Andrés Lomeña: «Uno se va de la natación pensando que es un fracasado»

Andrés Lomeña debuta con la novela “Podio” (Alianza), una autoficción sobre el dolor, la ambición, la competitividad y el triunfo en el deporte de élite.

Texto: Susana PICOS

 

Durante el encuentro que algunos periodistas mantuvimos con el escritor malagueño Andrés Lomeña y miembros de su editorial en un restaurante en primera línea de mar en el barrio barcelonés La Barceloneta, Lomeña nos habló con gran ilusión y, un cierto nerviosismo, de su primera novela Podio, una autoficción en la que una nadadora adolescente, promesa de la natación, vuelca todas sus esperanzas y esfuerzos en ganar competiciones. Ese trabajo titánico por alcanzar logros personales y deportivos le acarreará problemas que le harán plantearse su forma de ver la vida.

Andrés Lomeña, doctor en Sociología y licenciado en Periodismo y en Teoría de la Literatura, vierte en esta novela experiencias que él mismo ha vivido como nadador, cuando entre los 8 y 14 años practicó este deporte y se perfiló como un posible nadador de élite. “Había una frustración enorme de mis años de natación. Uno se va de la natación pensando que es un fracasado. Mi relato habla de los que se tienen que apear”. Reflexiona Lomeña que “en cualquier deporte debería quedar muy claro que no todos pueden llegar a la excelencia y se debería dar una salida”.

La mirada de Lomeña al deporte de élite en Podio no es de resentimiento pero sí de dolor. De una persona que ha sufrido porque, dentro de la competición deportiva, como reza la primera frase de la novela: “El entrenador jamás te aplaudirá por llegar la cuarta”. Nos cuenta que él ha vomitado dentro de la piscina y ha llorado muchísimo, y por eso no quería que su novela tuviera ese planteamiento proletario que tienen algunas novelas deportivas. Por supuesto, tampoco la de evocación de sosiego y tranquilidad que siente la protagonista de Soledad Puértolas en la piscina en Una vida inesperada. La heroína de Lomeña, Paula Sen, nada con la mirada puesta en sus rivales, sintiendo la presión constante del entrenador, de la competición, de los medios… y con el miedo a lesionarse. Pero Paula también es una chica que estudia, que tiene familia, amigas ajenas a la competición … y debe compaginar ambos mundos, y no es fácil.

Al hablar con Andrés Lomeña y leer su novela aprecias en él esa ansia por hacer las cosas bien y lograr metas. En Podio ves la voluntad de contar una historia y de hacerlo cuidando la forma y el estilo. La novela transmite esa sensación de introspección, pues como Lomeña afirma “la natación es muy solitista”, y lo hace empleando la segunda persona para crear el diálogo interno en la protagonista.  Incluso hace un juego hacia el final de la novela con los nombres de las nadadoras que, en realidad, son los nombres de algunas de las escritoras más admiradas por Lomeña. Declara su pasión por la literatura y afirma que “tanto la literatura y el deporte son ansiedades que yo he buscado. Tengo esa ansiedad de ser un buen escritor”.

Por perseguir ese sueño, Andrés Lomeña se presentó al Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones y no lo ganó; 1.500 obras se habían presentado. Pero, como si de una paradoja se tratara, de ese “fracaso” surgió la “victoria”, pues, tal y como nos cuenta su editora, Marta Barrio, los miembros de jurado leyeron la novela y recomendaron encarecidamente su publicación “por ser una nueva voz a descubrir”.  Y Alianza Editorial siguió el consejo.

Lomeña ha colgado el bañador y las gafas de piscina y, aunque nada a veces, prefiere calzarse las zapatillas deportivas y correr medias maratones para disfrutar, no para competir. Sus carreras ahora son otras y no se juegan en el agua; son las letras y las historias las que acompañan a este “deportista” de la escritura.