Beatriz Giménez de Ory y David Lozano ganan los premios Edebé de literatura infantil y juvenil
“Tres niños tristes y medio unicornio”, una falsa novela de hadas (o muy verdadera), y la trepidante “La cacería”, bajo la atenta mirada de la inteligencia artificial, han sido las ganadoras de esta edición 2025.
Texto: Sabina Frieldjudssën Foto: Edebé
La editorial Edebé sigue sembrando para que nazcan nuevos lectores. En un acto celebrado en Barcelona se ha procedido a desvelar la identidad de los ganadores de la XXXIII edición de los premios que concede la editorial desde hace más de 30 años. En la categoría infantil la ganadora ha sido Tres niños tristes y medio unicornio, de Beatriz Giménez de Ory, y en la juvenil, La cacería de David Lozano.
Giménez de Ory ha explicado que “desde hacía meses, me rondaba la cabeza rendirle un pequeño homenaje a El Quijote. Imaginé una protagonista que, de tanto leer libros de fantasía, terminaba interpretando la realidad como si ella fuera un hada con poderes mágicos, y pudiera toparse con unicornios, pociones mágicas y conjuros”.
En Tres niños tristes y medio unicornio, indicada para lectores a partir de 8 años, conocemos a tres compañeros de clase un poco frikis que terminan encontrando su refugio en la biblioteca. Entre ellos son muy diferentes e incluso vienen de mundos distintos, pero los une la desorientación vital y la imaginación. Xayree está convencida de las ventajas de pertenecer al mundo de los seres mágicos y los otros la siguen, más por amistad que por su fe en el poder de las criaturas misteriosas. Los problemas cotidianos se resisten a desaparecer por más que traten de espantarlos a golpe de magia: Teresa echa mucho de menos el pueblo que abandonaron para vivir en una ciudad en la que no se adapta y Gustavo ve peligrar la forma de vida de sus padres al frente de un bar que cada vez está más vacío. Xayree, que resulta ser hija de alguien muy relevante, también trata de escapar de una realidad más amarga de lo que pudiera parecer desde fuera. Pero en esta intensa historia de Giménez de Ory, la amistad va a resultar un antídoto para muchas cosas.
Uno de los miembros del jurado, el escritor Roberto Santiago, ha señalado que Tres niños tristes y medio unicornio ha sido merecedora del Premio por muchas razones, entre otras por su originalidad, su capacidad continua de sorprender, su propuesta de un universo propio, divertido, imaginativo y muy singular. En un tono aparentemente realista, los personajes protagonistas viven una peripecia en la que se podrán sentir identificados miles de niños y niñas: a todos nos habría gustado ser parte de esa pandilla que forman Teresa, Gustavo y Xayree, cuyo objetivo es, nada menos, convertirse en hadas. Ojalá hubiera en la vida real más unicornios, hadas, pociones mágicas y, sobre todo, novelas tan estupendas como esta que nos hagan volar a través de la lectura.”
El ganador del premio juvenil, el zaragozano David Lozano, ha explicado sobre La cacería que “como autor de novelas de suspense, ando siempre atento a los peligros que se generan a raíz de los avances en tecnología, circunstancias nuevas que hace solo unos años hubieran sido impensables”. Nos dice que “los protagonistas aceptan una invitación a participar en una prueba experimental sin imaginar las consecuencias letales de esa decisión. Terminarán dándose cuenta, pero demasiado tarde”.
Durante la prueba de un revolucionario videojuego de realidad mixta dirigido por una Inteligencia Artificial, empiezan a suceder cosas imprevistas que ponen en peligro a los seis jugadores seleccionados para participar en ella. Utilizando sensores, lentes y chips implantados, estos experimentarán una combinación perfecta entre un entorno del mundo físico y monstruosas criaturas de realidad aumentada, sumergiéndose en una persecución en la que no serán capaces de distinguir entre el universo real y el digital.
La componente del jurado, la escritora Care Santos, ha opinado sobre La cacería que “Es una mezcolanza muy bien urdida de géneros: la novela de aventuras, la de ciencia ficción, el thriller de terror. Todo eso convive en un argumento que tiene los videojuegos como eje principal y que atrapará incluso a quienes no les gusten los videojuegos”.