la celebración de mesas alrededor de la traducción, la edición independiente, el cómic, las revistas culturales y también de las librerías y de la distribución. Compartir con Europa, crear networking, estar cara a cara con los interlocutores de interminables charlas telefónicas, compartir experiencias con iguales… Eso es también Fráncfort. También habrá vida fuera del pabellón oficial; en el estand profesional donde los editores van a realizar encuentros con distribuidores alemanes se potenciará el español como lengua de la ciencia, la edición académica o se procederá a presentar la Escuela de los Derechos de Autor de CEDRO.

La idea es mostrar el talento actual, pero también puntear la participación en Fráncfort de autores y momentos importantes para el libro en España: José Hierro, Gabriel Ferrater, Joan Fuster, Nebrija o Alfonso X el Sabio van a estar también presentes. Habrá una especial atención a autores que han tenido una singular vinculación con la Feria de Fráncfort y con Alemania: Almudena Grandes, Carlos Ruiz Zafón, Carmen Balcells, Jorge Herralde, entre otros. Habrá talleres para todas las edades: dibujo de manga y diseño o encuadernación, además de un taller con la ONCE dedicado a la edición en braille.

El programa puramente literario y editorial será complementado con actuaciones musicales, como es habitual en estos eventos en los que la noche es tan importante como el día. Sheila Blanco cantará a las poetas de la Generación del 27 y Fraskito homenajeará a Miguel Hernández. En este apartado heterodoxo, no faltarán las conferencias sobre gastronomía e innovación de Ferran Adrià.

Se ha querido ir más allá de los límites de la feria y que los autores y sus obras se dispersen por la ciudad. Se ha forjado una alianza con la Zentral-bibliothek para que todos los días de la feria se organicen talleres, jornadas o lecturas con creadores españoles. Rocío Bonilla, Leire Bilbao, Elia Barceló, Aina Bestard o Maite Mutuberria llevarán las letras y la ilustración a las bibliotecas. También nuestros escritores estarán presentes en otros espacios de la ciudad como la Romanfabrik, donde realizará una lectura Elvira Sastre y habrá una actuación de Fraskito, o el IG Metall, donde intervendrán, entre otros, Isaac Rosa, José Ovejero y Rosa Ribas.

Muchos serán los escritores, traductores, editores y jornaleros del libro que pulularán esos días por los descomunales pabellones de la Feria de Fráncfort. Hasta dos centenares de invitados que tratarán de llevar la voz cantante de la literatura española a la megafonía de la feria del libro más importante del mundo.